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500 estudiantes secundarios dieron inicio a los "Trabajos de Verano" de Techo-Chile

voluntariado. Se encuentran trabajando para familias de Curarrehue, Carahue, Puerto Saavedra, Galvarino y Los Sauces, las que serán beneficiadas con nuevas viviendas.

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Comenzaron los "Trabajos de Verano" Techo-Chile en La Araucanía. Ayer, más de 500 voluntarios secundarios dieron inicio a la jornada que los llevará durante 8 días a distintas comunas de la Región. La cita fue a las 10 de la mañana en el Parque Estadio de Temuco, lugar en el que se coordinó el traslado de los asistentes hacia las que serán sus residencias hasta el 12 de enero.

Los jóvenes provienen de 5 regiones del país: Metropolitana, O'Higgins, Los Ríos, Los Lagos y La Araucanía y en sus manos estará la construcción de 52 viviendas progresivas.

Así, la iniciativa beneficiará a 13 familias de Carahue, 10 de Curarrehue, 14 de Puerto Saavedra, 7 de Galvarino y 8 de Los Sauces.

Sebastián Freed (17), participa por segunda vez de esta instancia, el joven que el año pasado egresó del Colegio Pumahue de Huechuraba, Santiago, y que hoy se encuentra trabajando en Carahue, recuerda su paso por Techo como una instancia enriquecedora destacando que la ayuda "no es solo, por ejemplo, aportar con dinero, sino que estar con las familias, en el fondo hacer lazos que es algo importante".

Y bien lo sabe Rocío Hidalgo, coordinadora de Formación y Voluntariado de Techo, quien recuerda las atenciones que hacen las familias beneficiadas, las "que se esfuerzan un montón por atenderlos (voluntarios) bien con sopaipillas, con pan amasado; esos detalles son los que te van encantando".

Los jóvenes vivirán 8 días en establecimientos educacionales habilitados como albergues por las distintas municipalidades. En ellos habrán voluntarios, llamados intendentes, quienes tendrán la misión de cocinar los alimentos obtenidos por campañas en supermercados (arroz y tallarines, básicamente) y ferias (frutas y verduras).

La directora regional de Techo-Chile, Gisselle Isla, destacó el "trabajo y el apoyo por parte de las comunas, para que resultara todo bien". Ya que, gracias a los datos facilitados por las autoridades de éstas, más el trabajo de los jefes y voluntarios de la organización, lograron establecer en dónde finalmente quedarían instaladas las viviendas progresivas.

Muchos de los voluntarios son primerizos en la labor que desarrolla la organización. Gonzalo Guzmán (18), es de San Fernando, Región de O'Higgins, y relata que entró a Techo motivado por su grupo de amigos. "A mi círculo de amigos siempre le gustó el tema de ayudar a la gente. Además, uno nunca está solo haciendo las cosas, siempre sabes que alguien está ahí ayudándolos también", remarcó.

"Desde chico he tenido estos valores de servicio, siempre me ha gustado ayudar a los demás porque es algo que me satisface mucho", señala Diego Vargas (17), estudiante de cuarto medio del Colegio La Misión de Calera de Tango de Santiago. Mientras, que la joven de 16 años, Elaine Lama, quien estudia en el Colegio Pedro de Valdivia de Las Condes, llama a los jóvenes a participar porque "hace falta mucha ayuda". Ambos desarrollan labores en Carahue.

ESTRUCTURA

La vivienda progresiva "es una vivienda completamente diferente a la mediagua que la gente está acostumbrada a ver por parte del Techo, es una vivienda con 'smart panel', que tiene posibilidad de ampliación, en donde la materialidad es completamente diferente", destaca Isla y agrega que "está pensada justamente también para contextos rurales, y la idea es que obviamente las familias después en un tiempo puedan mejorar esa vivienda, seguir creciendo. Lo que sí no es una construcción definitiva, pero mejora por completo la calidad de vida de las familias que están habitando ahí".

Entre las características más destacadas de la vivienda se encuentran su sistema constructivo eficiente y flexible (paneles prefabricados), mayor habitabilidad y altura de 2,6 metros.

Para acceder a la construcción de una vivienda progresiva, los municipios de las respectivas comunas entregan un listado a Techo-Chile con los datos de las familias de la zona rural más vulnerable. Estas familias deben ser dueñas del terreno y entregar un monto de 100 mil pesos.

