¿Por qué a la hora de escoger a sus discípulos el Señor prefirió en primer lugar a un grupo de pescadores? Cuál habrá sido la razón por la que en el momento de nombrar a quién pondría a la cabeza de los Apóstoles, como piedra fundamental de su Iglesia, eligió también a un pescador cuando dirigiéndose a uno de ellos le dijo: '¡Tú eres Pedro, y sobre ti, piedra, edificaré mi Iglesia, y ni los poderes del mal y de la muerte la podrán vencer ! A ti te doy las llaves del Reino de los Cielos, lo que ates en la tierra quedará atado en el Cielo, lo que desates en la tierra quedará desatado en el Cielo'. (Mt, 16).
Tal vez porque son hombres que en su vida y trabajo diario, están más conscientes que nadie que en todo ello dependen de Dios, tanto para obtener el fruto de sus esfuerzos, como para regresar sanos y salvos a casa. Quizás porque en la inmensidad del mar, bajo un cielo majestuoso y estrellado, lejos de la trivialidad, ruido, frenesí y luchas de este mundo, pueden contemplar las maravillas de la creación, tomar conciencia de la pequeñez y fragilidad humana, dialogar con el Señor sus sentimientos más íntimos, y reflexionar acerca de lo esencial de la existencia. A lo mejor, porque confiados plenamente en la Providencia de Dios y el amor a los suyos, se lanzan mar adentro, hacia aguas profundas, buscando alcanzar sus objetivos, sin temor a enfrentar desafíos, tempestades y la entrega de la propia vida. O porque al elegir como piedra fundamental de su Iglesia a un humilde pescador, quería demostrar que sólo es posible descubrirlo y seguirlo si se tiene un corazón sencillo, que lejos de toda autosuficiencia todo lo esperan de Dios, y a su vez, para hacer ver que cuanto logra su Iglesia en la acción evangelizadora, no es fruto de capacidades humanas, sino de la fuerza del amor de Dios.
¿Será porque ante la pregunta de Jesús a sus discípulos acerca de quién era él, fue el único que respondió acertadamente: '¡Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo!'. ¿Será porque al momento de ser puesto a prueba por Jesucristo en su capacidad de fidelidad a la misión que esperaba encomendarle, le preguntó 'Pedro, Hijo de Juan, me amas más que éstos?, y Pedro contestó: 'Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo', y Jesús le ordenó entones, 'Apacienta mis ovejas' (Jn, 21), haciendo ver que para amar y servir a la humanidad como Jesús, hay que amar y servir a Dios. En la fiesta de San Pedro y San Pablo, el Señor bendiga y proteja al Sucesor de Pedro, nuestro amado Papa Francisco.