Falleció Joel Chandía, el presidente del Colegio de Profesores de Temuco
trágico. El docente y connotado dirigente murió en Puerto Montt de una septicemia que causó la maniobra de "Heimlich", en Año Nuevo, luego de atragantarse con un trozo de carne.
"Aquí yace un profesor que siempre amó la educación y luchó por un mundo mejor". Con estas palabras, impresas en su epitafio, quería ser recordado el docente y presidente del Colegio de profesores de Temuco, Luis Joel Chandía Pino (67), quien falleció ayer a causa de un trágico accidente doméstico en Puerto Montt.
Así lo señaló el connotado dirigente gremial hace nueve años en una entrevista que dio a El Austral en donde confesó que "aunque lo intente no puedo dejar de ser profesor".
Sus restos están siendo velados desde la madrugada en el Colegio de Profesores de Temuco, dependencias ubicadas en Varas 330 y sus funerales se efectuarán en el Parque del Sendero.
Hoy a las 11 horas, el Comunal Temuco oficiará en el mismo Colegio de Profesores su responso fúnebre.
DECESO
"Joelito", como le decían de cariño en sus tiempos de alumno, cuando asistía a una escuelita rural cercana al Fundo Venecia, a los pies del Llaima, falleció ayer pasadas las 15.30 horas en el Hospital Regional de Puerto Montt, luego de permanecer cuatro días internado.
Había arribado a la capital de Los Lagos para pasar Año Nuevo junto a uno de sus hijos y familiares. De hecho, Nolberto Monje, vicepresidente del Colegio de Profesores de Temuco y su amigo con quien acostumbraba a reunirse cada mañana en la sede comunal, explica que "ese viaje a causa de su compromiso sindical ya lo había retrasado como en tres ocasiones. Él mismo me decía que no podía irse mientras no supiera qué iba a pasar con el paro".
Fue una cadena de hechos trágicos que ocurrieron el primero de enero, en medio de los festejos, los que gatillaron su trágica partida, ya que este profesor de Castellano, titulado en 1974 en la sede regional de la Pontificia Universidad Católica de Chile y jubilado el 2013, se encontraba en buen estado de salud.
Durante la cena de Año Nuevo, Chandía sufrió una asfixia a causa de un trozo de carne, incidente que lo tuvo dos minutos inconsciente, mientras familiares presentes en la cena recurrieron a la maniobra de Heimlich para zafarlo del atragantamiento.
Dicha acción le provocó daños en órganos internos, lo que derivó en un severo estado de septicemia, cuadro que terminó por arrebatarle la vida, luego de 40 años de trayectoria docente y cuando empezaba a gozar de su estado de jubilación -eso sí sin sacar el pie de la lucha sindical- y del enorme amor que sentía por sus dos hijos, señora y sus amados nietos.
UN CABALLERO
Ayer, una vez que se supo la noticia de su fallecimiento, hubo genuinas muestras de conmoción de parte de sus camaradas, colegas y amigos de toda una vida, quienes concordaron en manifestar que el "profe Chandi", como le decían de cariño sus alumnos en el Liceo Pablo Neruda y en el Colegio Providencia, era un verdadero "caballero de la educación". También desempeñó funciones en la Escuela Los Trigales y en el Liceo Técnico de Temuco.
Así lo manifestó el presidente regional del Colegio de Profesores, Jaime Quilaqueo. "Tuve la suerte de conocer a una persona honesta, transparente, respetuosa y querible. Joel era de aquellos caballeros que pocas veces uno tiene la suerte de encontrar en la vida", detalla Quilaqueo, quien calificó su pérdida de "irreparable para el gremio".
Chandía, como buen profesor de Castellano, era conocido por su locuaz oratoria con toques lúdicos, en la que resaltaba su sello humanista y gran sensibilidad.
De ello da cuenta el director (s) del Liceo Pablo Neruda, Alejandro Pacheco, colega con el que recibió el homenaje por sus 35 años de labor en el establecimiento, liceo que lo acogió primero como alumno en el internado y donde regresó para formar a varias generaciones, las que recibieron su impronta educativa y valórica.
"Él era un humanista y una persona muy consecuente con lo que era. De un sólo discurso. Además estaba siempre muy atento a lo que nos podía ocurrir a nosotros como profesores y lo hacía sin mirar colores políticos, él luchaba por los derechos de todos sus colegas", precisa Pacheco.
Dentro de sus virtudes como docente, según precisa Pacheco, está el haber sido un "profesor muy cercano y entretenido que lograba llegar a sus alumnos".
LÍDER
En el Colegio de Profesores de Temuco sus colegas lo recuerdan como un gran líder, carismático. Un hombre de buenos sentimientos, de carácter afable, sencillo y humilde, quien siempre decía que su vida se la había labrado a pulso, pues su madre falleció cuando él era pequeño, quedando al cuidado de sus abuelos en el campo en Cherquenco, Vilcún.
Para sus camaradas sindicales, Joel era ante todo "un ejecutivo". "Si hay algo que él hacía bien era organizar todo. Además destacó por su faceta como dirigente deportivo del equipo de fútbol del liceo", explica Fernando Quiñones, presidente comunal de los profesores jubilados.
Quien tampoco se restó de lamentar su pérdida fue el seremi de Educación, Marcelo Segura.
"Estamos con mucho dolor y es algo que atraviesa a toda la educación. Joel es un clásico y ejemplar profesor que formó a muchas generaciones de profesionales. Un gran caballero y una persona democrática", apunta la autoridad.
No sólo en su familia, camaradas del Magisterio y colegas hay hondo pesar por su partida. En las filas del Partido Socialista, del cual era militante, también lamentan su deceso. Así lo manifestó el presidente regional del PS, José Correa Meza. "Lamentamos el trágico deceso de nuestro compañero. Él fue un destacado dirigente de la colectividad que se desempeñó con gran virtuosismo en el mundo sindical".