Suman y siguen los reclamos de los pacientes de la salud pública ante la insuficiencia de especialistas en los consultorios de Temuco y, más aún, de la carencia total de los mismos, tanto en el Miraflores como en Amanecer. Por cierto, ante la falta de estadísticas públicas, resulta complejo concluir si esta ausencia es ocasional o frecuente y cuán prolongadas sean las mismas. Tampoco se ha informado si ellas obedecen a razones administrativas o simplemente la falta de estos profesionales en las respectivas plantas.

Tras esas legítimas dudas hay sí un hecho concreto, en el sentido de que los pacientes no pueden acceder a un especialista y el mayor porcentaje de ellos no dispone de recursos como para pagar a un médico en la atención privada.

Lo anterior da cuenta de las necesidades dramáticas que hay en la salud pública, mientras se hace esfuerzos potentes para que La Araucanía y el país cuenten con un número muy superior de especialistas, aportando el ministerio los recursos y las universidades sus capacidades de perfeccionamiento; no basta disponer sólo del dinero.

Recién se ha conocido al primer anestesista formado en la Universidad de La Frontera, un facultativo penquista, lo que constituye desde ya un buen síntoma de que la situación muestra tendencia a mejorar y que promociones sucesivas de especialistas podrán atender en la salud pública y mejorar la triste situación que viven las personas de sectores socioeconómicos vulnerables. Otros siete médicos están en proceso, dos de los cuales egresarán en enero de 2015 y cumplirán funciones en el Hospital Regional.

El cómo se ha llegado a esta situación es producto de la falta de visión y preocupación de los diferentes gobiernos. La preparación de los especialistas es un proceso largo y se precisa de una fuerte inversión para pagarla y, simultáneamente, lograr que esos egresados trabajen en la salud pública cuando es el ministerio el que cancela las becas.

Es de esperar que estas graves fallas se vayan solucionando y las personas sin recursos tengan el legítimo derecho a una salud digna y de calidad.

Hace algunos días, el Gobierno creó la Comisión Pro Movilidad Urbana y en paralelo, se anunció en Temuco la implementación de vías exclusivas para locomoción pública. Si bien es posible aplaudir la medida en cuanto al aumento de la velocidad de desplazamiento en los buses de locomoción colectiva, no escapa a algunas necesarias reflexiones.

¿Qué sucederá en otras áreas próximas al centro, como la Avenida Alemania (actualmente un segundo centro), Pablo Neruda o San Martín?

Temuco en conjunto con Padre Las Casas han presentado un aumento considerable del parque automotriz. En 2008, había alrededor de 55.000 vehículos y en el 2013, subió a 76.000. Es decir, hubo un incremento que bordeó el 37%. Esto supera cualquier esfuerzo que se pueda realizar en infraestructura e indica que la tasa de motorización por habitante se elevó en términos no despreciables.

Por lo tanto, el debate también debería realizarse en torno al rol del transporte público, el uso del automóvil que parece convertirse día a día en el medio más utilizado por los habitantes y los instrumentos territoriales presentes (o más bien ausentes) en la planificación urbana que logren articular los elementos anteriores.

La teoría y práctica han demostrado que la tasa de motorización aumenta con mayor velocidad que el desarrollo de infraestructura. Por lo tanto, si bien se aplaude la idea de estudiar la exclusividad de vías, lo fundamental sería incentivar el uso del transporte público. Para eso, se deberían realizar cambios en la planificación mediante un instrumento territorial que analice y planifique la movilidad al interior y entorno al gran Temuco.

Es necesario definir la infraestructura y medios de transportes que sean atractivos para su uso. Es decir, un transporte que otorgue el desplazamiento a la población con capacidades diferentes, y que cuente con un eficiente sistema de frecuencias, entre otros. Por lo tanto, urge establecer una visión estratégica a mediano y largo plazo de cómo observamos la movilidad y el transporte asociado. Se debería contar con un instrumento territorial de carácter normativo que analice el desplazamiento urbano y articule el transporte colectivo, entre otras. No sólo esto contribuirá a mejorar la calidad de vida en el desplazamiento de nuestros habitantes, sino que aportará a la construcción de una ciudad sustentable.