Los jóvenes que se proyectan tienen mayor probabilidad de éxito
comportamiento
Los últimos meses del año son un periodo crucial para los jóvenes que egresan de la enseñanza media y buscan la mejor opción profesional de acuerdo a sus capacidades.
Llegados a este punto, es importante que los adolescentes comiencen a fijar metas para su futuro, tanto familiar como laboral, ya que de esta manera aumentan la probabilidad de tener más éxito que las personas que se planifican, pero no tienen la confianza suficiente en sí mismos.
Así lo afirma un estudio realizado por la Universidad Estatal de Pensilvania, referente al desarrollo de los jóvenes estadounidenses y sus proyecciones profesionales.
"Estamos muy interesados en el desarrollo profesional, pero también en la forma en que el adolescente interactúa con la vida familiar. También estábamos interesados en cómo los jóvenes sopesaban sus metas dentro del dominio de la familia y el trabajo", explicó Bora Lee, integrante del equipo de investigación, en un comunicado institucional.
éxito y confianza
Los autores del estudio consultaron a 995 adolescentes de entre 14 y 15 años en una primera instancia, y después cuando cumplieron 17 y 18 años. Los participantes fueron interrogados acerca de cómo imaginaban su futuro y la importancia que le otorgan a la vida familiar y profesional.
También se les preguntó sobre si creían que tendrían éxito en el logro de estos objetivos, además de si tenían confianza en ello y cómo se calificaban a sí mismos.
Los resultados arrojaron que la mayoría otorga una alta importancia al trabajo y la familia. "Casi la mitad de los adolescentes dijo que 'el trabajo y la familia son importantes para mí', y también que tienen altas probabilidades de lograr esos objetivos", indicó Lee.
Cuando los mismos participantes cumplieron 35 y 36 años, fueron encuestados nuevamente. Se les pidió que respondieran acerca del "éxito percibido" en el trabajo y la familia. Los resultados indicaron que la clave del éxito fue la confianza en sí mismos y en el logro de sus metas.
También se establecieron diferencias en cuanto al estado civil de los participantes. Quienes otorgaron igual importancia a la familia y el trabajo contrajeron matrimonio o convivieron en pareja antes de cumplir los 30 años. Mientras, quienes se enfocaron solamente en el trabajo su vida afectiva recién se consolidó después de lo 35 años.
Además, los adolescentes que se proyectan también tienen más posibilidades de ampliar su educación, es decir, realizar un postgrado y especializaciones laborales. Y todo gracias a la confianza en sí mismos.
"Aquellos que muestran más confianza en el logro de su objetivo también son más propensos a alcanzar esas metas en la vida adulta. Quienes otorgaron gran importancia al trabajo y la familia, y tuvieron una gran confianza en ellos, fueron más propensos a reportar que sentían el éxito en el trabajo que otras personas", añadió Lee.
La investigadora señaló además que "los individuos tienen a ser más exitosos en su logro de metas cuando están motivados tanto en el ámbito laboral y familiar. En efecto, el trabajo y la familia deben verse como aliados y no como competidores. Hoy en día la gente quiere alcanzar sus objetivos en ambos dominios, trabajo y familia".
El apoyo familiar es primordial a la hora de que los jóvenes elijan sus opciones para el futuro. El diálogo y la búsqueda de opciones que respondan a las capacidades de los adolescentes evitan el estrés académico que implica el último año de enseñanza media y que puede tener consecuencias negativas.
Tanto los estudiantes secundarios como los universitarios se ven expuestos al estrés académico debido a las pruebas de fin de año. Un estudio de la Universidad Autónoma de Madrid advierte que las posibles consecuencias de este mal son el acné, la caspa y la sudoración excesiva. Los especialistas aconsejan llevar una buena alimentación libre de grasas, mantener una buena higiene con productos hipoalergénicos y establecer rutinas para liberar la ansiedad.