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Dueños de locales quemados intentan evitar los "saqueos"

Gorbea. Familiares de propietarios de los inmuebles hacen guardia para evitar que ingresen personas. En ex supermercado están desapareciendo los licores.
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cronica@australtemucocl

En medio de las toneladas de cenizas que dejó el incendio de Gorbea del pasado jueves, asoman perfiles de objetos calcinados, identificables solamente al acercarse. Bicicletas, lámparas, estufas, forman parte del desolador panorama de lo que fuera la ferretería Don Guido, una carnicería y la frutería "Vero". Junto a estos restos todavía humeantes, las estanterías quemadas del Supermercado El Trébol muestran latas de cerveza y de bebidas totalmente calcinadas.

Increíblemente, este desastre que ha sacudido a la comuna de Gorbea, tiene un lado negro. Y es que desde la primera noche que siguió al siniestro, comenzaron a aparecer inescrupulosos buscando entre los escombros algún bien que hubiera escapado de las llamas. Ante ello, y dada la escasa dotación policial de la comuna que hace imposible resguardar la cuadra afectada, algunos propietarios afectados y sus familias han optado por mantenerse de punto fijo al interior de los edificios destruidos, con la intención de buscar recuerdos y de impedir que otros vengan a rebuscar entre los escombros.

Cecilia Siegmund, hermana de Guido Siegmund, propietario de la ferretería siniestrada, formaba parte de los familiares que custodiaban ayer la construcción. Con pena, asegura que por el momento no se trazan planes para el lugar, aunque está claro que no hay intenciones de reponer la ferretería.

"Yo estaba en mi casa, aquí en Gorbea, cuando se desató el incendio. Cuando llegué, no había qué hacer, fue demasiado violento", relata Cecilia Siegmund. "Ahora decidimos venir y quedarnos aquí, porque nos enteramos que están saqueando al lado, lo que quedó del supermercado. Es muy arriesgado lo que hacen, porque ese techo está a punto de desmoronarse".

Según lo señalado por la hermana del propietario, "de lo que era la ferretería estaban llevándose las cadenas y otros objetos, y nosotros no queremos que entren", agregó. "Es cuanto a Carabineros, se ven de repente por el lugar, pero la verdad es que es tan escasa la dotación en Gorbea que no da para que dejen personal de punto fijo".

"Por el momento no hay planes, hay que limpiar, y más adelante se verá si se vuelve a instalar otro local comercial. Pero como ferretería no funcionará más", sentenció Cecilia Siegmund.

Recogiendo fierros, latas, y algún recuerdo que permita fijar en la memoria lo que alguna vez fue la ferretería don Guido, Juan Esteban Acuña Siegmund -sobrino del propietario- intenta dar explicación al desastre y la desolación en que se convirtió en cuestión de horas esta parte del centro comercial de Gorbea.

"Estamos intentando encontrar algo, un recuerdo, pero todo se quemó. Además, estamos resguardando el lugar, porque hay personas que no respetan nada, y si bien esto quedó en el suelo, sigue siendo tu pedazo de tierra, la tierra de la familia. estamos reuniendo fierros, pernos que todavía sirven...", relató Juan Esteban Acuña.

Desde Loncoche viajó Carlos Sandoval para ver la devastación que quedó del lugar donde transcurrió su niñez y adolescencia.

"Yo viví en Gorbea hasta el 85", apunta Sandoval, incrédulo todavía ante el grado de destrucción de la calle Lord Cochrane. "Tengo muy fresca en mi memoria lo que eran estos locales, que formaban parte de la historia de la comuna. Es una pena, quise ver por mi mismo esta desgracia".

Jorge Albarrán, vecino de Gorbea, fue testigo del siniestro. Todavía sobrecogido por la furia de las llamas, recorre con los ojos el terrible paisaje de latas torcidas y cenizas negras.

"Este ha sido un golpe tremendo para Gorbea. Lo peor es que no falta la gente que se aprovecha de las desgracias y se mete a hacer pillaje, yo mismo he visto salir gente de entre las ruinas del supermercado con cajas de leche, cervezas".

Hipólito Moreno, quien lleva más de 50 años en Gorbea, asegura que "ese día (jueves) vi una enorme nube de humo, así es que tomé mi bicicleta y crucé la ciudad para venir a ver el incendio. Fue terrible... Pero lo peor es que ahora que ya se quemó todo, hay gente que se mete a lo que quedó del supermercado para sacar cosas, cervezas, licores. Y lo hacen porque no hay vigilancia, creo que anoche (sábado) quedó un nochero, pero en el día no dejan a nadie. Incluso vi un tipo que andaba sacando botellas de vino y que se cayó de espaldas, seguramente pisó mal".