Escuela Especial Justo Schweitzer
Cuando se habla de las dificultades de la educación en las zonas urbanas, con discusiones acerca de la calidad, de la gratuidad, de la segregación y de la provisión del financiamiento, bien vale la pena conocer casos que aunque singulares, sirven para recordar el impacto de una escuela y las esperanzas que en ella cifran las familias. Una de ellas, que no ha alcanzado el estrellato por encumbrarse en los resultados del Simce o por alumnos que conquistan logros de relevancia, es la Escuela Especial Justo Schweitzer, que además de la complejidad de atender a 28 niños y jóvenes con distintos grados de discapacidad intelectual, realiza su particular labor allá arriba en la montaña, donde el frío del invierno congela el agua de las cañerías y dificulta el diario acceso de la población escolar.
Este establecimiento, de carácter municipal, se emplaza en las cercanías de la cabecera comunal de Lonquimay, lejos incluso de los servicios que se alcanzan en el pueblo y más lejos aún de las facilidades de integración e inclusión que tibiamente se han conseguido en escuelas de este mismo tipo, pero de carácter urbano. La Escuela Especial Justo Schweitzer atiende las necesidades de las familias de Lonquimay, y dadas las extremas condiciones climáticas que imperan en el invierno, tiene a 16 de los 28 alumnos en condición de internado, lo que demanda, lógicamente, un especial cuidado de quienes laboran ahí.
Esta realidad también representa a la educación del Chile de hoy, y que forzosamente también debiese estar en la mira de las políticas públicas. Si gestionar y mantener una escuela especial es complejo en una ciudad como Temuco, muchísimo más lo debe ser si está localizada en un sector rural y cordillerano, donde la conectividad y la provisión de servicios es un logro para celebrar día tras día, sobre todo cuando el frío y la nieve dominan los sentidos y el paisaje.
Estos establecimientos también demandan la atención del Estado para que se mejoren los estándares de calidad, tanto por la dignidad de sus alumnos como por la de sus familias.