Como universidad de clara vocación pública hemos buscado estar presentes en el debate de la reforma educacional que hoy se discute en nuestro país, así como también hemos enfocado nuestro quehacer en abrir las puertas de nuestra casa de estudios, para que cada vez los chilenos y chilenas la vayan sintiendo más propia. Somos conscientes que este es un proceso lento, pero hay que avanzar con decisión.

El apoyo a la educación escolar a través de la lectura se ha transformado en un gran objetivo para la Universidad Católica.

Es por eso que ayer inauguramos la Biblioteca Escolar Futuro en el campus Villarrica, la cual tendrá como público a ocho mil alumnos de 59 colegios con altos índices de vulnerabilidad escolar de la Región, los que tendrán acceso a una colección de aproximadamente tres mil libros, los que podrán leerlos en la biblioteca y llevárselos para sus casas.

Somos conscientes que con este proyecto no vamos a solucionar el problema de la educación de la Región ni del país. Sin embargo, busca ser un aporte en entregar igual de oportunidades a los niños y jóvenes.

Anhelamos que los niños puedan acceder al mundo de la lectura y encantarse con él, puedan imaginar y soñar sin límites. A nivel regional, queremos contribuir a disminuir los altos índices de deserción escolar, llegar a lugares rurales que hoy están marginados y aportar en la alfabetización de la Región.

Nuestro sueño es que los profesores de La Araucanía puedan tener mejores herramientas y sentir que la PUC los apoya en su labor docente. Apostamos a que esta biblioteca sea el puente para que los niños conozcan la universidad, puedan interactuar y así pierdan el miedo a entrar a ella.

Hoy, con mucha alegría, les decimos a los niños y niñas de la Región de La Araucanía que la Pontificia Universidad Católica también es suya.

rector de la

Además de los conocidos problemas que tiene La Araucanía, como los aún elevados índices de pobreza, la violencia rural y los bajos niveles de inversión privada, uno de los elementos que conspira contra el desarrollo armónico de la Región es la alta tasa de caminos sin pavimentar. Basta un recorrido por cualquiera de las zonas, ya sea la cordillerana, la lacustre o la costera, para constatar que el pavimento es todavía un anhelo para las comunidades, dificultando la amplia gama de actividades económicas que acá están presentes, desde el turismo hasta la agricultura y los servicios.

Por ello es que ha resultado tan significativo para los vecinos el inicio de los trabajos de pavimentación desde Cunco al lago Colico, lo que acortará los tiempos de traslado y facilitará la llegada de turistas y los viajes de los propios cunquinos hacia su cercano cuerpo de agua. Las obras ya están en ejecución y, si se cumple el organigrama, debiesen estar finalizadas en los primeros meses del próximo año. Será un cambio radical para un sector en el que el camino de tierra cobra altos costos a los vehículos motorizados y al confort de los pasajeros.

Pero así como esta vía, que forma parte de la Ruta Interlagos, modificará prontamente su aspecto, quedan aún muchísimos otros caminos de tierra en la Región que requieren de la intervención del Estado. Quizás si la más importante es la Carretera de la Costa, que de pavimentarse impactaría positivamente en el turismo de un sector que ha quedado a la zaga de la exitosa experiencia de la zona lacustre; y que paradójicamente cuenta con todos los atributos necesarios para consolidar su apuesta en este rubro: belleza escénica, comunidades dispuestas a incursionar en este rubro y tranquilidad, que es lo que buscan muchos de los visitantes de otras regiones.

Mejorar los caminos interiores de La Araucanía es una tarea compleja, pero imprescindible. En esta Región, en la que se concentra prácticamente uno de los mayores números de rutas menores del país, la necesidad de superar los índices de pobreza y de disminuir los grados de conflictividad convierten a esta tarea de mejoramiento de la conectividad vial en una misión casi de Estado.