Las repercusiones de la obesidad se han centrado en la asociación con enfermedades crónicas y con menos atención hacia los efectos sobre la función reproductiva de las personas.
Sin embargo, particularmente el fenotipo de obesidad abdominal se asocia con la infertilidad en ambos sexos y la presencia de desajustes hormonales e inflamatorios lo que explica graves alteraciones espermáticas y el fracaso de los métodos de fertilización asistida.
La obesidad en la gestación se asocia con alzas en las tasas de aborto, diabetes gestacional, hipertensión, tromboembolia, hemorragia, índice de cesárea con riesgo anestésico y de infección, retraso en la lactogénesis y/o una duración más corta de la lactancia.
Los hijos de madres obesas tienen más requerimientos de cuidados intensivos neonatales por alteraciones respiratorias, traumas del nacimiento o anomalías congénitas. La obesidad de población asiática o latina se ha observado la programación de ciertos genes asociados a la expresión corporal intrauterina y de los primeros años de vida, tanto en concentraciones de grasa corporal como en niveles de insulina.
En mujeres con síndrome de ovario poliquístico la obesidad puede favorecer la anovulación crónica y la producción de hormonas masculinas. El aumento de masa corporal se asocia con trastornos menstruales, tanto por exceso como por déficit, motivo frecuente de consulta en adolescentes hoy. Mujeres obesas tienen limitaciones para emplear ciertos compuestos hormonales anticonceptivos y mayor riesgo de cáncer endometrial y de mama.
En la espera sexual, la obesidad en la mujer se asocia con la falta de deseo sexual y de relaciones placenteras, donde cambios anatómicos en el piso pélvico y una baja autoestima pueden influir.
En los varones, está asociada a la disfunción eréctil, con presencia de hipogonadismo, alteraciones en la concentración de testosterona y niveles elevados de varias sustancias pro-inflamatorias que afectan el llene de los cuerpos cavernosos.
En Chile tenemos tasas importantes de obesidad y sobrepeso escolar con riesgo no solamente de enfermedades crónicas y neoplásicas, sino con un impacto no dimensionado sobre la salud sexual y reproductiva. Nuevamente la promoción de estilos de vida saludables es fundamental, pues sin duda tratar estas repercusiones se avizora compleja y costosa para el sistema de salud.
directora Simulación