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Tres jóvenes mapuches son reconocidos como líderes

2014. Fueron galardonados en el ranking anual de "100 Jóvenes Líderes" realizado por El Mercurio.
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Desde distintas trincheras, una nueva camada de jóvenes de origen mapuche se ha ido posicionando poco a poco en la escena nacional, donde a través de un trabajo innovador ha logrado romper esquemas y dar a conocer su cultura desde una manera íntegra, aportando con una visión rupturista al fin de los prejuicios.

Tal es el caso de Onesima Lienqueo, Venancio Coñoepan y Miguel Ángel Pellao, mapuches "sub 35" que desde diversas esferas han logrado crear espacios de discusión, difusión y conocimiento en torno a su pueblo de origen, razón por la cual fueron reconocidos por el diario El Mercurio como parte de los "100 Jóvenes Líderes 2014".

Política, educación y arte, son las áreas desde las cuales estos jóvenes han aportado no sólo a su pueblo, sino también en la búsqueda de un país que debe aceptar su interculturalidad y la diversidad como una fortaleza.

Autodefinidos como "una nueva generación mapuche", Onesima, Venancio y Miguel Ángel ven a sus coetáneos como un grupo marcado por la interacción constante con el "mundo huinca", con el cual les ha tocado compartir desde pequeños, a diferencia de sus padres y abuelos, los que en la mayoría de los casos se centraron en la vida rural.

Para ellos, el conectarse con sus raíces ha sido una opción, una forma de vida adoptada a conciencia, la cual desde sus diversos puntos de acción buscan promover, tanto para las nuevas generaciones mapuches como para los huincas.

ONESIMA

Onesima Riquelme Lienqueo, quien prefiere ser llamada por su apellido materno, tiene 29 años, y hace cuatro comenzó un proyecto educativo ideado para niños mapuches, a través de la Fundación Pichi Newen, la que busca rescatar y enseñar la cultura ancestral a través del arte.

Con talleres de teatro, danza y artes plásticas, entre otros, los niños no sólo se van reencontrando con sus raíces, sino también aprenden una serie de habilidades blandas, las que les permiten desarrollarse de mejor manera en su entorno.

Madre de dos hijos y actualmente estudiante de Psicopedagogía, esta joven oriunda de Nueva Imperial señala que el mundo moderno ha hecho que los mapuches más pequeños vean de manera difusa los conocimientos ancestrales, los que a través de dinámicas especialmente diseñadas para ellos -donde la oralidad es fundamental-, pueden impregnarse de lo que es ser mapuche.

"Yo veía que mis propios hijos, por el tema del estudio y lo que estaban viviendo alrededor, estaban perdiendo su cultura", cuenta Onesima.

"Empezamos a trabajar con mi mamá, que es educadora tradicional. Comenzamos realizando talleres en escuelas rurales y en comunidades indígenas donde hubiese niños con vulnerabilidad económica", explica la líder mapuche, quien en estos cuatro años ha trabajado de manera autogestionada y con sistema de voluntariado por diversas comunas de la Región.

"Los jóvenes estamos construyendo la nueva historia del pueblo mapuche. Venimos con muchas más fortalezas, y de cierta forma somos más innovadores. Buscamos a través de nuevas herramientas cómo acercar nuestra cultura. Eso ha permitido que nos reconozcan por el trabajo que hemos hecho", expresa.

Pichi Newen, actualmente, realiza talleres itinerantes en Carahue, Nueva Imperial y Temuco, sumando a cientos de niños que a través del arte se han reencontrado con sus raíces.

"Hemos recibido un sólo reconocimiento, que fue del programa Acción Joven de la Universidad Andrés Bello. Con el dinero que ganamos compramos instrumentos para nuestros talleres de música y otros materiales", señala Onesima, quien espera abrir pronto un centro propio, plan donde las redes sociales tendrán un rol fundamental.

"Queremos recabar fondos a través de financiamiento colectivo, por crowdfunding, y nuestra idea es poder abrir un centro en el camino entre Nueva Imperial y Temuco, el que esperamos esté operativo para nuestro próximo We Tripantu, y así comenzar juntos un nuevo ciclo" declara la joven.

