La Araucanía tiene un preciado tesoro en sus entrañas, como lo es su tremenda capacidad de generación geotérmica, y de hecho Mighty River Power -MRP Geotermia- la compañía neozelandesa que desarrolla tres proyectos en la cordillera chilena, lleva adelante en la zona de Curacautín su iniciativa más avanzada, a la que se suman Ránquil y Puchuldiza.
Sin embargo, la geotermia quedó -aparentemente- de muy bajo perfil en la agenda energética del Gobierno, donde aparece sólo en una página, aunque se ha advertido que se prepara un proyecto de ley para el sector, el que sería enviado al Congreso en el cuarto trimestre de 2015, pero no se advierten otras señales respecto del desarrollo futuro de esta fuente de energía y cuál sería el aporte del Estado para apoyarla.
El 'pero' es que los proyectos geotérmicos tienen su cuota de riesgo, toda vez que se requiere inversiones muy fuertes en las etapas previas. Estimaciones del Programa de Asistencia para la Gestión del Sector Energético, del Banco Mundial fijan en unos 4 millones de dólares por cada MW el gasto en exploración geológica en la cordillera. Si bien es cierto este es un problema que está presente en la mayoría de las fuentes de energías renovables, en el caso de la geotermia se agrega la necesidad de lograr la escala necesaria para hacerla competiviva.
Es por lo anterior que los proyectos geotérmicos ni siquiera son bancarizables; no acceden a ese tipo de financiamiento, de allí que el Estado debe analizar cuidadosamente qué tipo de apoyo le debe prestar a las compañías interesadas -franquicias tributarias, subvenciones, etcétera- para hacer más atractivo el rubro, que ofrece tanto potencial de una energía limpia y abundante.
El gerente general de Energía Andina ha dicho, junto con otros especialistas, que ha faltado un mayor apoyo del Estado para compartir los supuestos riesgos; incluso en Chile no hay servicios para realizar las operaciones previas de exploración y prospección, lo que también ocurre, en un círculo vicioso, por la falta de una carpeta de proyectos más nutrida. Falta la respuesta del Estado.