Lobos y ovejas
Hace un par de semanas estuve en la reunión de padres y apoderados del liceo donde asiste uno de mis hijos. La discusión planteada por el profesor se refirió respetuosamente a la crisis de la adolescencia. Las preguntas a los padres: ¿qué pensamos de esto?, y ¿de alguna forma la falta de valores en el hogar incide en la situación que enfrentan los chicos?
Las opiniones fueron enriquecidas por experiencias de los padres y apoderados, aunque siempre hay aquellas que como pistolero mexicano disparan para cualquier lado, sin apuntar , pero haciendo ruido.
Lo que me llamó profundamente la atención fue que la mayor parte de los padres coinciden en la pérdida de valores en nuestra sociedad, producto sobre todo de la falta de aceptación de Alguien superior (más allá de una espiritualidad difusa o de un contexto estructurado de iglesia). La necesidad del ser humano de relacionarse con su Creador sigue siendo una realidad. Cuando se responde a esta necesidad, uno se proyecta y guía a sus seres amados hacia un futuro esperanzador.
La aceptación de Dios fuera de nosotros mismos nos lleva a reconocerle como Superior y como Alguien (no sólo energía, fuerza o poder) que por ser tal, tiene sanas exigencias hacia sus criaturas, que le permiten a éstas la convivencia. Lo interesante es que entendiéndolo, parece que nadie hace nada, y más bien tenemos una sociedad narcotizada por el egoísmo y secuestrada por los deseos de unos pocos. La Biblia dice que parecen ovejas sin pastor.
Lo vemos por ejemplo en la imposición a los jardines infantiles públicos de un texto que no fue consultado con los padres, atendiendo a la ideología de género que se pretende imponer en nuestro país. Por cierto, si un profesor quisiera llevar la Biblia a la sala, debe contar con la autorización del director del establecimiento previa solicitud de los padres.
Parece que la verdadera crisis no está en los adolescentes, sino en la misma sociedad, pues las ovejas están siendo guiadas por lobos. Una sociedad insensible y sin capacidad de asombro, frente a aquellos que la dirigen y que la Biblia define como "quienes tienen sus conciencias cauterizadas". Es normal que ellos vean sus propios deseos como naturales, aceptables y promocionables.
Me pregunto, ¿qué deberá pasar para que la sociedad despierte de su letargo valórico y reaccione frente a estos lobos rapaces?
Andrés Casanueva,