MIGUEL ÁNGEL

"Yo cantaba desde chico. En ese tiempo me gustaban las canciones de Mijares y las folclóricas de René Inostroza, pero como me daba vergüenza

que me vieran cantar, me metía debajo de la mesa o me subía a los árboles y me tapaba la cara", recuerda Miguel Ángel Pellao, más conocido como el "Tenor Pehuenche".

Nacido hace 33 años en la localidad de Santa Bárbara, zona cercana al Alto Biobío, Miguel Ángel canta desde que tiene memoria. A los once años, le regalaron un cassette de "Grandes Cantantes de Ópera del Siglo XX", y desde ese entonces descubrió que el canto lírico era lo suyo.

Con estudios en el extranjero y una vasta trayectoria por escenario nacionales e internacionales, Miguel Ángel ha logrado promover su cultura desde el canto.

"Aquí en Chile hay mucho talento. Estoy muy feliz con este reconocimiento, el que comparto con todos mis hermanos pehuenches y con todos los peñis que están haciendo algo por la cultura y por la música", cuenta el artista.

Miguel Ángel ha tenido un año fructífero, el que comenzó con su presentación en la obertura del Festival de Viña del Mar en febrero pasado. Con giras permanentes por todo el país, el tenor del Alto Biobío lanzó su primer disco, titulado "Tributo a mi pueblo". A su juicio, este ha sido un buen año para el mundo mapuche.

"Hemos ido avanzando lentamente, pero vamos bien. El mismo hecho que nuestro peñi intendente (Francisco Huenchumilla) esté a favor de los pueblos indígenas; que tengamos un embajador mapuche (Domingo Namuncura); que el director de la Conadi y el subsecretario de Telecomunicaciones sean mapuches, habla muy bien de las cosas que hemos ido logrando", reflexiona Pellao.

Con el fin de llevar su música a todos los rincones del país, el tenor pehuenche ya tiene programada una gira en el mes de febrero por las regiones de La Araucanía y Los Ríos, donde además de presentar su nuevo disco, recorrerá comunidades mapuches "compartiendo en lugares donde la música no llega", dice.

VENANCIO

De 25 años de edad y faltando sólo un semestre para terminar la carrera de Derecho, Venancio Coñoepan es el 5° hombre de la familia en ostentar este nombre, que ha pasado de generación en generación, en honor a su tatarabuelo, quien fue cercano a Bernardo O'Higgins.

Cholcholino de origen, desde la educación media que Venancio se ha vinculado al mundo político, siendo parte durante años de las juventudes de la Unión Demócrata Independiente (UDI), la que a principios de este año decidió abandonar, para dedicarse de lleno a la creación de la Fundación Chile Intercultural, la que pretende buscar caminos para una nueva y efectiva política indígena.

"Desde chico me gustó conocer la historia familiar y la del pueblo mapuche", cuenta este joven, quien además fue asesor de la Conadi durante dos años, lo que le permitió conocer y aportar desde su visión a la política indígena.

"Quería comprender este conflicto que muchas veces no se entiende, y que suele verse como algo sin solución", relata Coñoepan, agregando que, a su juicio, dentro del tema indígena existe una serie de "subconflictos" que deben ser abordados.

Venancio, quien a pesar de su alejamiento de la UDI comparte ciertas visiones de la derecha chilena, fundamenta que "la derecha tiene una incomprensión del tema mapuche, pero la izquierda tergiversa la realidad indígena. Mi apuesta al ingresar a la UDI, era explicarle a la derecha lo que ocurría, ya que es más fácil explicar algo a alguien que no sabe, que a quienes tienen una mala idea preconcebida".

A meses de terminar su carrera, para Venancio la política y su fundación son sus prioridades. De momento, y junto a su amigo y co-fundador de Chile Intercultural, Han Cuamil, pretenden consolidar este 2015 a la agrupación.

A futuro, este joven de ideas claras espera convertirse en un representante de su pueblo en el Congreso.