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Sacerdote agredido: "Él esperó toda la misa, estuvo aguardando el momento"

"providencial". Sergio Villalobos asegura que de haber estado alguno de los otros dos religiosos de la Parroquia, de más edad, el ataque pudo haber terminado en una desgracia mayor.

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El sacerdote Sergio Villalobos Ocaranza vio de frente a la muerte. Las dos cuchilladas iban destinadas a acabar con su vida, pero el destino -y sus rápidos reflejos- quisieron otra cosa.

Algo más tranquilo, el religioso -encargado de los franciscanos en Angol- rememoró desde el interior de la Parroquia San Buenaventura, la trágica jornada que vivió nada más concluir la misa.

"Esta es la primera vez que me ocurre un hecho de esta naturaleza, en mis 20 años de sacerdocio como franciscano", inicia su relato. "El martes, la misa comenzó a las 20 horas, habían unas 30 personas, y la verdad es que este sujeto llamó mi atención desde el principio, primero porque uno conoce a los fieles y a él nunca lo había visto, y segundo, porque fue avanzando a medida que transcurría la misa, desde la última fila hasta la primera".

Según el sacerdote, la actitud de Quezada Carrasco fue sospechosa, y esta intuición quedó de manifiesto cuando concluyó la misa, y se volvió a encontrar con el sujeto en la sala destinada a sacristía, ubicada junto al altar, en una pieza anexa.

"Yo le dije, "amigo, usted no puede estar acá", y él me respondió "sólo estoy mirando". Yo le dije "aquí no hay nada que ver". Él se encontraba cruzado de brazos, ocultando el cuchillo, y de pronto me atacó, me lanzó un cuchillazo al cuello y yo logré esquivarlo apenas, pero sentí un corte en la cara, en el mentón", señala el sacerdote.

Luego vendría un segundo cuchillazo, esta vez dirigido al pecho.

"Logré poner el brazo, recibí un corte en la mano. Luego le lancé varias patadas y comencé a gritar que llamaran a Carabineros. Entonces huyó", apunta Sergio Villalobos.

La parte polémica sin duda de este ataque al interior de una iglesia, fue la alusión del agresor a Isis, grupo terrorista insurgente islámico.

"Se puso a gritar ¡Isis, Isis!", rememora el sacerdote. "Respecto de las motivaciones, aquí hay una persona que estuvo toda la misa aguardando el momento. Si hubiera querido, hubiera podido atacarme antes, pero esperó a quedarse solo. Es más, si yo no me hubiera dado cuenta que el tipo había entrado, me habría atacado por la espalda. Y otro hecho providencial era que fuera yo justamente quien estuviera haciendo la misa, porque aquí somos tres sacerdotes y los otros son más viejitos, no habrían reaccionado".

Si bien no hubo testigos directos dado que el agresor espero al término de la misa y atacó al sacerdote en una sala anexa, posterior al ataque quienes aún estaban en el templo prestaron los primeros auxilios al religioso.

Ayer, la sensación de inseguridad era grande en las inmediaciones de la Parroquia San Buenaventura.

"Esto que ha ocurrido en la parroquia ha sido muy malo", asegura la vecina Marita Sáez. "Están pasando cosas muy malas, ¿quién podría creer que algo así podía ocurrir dentro de la iglesia? Que yo recuerde nunca había ocurrido un ataque así en Angol, es bueno saber que la justicia ya detuvo al agresor".

Similar opinión tiene la angolina Berta Ñanco, quien opina que "ha sido muy malo lo ocurrido aquí en la capilla. Hay bastante temor, pues si ocurre adentro de una iglesia, puede ocurrir en cualquier parte. El principal temor es por los niños, cualquier cosa puede pasar".

Patricio Trujillo Valdebenito, sacerdote de la parroquia Inmaculada Concepción de Angol, mostró su preocupación por este hecho que afectó al sacerdote Villalobos.

"Me vine a enterar de primera fuente por la formalización que se llevó a cabo acá en el Tribunal de Garantía", apuntó el sacerdote. "Particularmente me parece una situación delicada y sobre todo por los efectos que le ocurrió a un hermano".

Trujillo señaló que la iglesia "siempre ha defendido lo sagrado, sobre todo el don de la vida. Y en ese sentido, sea a un hermano sacerdote como a cualquier otra persona, somos custodios de la vida y rechazamos cualquier tipo de agresión, ya sea a un sacerdote o a cualquier persona".

Tras este inusitado hecho delictual, el párroco entregó su apoyo al sacerdote Villalobos, "porque sobre todo como iglesia nosotros acompañamos espiritualmente al padre, rezando para que tenga tranquilidad espiritual y sicológica. Y rezamos porque la persona que lo atacó se arrepienta y pueda convertir su corazón. En ese sentido rezamos por los dos".

El párroco Trujillo concluye que no tienen temor porque "estamos tranquilos y esperamos que las diligencias se den porque aún esto está en investigación y nos atendremos a lo que diga la ley".

Consultado el padre Sergio Villalobos si siente temor tras el ataque, indicó que "estoy tranquilo, honestamente estoy tranquilo. Entiendo que la Fiscalía propondrá medidas cautelares, con mayor control policial durante las misas".

Mientras avanza la investigación, los vecinos y vecinas de Angol intentarán retornar a la tranquilidad que caracteriza a esta ciudad, calma que se vio rota por el insólito ataque a un religioso dentro de su iglesia.

El teniente coronel de Carabineros, Juan Baeza Gaete, prefecto de la prefectura Malleco, señaló que "en base a diligencias investigativas realizadas por un equipo multidisciplinario de Carabineros, tras la declaración prestada por la víctima en base a las características físicas y vestimentas, se logró ubicar a la persona sindicada como autor de los hechos". Agregó que Luis Quezada Carrasco reconoció su autoría de los hechos y no aportó mayores antecedentes respecto al caso.

30

minutos aproximadamente duró la misa, lapso en el cual el agresor fue acercándose a su víctima.