Lo anterior, asegura que Techo pueda construir las viviendas, las cuales se edifican al lado o cerca de la actual casa de quienes reciben la ayuda, por lo mismo las familias trabajan en conjunto con los voluntarios durante los 8 días.

ALIANZA

Techo realizó una alianza con la AFS, organización de programas interculturales que proporciona oportunidades de aprendizaje, a través de intercambios en nuestro país.

"Tenemos jóvenes alemanes que vienen por un año a hacer trabajo voluntario con nosotros, los chicos se suman a todas las actividades que hacemos", agregó Gisselle Isla, quien además destacó que "Techo ha recibido por más de 4 años voluntarios AFS en sus oficinas".

El alemán Johannes Berchtold (22), llegó a Chile a través de AFS, para él la instancia que ofrece Techo se transforma en la ocasión perfecta para compartir historias de vida, intercambiar experiencias y conocer otras culturas. Cuenta que es un "poco cerrado", por lo que trabajar con muchas personas lo ayuda a desarrollarse en el ámbito interpersonal.

Su labor se concentra en Curarrehue, mientras que su estadía en Chile será hasta junio, fecha en la que concluye un año de experiencia en el país. "Me gusta trabajar con la gente de Chile y me gusta ayudar a la gente que no tiene mucha plata", señaló.

EXPERIENCIA

Quienes ya salieron de la enseñanza media y han participado en más de una ocasión en los programas de Techo, quieren transmitir su experiencia y hacen un llamado a integrarse a los proyectos de la organización.

"La idea de los trabajos no es solamente ir en ayuda de la gente que más lo necesita, si no también mostrar esto al país, hacer que más jóvenes se muevan, crear conciencia social en ellos y hacer esto todos", señaló la osornina Carmen Rojel (22), jefa de Trabajo Frente Sur de Techo.

Rocío Hidalgo comenzó a trabajar como voluntaria el 2009 y como profesional de la fundación el 2013. La oriunda de Traiguén cuenta que su principal motivación "es la cercanía que se vive con las familias. Vas a un encuentro y muchas veces es distinto, es una realidad que no todos ven y que al participar de estos trabajos la vives directamente por una semana o por 10 días. Y después de eso no puedes seguir haciéndote el leso ante la situación. Tienes que, de cierta forma, actuar".

El valdiviano y voluntario de Techo, Diego Ancalaf (22) insiste en que "no es un sacrificio de ocho días, es una experiencia inolvidable. Ya la he vivido varias veces y cada vez es más motivante venir. Y para nada es perder las vacaciones es incluso ganar, es aprovechar las vacaciones".

Si bien la mayoría de los participantes tiene menos de 18 años, son los mayores quienes cumplen la función de coordinadores o jefes de los programas de la fundación.

CRECIMIENTO

Techo nace en 1997, bajo el nombre de "Un Techo para Chile". Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica junto al sacerdote Felipe Berríos inician una obra que a través de los años se posiciona como un estandarte en la erradicación de campamentos en Chile.

Para la llegada del nuevo milenio la organización está presente en Iquique, Antofagasta, La Serena, Rancagua, Talca, Chillán, Temuco, Osorno y Puerto Montt.

2001 es la fecha en la que la fundación cruza las fronteras y llega a Perú y El Salvador, en donde adopta el nombre de "Un Techo Para Mi País".

El terremoto de 2010 movilizó a todo un país en ayuda de los más necesitados. Así, Techo se propuso construir más de 20 mil viviendas uniéndose a otras fundaciones y al Gobierno en la campaña solidaria "Chile ayuda a Chile", logrando recaudar más de 45 mil millones de pesos.

En 2012 la fundación decide unificar la marca cambiando su nombre a Techo. Hoy están presentes en 19 países de Latinoamérica, entre ellos: Argentina, México, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Haití.

La directora regional de Techo-Chile, Gisselle Isla, destaca el trabajo que realizan los secundarios en La Araucanía. "Están dando el ejemplo", señala. Y además, agrega que "son estudiantes que vinieron a entregar una semana de sus vacaciones, todos con permiso de los papás, para construir viviendas que vayan en beneficio de las familias más necesitadas de las comunas de nuestra Región". También recuerda las actividades que la fundación desarrollará durante el 2015, las que continuarán la próxima semana con los trabajos universitarios en la Región de Los Ríos y que en invierno repetirán las instancias de verano, pero en otras regiones del país.

Héctor Ochoa