Otra polémica surge esta semana. Se trata de la iniciativa del diputado Jiménez de cerrar el comercio por ley a las 17 horas, con la loable explicación de que así se fortalecerán las relaciones familiares. Suena lógico, correcto, bueno y necesario.
Pero una clara contradicción salta a la vista en la que su coalición política cae, y al parecer toda nuestra sociedad también, de creer que lo que fortalece las relaciones familiares tiene que ver con las relaciones comerciales.
Y es contradictorio pues el mismo conglomerado de Gobierno que apoya Jiménez aboga por el aborto, la liberalidad sexual, los matrimonios homosexuales, la legalización de las drogas, la eutanasia, la relatividad en el tratamiento de la delincuencia, etc. ¿Me podrían decir cómo esas iniciativas, y otras que apuntan a dar toda clase de libertades, fortalecen las relaciones familiares?
Porque la verdad sea dicha: lo que en realidad afecta las relaciones familiares son elementos mucho más abstractos que tienen implicaciones concretas, como una sana espiritualidad, valores profundos en la formación de los niños en el hogar y en la escuela. Esto es bien pertinente ahora cuando al hablar del lucro se olvidan del contenido de la educación, el cual debería propender a establecer fundamentos éticos firmes para la sociedad. O quizás están aprovechando el salto para liberalizarla aun más.
Otros aspectos como el respeto y la promoción del núcleo básico de la sociedad que es la familia, son esenciales. Pero, ¿cómo se condice con el hecho de que las personas que no están casadas (o son convivientes) y tienen hijos, reciben más apoyo, por ejemplo, con puntos en una ficha social que aquellas parejas que están legalmente casadas?
De fortalecimiento de relaciones familiares no es mucho lo que pueden enseñarnos aquellas autoridades que hoy en día nos dirigen, y que muestran familias y matrimonios quebrados que no lograron mantenerse en el tiempo.
Lo que la Biblia nos muestra es que podremos fortalecer las relaciones familiares y por ende la sociedad, cuando seamos fieles en nuestros matrimonios, a nuestros hijos, a nuestra patria y fieles al Creador. Cristo dice que quien es fiel en lo poco se le podrá encargar lo mucho, al haber demostrado una buena mayordomía.
¿Han sido fieles en lo poco -la mayordomía de sus propias familias- aquellos que hoy nos quieren dar clases de cómo administrar lo mucho, como un país completo? La canción 'Palabras, tan solo palabras' viene a mi memoria.