Con dos goles de Eduardo de La Barra, Green Cross logró dejar los puntos en casa al derrotar a Antofagasta ante poco más de tres mil personas en el Estadio Municipal de Temuco. El partido fue muy friccionado, con tres expulsados, uno de los locales y dos antofagastinos. El árbitro constituyó 'espectáculo aparte'.
Durante mucho tiempo los agricultores de la Región han reiterado que el abigeato ha estado experimentado un sostenido aumento, a pesar de los variados esfuerzos policiales y de las juntas de vigilancia rural que se han acometido para cautelar de mejor forma la propiedad de las cabezas de ganado que pastan en los campos. Es prácticamente frecuente conocer en los partes de novedades policiales distintos episodios de robo de ganado, los que muchas veces quedan sin responsables, no obstante que varios de los afectados son capaces de entregar información que pudiese ser valiosa para recuperar sus animales y castigar a los ladrones.
De acuerdo a cifras proporcionadas por agricultores de Malleco en una reunión que sostuvieron la semana pasada con la gobernadora de la provincia, desde el año 2000 a la fecha se han sustraído 10 mil cabezas de ganado en las comunas de Victoria, Ercilla, Traiguén, Angol, Los Sauces y Collipulli, con pérdidas valorizadas en cinco mil millones de pesos. La Sofo, por su parte, ha explicado que desde 1999 se han interpuesto 611 denuncias formales por este delito; y que en el primer semestre de este año, el abigeato provocó perjuicios por 633 millones de pesos, mientras que el año pasado el total de pérdidas fue de 793 millones.
Son cifras preocupantes que dan cuenta del alcance de este fenómeno y que, según los agricultores, ha derivado en el último tiempo en una atractiva fórmula de financiamiento de la que se están valiendo los grupos violentistas responsables de los atentados en la zona de Malleco. En su explicación, sostienen que gran parte de los abigeatos se produce precisamente en los sectores en que se han sucedido los ataques rurales, y que a la sustracción de ganado se le une también la venta de madera robada.
Esta vinculación que se ha hecho respecto de abigeato y financiamiento de grupos radicales merece la máxima importancia de las autoridades, a quienes corresponde ponerle coto al ambiente de inseguridad que se ha apoderado de las zonas rurales de la Región. Si hay antecedentes sobre este nexo, lo que corresponde es una línea investigativa clara y una decisión política que respalde esta labor.
La educación superior en Chile es de las más caras del mundo. Esto se genera, por un lado, porque los aranceles son altos, y, por otro, porque nuestras carreras son muy largas. Chile tiene el promedio de años de titulación de carreras universitarias más alto de la OCDE. Mientras un joven chileno se demora en promedio 6,3 años en titularse de una carrera universitaria, en los países de la OCDE esto demora 4,3 años, o sea dos años menos.
Si miramos las carreras profesionales con más titulados, observamos que su duración efectiva es aún mayor que el promedio del país. Por ejemplo, Ingeniería Forestal y Derecho duran en promedio 9 años, mientras que las ingenierías civiles, Veterinaria y Agronomía superan los 8 años.
La excesiva duración de las carreras conlleva muchos efectos negativos, como elevar los costos de la formación y retardar la inserción laboral. Este problema genera desigualdad, pues afecta de forma más aguda a los jóvenes de menores ingresos.
Además, las carreras largas fomentan la deserción, pues los jóvenes se desmotivan con tantos años de estudio por delante (especialmente cuando los estudios tienen poco contenido práctico).
Es por esto que muchos países han optado por acortar sus carreras, siendo Europa el caso ejemplar. Surge, entonces, la pregunta: ¿a qué responde la excesiva duración de nuestras carreras en comparación a otros países, incluidos aquellos de ingreso similar? ¿Implica esta mayor duración más calidad?, ¿es deseable para la sociedad ofrecer la actual combinación de calidad y largo de carreras?
Un argumento corriente para justificar las carreras largas es la deficitaria formación escolar. Si bien es cierto que la calidad de nuestra educación escolar es inferior a la de los países de la OCDE, también vemos que países similares al nuestro, por ejemplo México, resuelven este problema sin alargar sus carreras. Además, si influyera la formación escolar, observaríamos diferencias de duración entre las instituciones que reciben alumnos de mayor y menor rendimiento, pero no es el caso.
Es fundamental avanzar en acortar las carreras para reducir los costos económicos y sociales asociados. Esto requiere del apoyo del Estado, pero será imposible sin un esfuerzo de modernización por parte de las universidades.
investigadora del CEP