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50 Cent produce serie de raza y redención al ritmo del hip hop

Tv. 'Power' reflexiona sobre los caminos del éxito de los ciudadanos de las clases menos favorecidas en Nueva York.

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El rapero 50 Cent produce y se reserva un papel secundario en la serie 'Power', apoteosis de la violencia de alto standing a ritmo de hip hop, que reflexiona sobre los caminos del éxito de los ciudadanos de clases menos favorecidas en Nueva York y cuenta con el aval de los creadores de 'The Good Wife'.

La mejor discoteca de Nueva York se llama 'Truth' (verdad) y su dueño se llama 'Ghost' (fantasma). Tras su poderoso atractivo se esconde un auténtico magnate de la droga y una historia de orígenes humildes que se irá desarrollando en los ocho capítulos de una hora que, a partir del 7 de junio, se van a ver en el canal Starz.

50 Cent, rapero multimillonario y rodeado de polémicas legales, se implicó a fondo en este proyecto que analiza la complejidad moral del éxito no necesariamente vinculado a la moralidad en un Nueva York, económicamente potenciado por la era de Michael Bloomberg, en el que el crimen 'underground' se ha sofisticado hasta límites fascinantes.

'Todos tenemos un rebelde dentro de nosotros, tentado de no seguir ninguna regla. Pero ese rebelde puede ir controlándonos más y mas, cometiendo un crimen tras otro', explicó el rapero, quien, además, canta 'Big Rich Town', el tema principal de esta serie entre hiriente y glamurosa protagonizada por la poderosa presencia de Omar Hardwick, el contrapunto de Joseph Sikora y la candidez de la latina Lela Loren.

'Sí me he implicado, no ha sido como cuando a veces eres productor ejecutivo de una película, que formas parte de una lista de siete en la que sólo trabajan dos. En esta serie había mucho que hacer cada día', sostuvo 50 Cent.

'Días de venganza', el primer remake en la trayectoria del director Spike Lee

Cine. El filme es una actualización de 'Old boy', la película con la que Park Chan Wook brilló en Cannes en 2004.

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El próximo jueves 26 de junio se estrenará en las salas nacionales la cinta 'Días de venganza', el primer remake en la trayectoria del director Spike Lee, quien la calificó más bien como una reactualización de 'Old boy', la película de 2003 con la que el coreano Park Chan Wook ganó el Grand Prix de Cannes en el año 2004.

'Nunca pensé en Oldboy como un remake. Lo vi más como una interpretación de una gran historia que se puede representar de muchas maneras diferentes. Park Chan Wook hizo una gran película, pero incluso antes de eso, la fuente original fue el manga japonés, y ésta era la oportunidad de explorar una nueva forma de contar historias para el material', dijo Lee.

Basada en la novela gráfica de fines de los 90 de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, 'Old boy' se constituyó primero como un manga de ocho volúmenes que capturó el interés de Park Chan Wook, denominado como 'El Quentin Tarantino de Oriente'.

Seguramente para los más puristas no será considerablemente fiel a la original y perderá mucho del toque entre kitsch y poético que le imprimió su director, con harto fuera de campo y una banda sonora intencionadamente melodramática. Quizás los mismos consideren que no rinde tributo a las principales obsesiones que fraguaban este thriller que proponía un argumento duro, definitivo y cruel: un hombre es súbitamente encerrado por veinte años sin que nadie le explique nada hasta el día que lo liberan con la misión de dar con el quién y el porqué de su confinamiento.

El filme de Spike Lee tiene como protagonista al nuevo duro de Hollywood, el californiano Josh Brolin, que con su personificación del torturado Joe Doucett trae a la memoria algo de la potencia maciza de Nick Nolte o la reciedumbre de Tommy Lee Jones. Ya habíamos reparado en su aspereza en el veterano de Vietnam que construye para 'Sin lugar para los débiles' de los hermanos Coen, o el complejo e inestable Dan White que hizo para 'Milk' de Gus Van Sant.

Brolin construye en los primeros diez minutos del filme a un estúpido y patético alcohólico que gatilla una inmediata antipatía. Esa criatura es enclaustrada en un recinto mínimo y desagradable, conectado únicamente al exterior por un televisor que le sirve tanto para pasar el tiempo como para comenzar a enloquecer de aislamiento. Luego de veinte años de encierro, abruptamente lo liberan dándole 84 horas para buscar en su memoria quién lo encerró y qué razones tuvo.

Doucett ha sobrevivido los 20 años de su encierro escribiendo cartas a una hija que dejó de ver siendo una pequeña de tres años, y preguntándose quién podría haberlo confinado. La lista de sus agraviados es larga porque no ha sido una buena persona. Traumas, trazas y residuos es lo que conserva en su cabeza y una sed de venganza enorme contra su verdugo, una obsesión que ha sido la mejor cura para alguien apartado del mundo y que finalmente es el motor que cierra el ciclo de la compensación del mal. Y, aunque no es tan patente como en la original, también subyace acá a toda la tragedia desatada la premisa de que para sobrevivir es necesario olvidar.

Shelton Jackson Lee, más conocido por su apodo de Spike, se ha resistido a que lo encasillen en un solo compartimento, pero es innegable su perfil de cineasta afroamericano.

Al pie del cañón de su productora de toda la vida, '40 Acres and a Mule Filmworks', que alude a la promesa que se les hizo a los esclavos liberados al final de la Guerra Civil en Estados Unidos, hoy financia su última película desde la plataforma de donaciones Kickstarter, donde adelanta que será una película sobre seres humanos adictos a la sangre, 'divertida, sexy y sangrienta, un nuevo tipo de historia de amor (y no un remake de 'Blacula')', señala, aludiendo con esto último a un conocido filme de blaxploitation.

Spike Lee ha filmado los claroscuros de la lucha racial en Estados Unidos, tanto desde los márgenes de un barrio neoyorkino ('Haz lo correcto'), como enfrentando la biografía de un personaje histórico ('Malcolm X').

Su mirada también expande su registro hacia el jazz ('Cuanto más, mejor'), el narcotráfico ('La última noche'), un asesino en serie ('El verano de Sam') y la catástrofe del huracán Katrina ('Cuando se rompen los diques').