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Los artistas tras los tallados que dan identidad a La Araucanía

colosos. Desde el lago Budi hasta las alturas de Lonquimay han sumado a sus bellezas naturales hermosas esculturas en madera que superan los 4 metros.

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Esta semana, en pleno centro cívico de la comuna de Villarrica maquinaria pesada procederá a la instalación de un enorme tallado en madera de 4 metros de altura, representando a un mapuche con una chueca en una mano y una vasija en la otra. Posteriormente, un nuevo tallado de similares dimensiones, esta vez representando a un mapuche y a un soldado español, irán a adornar un punto histórico de la misma comuna, el sector donde se emplazaba el fuerte.

El autor de ambas esculturas en madera es el tallador Joel López Mendoza, uno de los tantos artistas que están cambiando el rostro de La Araucanía con estas representaciones en troncos, otorgándole un sello histórico y artístico a plazas, avenidas, municipios e incluso cuerpos de bomberos y cuarteles del Ejército.

VILLARRICA

"Esta semana se instala una de mis esculturas en pleno centro de Villarrica", asegura el tallador Joel López, quien a sus 64 años, ha dedicado 40 de ellos en cuerpo y alma al tallado.

"Yo vivía en la Región Metropolitana, recuerdo que salía mucho con mi papá a los cerros cercanos a Santiago, Cajón del Maipo, para cazar conejos y pájaros... Vivíamos de eso, así es que a veces pasábamos semanas en la cordillera. Allí me gustaba ver el trabajo de los leñadores cortando el espino, me causaba curiosidad la veta tan linda que tenía esa madera, y a los 15 años ya comencé a hacer algunos tallados", asegura el escultor.

Posteriormente, cortaplumas en mano, Joel López comenzó a tallar raíces. Desde entonces no paró. A los 22 años ya tenía un tallado en el mismísimo Parque O'Higgins.

La segunda mitad de su vida -los últimos 30 años- los ha vivido en La Araucanía, que ha recibido las obras en madera de este tallador.

"Calculo que he realizado hasta ahora unas 50 esculturas de más de 4 metros", apunta el tallador. "Mis maderas preferidas son el laurel, castaño, eucalipto, raulí".

Mascarones de proa, mapuche y españoles, escenas del campo, son algunas de las obras que este artista de la madera ha creado y que hoy están diseminadas por todo Chile, y una buena parte en La Araucanía.

"Ahora que existe la motosierra se ha convertido en una importante ayuda. Luego, el trabajo fino se realiza a mano con gubia, formones y partidores".

El taller de Joel López está "donde esté el tronco", y su contacto es el 83359586.

PUERTO DOMÍNGUEZ

Sin duda las enormes estatuas de madera de Puerto Domínguez son la mejor tarjeta de invitación de esta pintoresca localidad de Saavedra. Allí, junto al Lago Budi, la plaza muestra orgullosos mapuche a caballo, mujeres cargando sus cántaros, pescadores en su bote artesanal y lonkos dominando su entorno por sobre los 5 metros de altura.

El autor de estas hermosas esculturas es el tallador Ildefonso Quilempán, actualmente radicado en Nueva Imperial, y quien de alguna manera fue el pionero de esta creación e instalación de las grandes esculturas en La Araucanía.

"Partí a los 27 años con esto del tallado", asegura este escultor en madera de 39 años. "Yo trabajaba como mueblista en Puerto Domínguez, allí trabajaba con muebles de estilo en mi taller y me di cuenta que el tallado era un valor agregado importante. Así nació la idea de ir sumando esculturas a los muebles grandes, y de allí pasé a hacer mis primeros tallados".

El impulso definitivo llegaría por parte de un cliente quien al ver sus nuevas obras le dijo con convicción que eso ya no era mueblería, era una obra de arte.

"El 2004 aproximadamente entré de lleno en el tema de las esculturas", asegura Quilempán. "Mis dos primeras esculturas de gran tamaños las regalé a Puerto Domínguez, fueron las primeras que se instalaron en la plaza, representando al hombre y a la mujer mapuche. Todavía están allí, fueron hechas en madera de pino, y recuerdo que logramos levantarlas gracias al apoyo de las juntas de vecinos".

Posteriormente, gracias a un proyecto se logró levantar una tercera estatua, del lonko Pascual Coña a caballo. Hoy, las estatuas de Ildefonso Quilempán están distribuidas por todo Puerto Domínguez, algunas en el camino que lo conecta con la comuna de Carahue.

"Actualmente estoy trabajando en unas esculturas que irán a San Juan de La Costa, en Osorno, financiadas por ese municipio y que tiene una altura de poco más de 3 metros", apunta el tallador. "Este año les he entregado tres, a las que se suma otra que ahora está instalada en Lebu, una pareja de niños jugando chueca".

