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Secuestrador de Curacautín solicitó el indulto en 1993 y le fue negado

Delitos. En un año el ex reo que atacó a la menor de 11 años cometió dos hurtos y un robo con homicidio. Luego fue condenado por el delito de violación.

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La comunidad de Curacautín aún no se repone del fuerte golpe que significó la detención de un peligroso delincuente que mantuvo por tres días secuestrada a una escolar de 11 años.

Y las familias se preguntan ¿cómo nadie sabía que José Fuentealba había pasado la mitad de su vida en la cárcel? Uno de los datos estremecedores que este medio logró establecer es que en 1993 José Adán Fuentealba Lara (50 años), solicitó al primer Gobierno democrático ser indultado.

En esa fecha el avezado delincuente se encontraba recluido en la cárcel de Curacautín donde cumplía la pena de 15 años y 1 día de presidio como autor del delito de robo con homicidio.

Esta causa corresponde al Juzgado del Crimen de Collipulli, donde fue sometido a proceso el 25 de agosto de 1987 y fue condenado con fecha 10 de noviembre 1988. Según los antecedentes el 30 de julio de 1993 el interno elevó una solicitud para pedir un indulto, el que finalmente le fue negado.

La pena por este ilícito la cumplió el 30 de noviembre del 2011 en el Centro de Detención Preventiva de Curacautín.

Pero el historial delincuencial de José Fuentealba se inicia en 1987 cuando tenía 24 años. El Juzgado del Crimen de Collipulli lo condenó el 8 de junio como autor del delito de hurto, a cumplir la pena de 541 días de presidio menor en su grado medio, con una pena remitida, sin cárcel.

Ese mismo año el Juzgado del Crimen de Traiguén lo procesó como autor del delito de hurto el 8 de agosto de 1987, sólo dos meses después.

Los antecedentes de Fuentealba revelan que se trata de un peligroso delincuente que transitaba como una persona 'tranquila y afable' en la comuna de Curacautín y que jamás dejó de atacar.

Los registros policiales revelan que en 1999 el Tercer Juzgado del Crimen de Temuco lo procesó por el delito de violación y con fecha 29 de septiembre del 2000, es condenado a 5 años y 1 día de presidio menor en su grado máximo, pese al vasto prontuario que tenía a su haber.

La última pena la cumplió el 29 de noviembre del 2011 por orden 1.194 de fecha 30 de noviembre del 2011, del Centro de Detención Preventiva de Curacautín.

El sábado recién pasado el fiscal Iván Isla inició investigación contra José Fuentealba como autor del delito sustracción de menor, violación y lesiones menos graves, lo que expone al trabajador a una pena de presidio perpetuo calificado, es decir, pasar toda su vida en la cárcel.

Al interior de la familia de la niña secuestrada y abusada aún tratan de curar las heridas.

Tienen claro que lo hecho por Fuentealba, que nunca se casó, es algo que 'no tiene nombre ni perdón'.

Las heridas vuelven a abrirse más al momento de enterarse que el sujeto que le causó tanto daño a su pequeña familiar, solicitó el indulto presidencial, hecho que fue repudiado por el tío de R.J, Héctor Muñoz Yáñez.

'No me imaginaba que pudo ocurrir una cosa así, o sea el hombre no tiene escrúpulos para nada', dijo a El Austral el familiar de la pequeña que fue secuestrada el pasado 8 de julio a 200 metros de su casa, ubicada en calle 9 Oriente en la población Manuel Rodríguez.

Consultado el tío sobre el monto de las condenas recibidas, en especial la violación, en donde se le aplicaron 5 años y un día de presidio, Muñoz Yáñez dijo que 'es una decepción para uno por la condena tan baja, eso no tiene nombre, más encima quizás recibió algún beneficio es como fomentar que haga este tipo de cosas'.

En tanto, bajo observación en el Hospital de Curacautín se encuentra la pareja de José Fuentealba, Guadalupe Morales, de acuerdo con lo señalado por familiares cercanos, quienes manifestaron que el shock tras conocerse la detención del agresor fue tal que el lunes pasado debió ingresar al centro médico con una aguda depresión, por lo que se espera pueda contar con la ayuda de psicólogos.

Guadalupe Morales llevaba poco más de un año de relación con Fuentealba, a quien había conocido por intermedio de la iglesia Metodista Pentecostal de Chile, de la que ambos formaban parte. Desde mediados del año pasado habían decidido convivir en el domicilio de calle 9 Oriente, en Curacautín, vivienda que les era arrendada por otro miembro de la iglesia. Allí vivían junto a uno de los 3 hijos de la mujer y según lo señalado por familiares, la convivencia era tranquila e incluso alegre.

'José Fuentealba nunca demostró nada que pudiera hacer pensar que haría algo así, por lo que ella quedó muy mal al enterarse, pues sabía de la búsqueda de la niñita', apuntaron familiares de la mujer. 'Fue un golpe muy duro, estaba sorprendida y muy dolida, y al parecer no quiere volver a la casa donde vivían'.

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