Las medidas actuales -a nivel nacional- de incorporación del ranking de notas en la postulación a las universidades, así como la participación de estudiantes en programas propedéuticos y en programas para talentos académicos, ha generado la discusión en torno a los estudiantes con mayores habilidades en el ámbito escolar, con la típica pregunta, ¿por qué entregar oportunidades de aprendizaje de mayor calidad o acceso a la educación superior a estos estudiantes si ellos ya cuentan con las habilidades para valerse por sí mismos en sus procesos de aprendizaje? Es muy relevante entregar oportunidades a quienes tienen dificultades y necesitan de apoyo, sin embargo, este otro grupo ha sido consistentemente dejado a un lado, por lo que sus necesidades educativas -como por ejemplo tener mayor desafío en torno al aprendizaje, o posibilidades de acceso a educación superior independiente del colegio de origen- en su mayoría no están siendo satisfechas.

Es importante destacar que en todos los niveles socioeconómicos encontramos estudiantes con talentos, sin embargo, en contextos de vulnerabilidad estos talentos pueden perderse si no son abordados. Es por ello que entregar oportunidades de aprendizaje de mayor calidad, así como acceso a nuevos desafíos académicos, da a estos estudiantes la posibilidad de surgir y romper con situaciones de vulnerabilidad social y económica en que les ha tocado desarrollarse.

Si consideramos los altos índices de vulnerabilidad en la Región de La Araucanía, es fundamental que estas políticas tomen fuerza, ya que estaremos entregando a los niños, niñas y jóvenes de nuestra Región una oportunidad real de desarrollar sus talentos y habilidades. Debemos tener presente que la educación es una herramienta que permite la movilidad social. Es aquí donde las instituciones educativas en sus diferentes niveles deben promover medidas de desarrollo del potencial, entregando una enseñanza de calidad, ayudando a afianzar la confianza de estos estudiantes en sus propias capacidades, estableciendo redes de apoyo y facilitando procesos reflexivos, lo que permitiría enriquecer su capital cultural y social. La educación de niños y jóvenes de La Araucanía, que presentan mayores habilidades en el ámbito académico, es una apuesta de la sociedad que irá en directa relación con su propio enriquecimiento.

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De las tantas lecciones que dejó la última versión de Enela hay una a la que los actores locales podrían prestarle mayor atención, en virtud de la creciente importancia que están tomando las ciudades como factor de desarrollo en las sociedades y de que La Araucanía, en su condición de región carenciada, compleja y atravesada por conflictos históricos, puede encontrar precisamente aquí un elemento aglutinador para la acción pública y privada. Tanto Jorge Marshall, ex ministro de Economía, como Raúl Menjíbar, reputado publicista nacional, aludieron al potencial que tienen las ciudades para generar una voluntad de intereses que permita desarrollar desde esta plataforma territorial y funcional una cadena de iniciativas en pro del progreso local.

La base para este razonamiento radica en que son las ciudades la primera aproximación del Estado en la vida de los ciudadanos -mucho más palpables que una región o incluso la república-, y su forma de gobierno, los municipios, los llamados a atender de primera mano las necesidades de las personas y trazar los planes de desarrollo. Los especialistas hablaron tanto de imaginar una ciudad que explore y explote sus capacidades de emprendimiento, sin esperar incluso la habitual tardía respuesta del nivel central, como también de crear una marca que consiga reflejar la identidad local y capturar los afectos locales y lejanos.

Las ciudades de la Región, partiendo por Temuco, necesitan ir más allá de la habitual gestión de resolución de problemas inmediatos -evidentemente insoslayables- y concentrarse también en diseñar el futuro mediante una planificación que se atreva a elevar la vara y marcar la diferencia. Por supuesto que es importante construir espacios deportivos, solucionar embrollos medioambientales y organizar magnos eventos que serán de gran utilidad, pero la ciudad del futuro demanda creatividad e imaginación en un mundo vertiginoso.

Temuco cuenta con inmejorables posibilidades para revitalizar su desarrollo, atraer inversiones y desplegar el talento que se forja en sus universidades. De esto dependerá dar el salto cualitativo.