Quilempán está consciente de haber sido pionero en el tallado de las grandes esculturas.

"Cuando partí no había mucho en esta materia, pero ahora ya se puede ver a otras personas levantando obras similares. Me parece bien, porque eso quiere decir que ahora sí hay apoyo para realizar este tipo de trabajos".

La obra de Ildefonso Quilempán también está presente en la Plaza de Nueva Imperial, con 4 esculturas representando la cosmogonía mapuche, una de ellas la mítica batalla de Treng Treng y Cai Cai Vilú.

El taller de este destacado artista está en Nueva Imperial. Contacto al 92720609.

Una historia singular es la de Manuel Vallejos Suazo, más conocido en Puerto Domínguez como "El Comando" por su afición a vestir ropas militares.

En septiembre del 2012 este vecino costero sufrió un accidente en auto en la ruta que une Carahue con Puerto Domínguez. Quedó atrapado y debió ser rescatado por bomberos de Carahue. Estuvo 5 días hospitalizado y después de una semana de reposo, agradecido por haber salvado la vida, decidió regalarle a los bomberos de la vecina comuna un tallado: un bombero con un hacha en una mano y un niño pequeño en brazos. Un tallado que hoy se puede admirar en el frontis del cuartel, muy cerca del museo al aire libre de locomóviles.

"Apenas demoré 8 días en hacer esa escultura del bombero", rememora Vallejos. "Parece poco tiempo, nadie me cree, pero todo quedó grabado. También, y por el cariño que le tengo al Ejército, le hice un tallado de 5 metros al cuartel de Montaña de Lonquimay, es un soldado preparado para salir a la cordillera".

"El Comando" inició su camino por el tallado hace muy poco, menos de 2 años. Fue por un encargo de un vecino de Puerto Domínguez que se dio cuenta que la motosierra que usaba en faenas forestales era también una delicada herramienta de trabajo a la hora de crear cisnes, caballos y bomberos rescatando niños.

"Todo mi trabajo lo hago con motosierra, y los diseños los saco de mi cabeza, no tengo dibujos previos", apunta Vallejos. "Si tengo que hacer un cisne, basta que me acuerde de cómo es el pájaro y comienzo a cortar el tronco".

El taller de este tallador está en un lugar privilegiado, en las alturas de Puerto Domínguez, camino a la playa "La Chascona". Allí, dominando buena parte del lago Budi, actualmente Manuel Vallejos trabaja en un agricultor sacando papas, una obra que sin lugar a dudas pronto podremos ver instalada en algún punto de la comuna de Carahue.

Las esculturas de gran tamaño siguen ganando espacios en La Araucanía. Pueden verse en Pitrufquén -destacan los hermosos rostros indígenas a las afueras del Centro Cultural-, en la entrada a Licán Ray, en los hermosos tallados repartidos en la zona lacustre obra del destacado tallador de Loncoche Filemón González.

Y el listado continúa: el frontis del municipio de Loncoche, el museo de Cunco, la avenida principal de Nueva Imperial, en distintos puntos de la Provincia de Malleco, en fin, el listado de esculturas crece día a día.

En Temuco también hay esculturas de madera. Son las talladas por el artista lautarino Luis Castillo, quien estilizó una pareja mapuche y que hoy está en el frontis del Hotel La Frontera.

Es el regalo de los talladores, artistas de la madera y el tronco, que aportan con su oficio al rescate histórico y cultural de La Araucanía.

Tallador

lautarino

La pareja mapuche instalada a las afueras del Hotel La Frontera, en Temuco, es obra del tallador Luis Castillo Sandoval. La pieza -asegura- lo sacó de su obra tradicional, apegada al realismo de la figura. Sin embargo, aplaude la expansión de estas obras en la Región.

-¿Cómo nació este oficio?

-Comenzó como un pasatiempo hace unos 11 años, y hoy se transformó en un tema profesional, de esto vivo hace ya 6 años. Todo partió por una invitación que me realizó Marcelo Poveda, quien fuera jefe de gabinete de la Municipalidad de Lautaro, para realizar una réplica en madera de 30 centímetros del monumento del Toqui Lautaro ubicado en la plaza. Dije que lo intentaría, hice una muestra que gustó, y desde entonces que no he parado.

-¿Quiere seguir incursionando en tallados de gran tamaño?

-Me gustaría, es un desafío, pues no he tenido hasta ahora la oportunidad de realizar una obra en tamaño monumental. Qué mejor identidad se le puede dar a La Araucanía que este tipo de esculturas, sería un tremendo aporte cultural que esta región se llenara de esculturas en madera...

Entrevista