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"La dendroenergía es una fuente de empleo para el mundo rural"

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Con el fin de promover el uso eficiente de los sistemas energéticos y prevenir el efecto invernadero, la Oficina Nacional de Bosques de Francia (ONF), ente equivalente a Conaf en Chile, cuenta con sedes a nivel mundial, manteniendo una serie de oficinas en Latinoamérica.

Bajo este escenario, Anthony Dubois, director ejecutivo de ONF Conosur y en el marco de la segunda versión de la Feria Internacional de Dendroenergía de La Araucanía, FIDA 2014, el profesional expuso la experiencia del país galo en torno al desarrollo de la biomasa como combustible.

Calefacción distrital, políticas públicas acordes a las necesidades de la población y organismos estatales capaces de liderar desde adentro a la industria de la biomasa, son parte de las estrategias sugeridas por el experto.

- ¿Cuándo comenzaron las políticas públicas en torno al uso eficiente de la biomasa en Francia? ¿Sus inicios tienen relación con la contaminación?

- Hay muchas similitudes de contexto, pero en Francia no tenemos problemas de contaminación de las ciudades por mal uso de la biomasa, ya que ésta se ocupa más en el mundo rural, y la que se usa en las grandes urbes, son con equipos más eficientes, las emisiones están reguladas, y los combustibles son de mejor calidad.

- ¿Qué factores llevaron a regular la dendroenergía?

- La leña existe desde siempre, pero la política pública de estructuración y desarrollo del sector fue porque existen metas nacionales y europeas de reducción de las emisiones de carbono y aumento de las energías renovables. En el contexto francés, la dendroenergía es la primera fuente potencial, porque tenemos una producción biológica anual de 80 millones de metros cúbicos, y de esa, sólo se aprovechan 60 millones de mt3.

- ¿Cómo se ha ido llegando a esa meta?

- El Estado encargó a la ONF la labor de posicionar y entrar en el mercado para mejorarlo, poniendo criterios de calidad a los combustibles.

- En Francia, ¿la leña es considerada combustible?

- Sí, de hecho, la mayor fuente de energía es la leña, centrada a nivel domiciliario, sobre todo en el medio rural.

CHILE

- ¿Cómo ve la actual situación de Chile en torno al uso de la leña y la biomasa?

- Es terrible el problema de contaminación en las ciudades del sur de Chile, al igual que la calidad de las viviendas. Si hablamos de la biomasa, es cosa de estructurar el mercado de la dendroenergía, ya que su potencial es muy alto. Un punto muy importante es que haya políticas muy fuertes para poder llegar a un buen desarrollo.

- ¿Como cuáles?

- En el caso francés, fueron los incentivos de la Agencia Nacional de Energía a través de concursos y licitaciones para calefacción distrital en las ciudades -sobre todo en edificios públicos- que hizo que se desarrollara el mercado de astillas y pellet. También había créditos de impuesto al comprar una estufa a pellet y de mejor calidad. Esas iniciativas ayudaron al desarrollo.

CULTURA Y VIVIENDA

- ¿Cree usted que es relevante tomar en cuenta el factor cultural al momento de pensar en aplicar en Chile políticas públicas basadas en experiencias foráneas?

- Sí. Hay que tomar en cuenta el nivel de vida de muchas personas, que es bastante básico y no tienen la capacidad de invertir en equipos más eficientes. Más que elementos culturales, se deben considerar estas situaciones y ayudar a la gente. También deberían cambiar las normas de construcción de las viviendas, eso es básico. Antes de hablar de equipos eficientes, se debe abordar el tema de la vivienda.

- ¿El desarrollo de dendroenergía es rentable para los emprendedores locales?

- Por supuesto. La dendroenergía es una fuente de empleo para el mundo rural, mucho más que el gas o el petróleo. Formalizando el sector, también es una forma de mejorar la calidad de vida de los pequeños propietarios.

5 filiales

tiene a nivel mundial

la ONF, las que se encuentran repartidas en Latinoamérica y África.