La RAE define reforma como "Aquello que se propone, proyecta o ejecuta como innovación o mejora en algo". El diccionario de la lengua española también hace referencia al movimiento religioso que, iniciado en el siglo XVI, motivó la formación de las iglesias protestantes. La principal Reforma religiosa de la historia de la humanidad tiene en Lutero y sus "95 tesis" el mejor ejemplo de lo que cuesta llevar a cabo grandes transformaciones. Lutero dio una lucha contra el mercantilismo y corrupción de la Iglesia Católica. La oposición a la reforma fue tan brutal que terminó siendo excomulgado por el Papa.
No hay reforma que se precie de tal que no cuente con la descalificación de quienes quieren conservar sus privilegios. Por eso las transformaciones requieren liderazgo, convicción y claridad en los objetivos.
Chile, en un proceso ilegítimo, construyó un modelo excluyente de educación. No se le preguntó a nadie. No hubo marchas. No había Parlamento. Se edificó en dictadura y se fundó en la mala idea que la competencia entre las escuelas mejoraría la calidad. ¿El resultado? Un 38% de matrícula pública, infraestructura deficiente, profesores mal pagados y mal formados, discriminación, mala evaluación en pruebas internacionales, recursos públicos para educación sin fiscalización y el primer lugar mundial en segregación.
El experimento neoliberal en educación fracasó. Quienes no lo vean es simplemente porque el modelo de negocios les ha resultado conveniente en lo personal. En la Región tenemos hoy escuelas para pobres, para muy pobres, para no tan pobres, para casi pobres, para los que no parecen pobres y así sucesivamente. Nuestros niños y niñas merecen otra Araucanía. Académicos expertos califican a Chile y su modelo educativo no aptos para el mundo de hoy y para el que viene. Necesitamos escuelas integradas, democráticas, interculturales, porque los desafíos del país y de la nueva economía requieren mejorar sustantivamente la educación para la mayoría de la población, no sólo para los que pagan buenas escuelas.
En la Región no sobrepasan el 20% los establecimientos municipales y particulares subvencionados calificados con desempeño alto. Por eso resulta muy extraño que algunos se opongan tan brutalmente a este proyecto de inclusión. En la defensa de sus intereses comerciales y visiones políticas poco les importa lo que suceda en las comunidades educativas. Amenazas de cierre, discursos de la propiedad. Todo para oponerse a la inclusión, cuando resulta que en los países exitosos, equidad y calidad van de la mano.
Al igual que Lutero, estamos preparados para la oposición de los conservadores. La historia de la humanidad terminó con la venta de indulgencias. La historia de Chile termina con la educación como un bien de consumo.
Marcelo Segura