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La Fundación Integra mejora el jardín infantil Mallín del Treile en Lonquimay

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Con una muestra de danza y la interpretación de una canción, los niños y niñas del Jardín Mallín del Treile de Lonquimay se lucieron en la ceremonia de inauguración de las obras de mejoramiento de infraestructura del establecimiento, realizada ante un numeroso público encabezado por la directora regional de Fundación Integra, Alejandra Navarrete, y la directora del jardín infantil, Sandra Tejos, además de varios padres y apoderados.

Esta iniciativa, desarrollada hace unos días, se enmarcó dentro de los proyectos DS 548, con fondos institucionales, para cumplir con los requerimientos de la normativa vigente; y donde se remodelaron los espacios de los 130 metros cuadrados existentes de construcción, además de agregar otros 30 metros cuadrados. La inversión en la infraestructura fue de 44 millones de pesos.

INTERCULTURALIDAD

Tras una emotiva ceremonia, donde incluso recibió distintos regalos por parte de la comunidad del jardín, la directora regional de Integra, Alejandra Navarrete, indicó que con los trabajos realizados "buscamos mejorar las condiciones diarias de los 21 niños y niñas en sus experiencias de aprendizaje. Se está desarrollando un trabajo importante con los párvulos de la zona".

También se refirió al trabajo apuntado a la interculturalidad, "en una labor que es de día a día", lo que se palpa en el Mallín del Treile y donde destacó los programas Yamuwün, "donde participan agentes culturales de la misma comunidad que cooperan en transmitir y prolongar la cultura mapuche a través de la infancia, planificado con el equipo educativo"; y las Veranadas Pehuenches, "una iniciativa muy planificada, donde ya tuvimos la primera reunión el 18 de noviembre, definimos los cinco puntos y nos organizamos con los horarios, ya que partirá a principios de enero. Acá va un trabajo potente en lo social, muy comunitario. Incluso se evalúa con la familia para ir mejorando", dijo.

CALIDAD

Para la directora del Jardín Mallín del Treile, Sandra Tejos, "este trabajo apunta a mejorar la calidad del aprendizaje de nuestros párvulos de una manera muy relevante. Y estamos muy contentos porque ha sido un trabajo colaborativo, donde los vínculos de los niños con los apoderados y el equipo educativo ha sido muy fuerte".

Precisamente, los apoderados han jugado un rol vital en el desarrollo del jardín. Raquel Millalén, madre de Débora Pailla, de 4 años, afirma que "ahora el establecimiento quedó súper bonito, amplio y los niños están felices. Eso para nosotros es lo más importante. Tienen mucho más espacio para jugar y aprender".

También destaca la figura del asesor cultural del jardín, quien trabaja "codo a codo" con el equipo educativo. José Ignacio Camargo lleva tres meses en esa labor, donde realiza 16 horas mensuales, divididas en tres días a la semana. "Buscamos rescatar la lengua, la cultura y los valores ancestrales mapuches. En lo personal ha sido un desafío trabajar con niños tan pequeños, pero ha do gratificante".