Madre pide reactivar búsqueda de su hijo perdido en el Llaima
preocupación. Sofía Galindo solicita colaboración para encontrar a Alberto Cruces, oriundo de Labranza, a quien en junio de 2012 se le perdió el rastro.
El sábado 9 de junio de 2012 fue el último día que Sofía Galindo escuchó la voz de su hijo Alberto Cruces, quien se encontraba en el volcán Llaima acampando desde esa tarde con la intención de ascender al macizo la mañana siguiente. 'Yo estoy bien, no te preocupes', le dijo el joven a su madre, quien arreglaba los preparativos del cumpleaños número 29 del segundo de sus tres hijos, el 12 del mismo mes.
El domingo 10, los reiterados intentos de Galindo por contactarse vía telefónica con su hijo no llegaron a buen puerto. Así, el lunes, al enterarse que no se había presentado a trabajar, ella junto a los hermanos de Alberto: Karla y Cristian, hicieron la denuncia por presunta desgracia.
Carabineros y personal del Gope, junto a reparticiones del Ejército y Conaf buscaron a Alberto Cruces en el sector, sin embargo, no lograron dar con el paradero del joven oriundo de Labranza, que al momento de su desaparición se desempeñaba como mueblista. El gusto por el montañismo lo adquirió al hacer el servicio militar en Lonquimay, instancia que, según relata su madre, le dio las herramientas para desarrollar esta actividad.
Debido a las condiciones climáticas, efectivos y brigadistas de las distintas organizaciones que participaron la búsqueda debieron esperar buen tiempo para reanudarla. Así, hasta hoy no ha sido posible dar con el paradero de Alberto Cruces. Por lo mismo, Sofía Galindo pide que la búsqueda se reanude, más siendo testigo de cómo los mismos organismos dieron con el paradero de los turistas alemanes el 29 de enero pasado.
LLAMADO
Sofía Galindo trabaja como asesora del hogar en Santiago, también lo hacía al momento de la desaparición de su hijo. Por lo que todos los trámites debe realizarlos en vacaciones o cuando sus jefes la autorizan, cuenta que 'en caso de emergencias me dijeron que podía venir a Temuco'.
En cuanto al caso que por casi tres años la ha mantenido movilizada dice que 'yo no pierdo la esperanza, no he perdido la esperanza como madre, mientras yo no encuentre a mi hijo yo voy a seguir adelante'.
'Como madre estoy inquieta, porque sé que mi hijo se puede buscar y se puede encontrar, no puedo archivarlo, porque quiero seguir adelante. Necesito ayuda. Así, como otras personas se han perdido y han sido encontradas tengo el derecho a saber qué fue lo que pasó con mi hijo', sentencia Galindo.
Al mismo tiempo señala que 'estoy muy agradecida de los brigadistas de Conaf, porque ellos subían constantemente en búsqueda de mi hijo, de otras instituciones no tuve colaboración, porque son más rígidos. Y los particulares, me ayudaron aún más, incluso hasta ahora'.
Sin embargo, la duda persiste y a pesar que no pierde la esperanza de encontrar a su hijo, cuenta que 'uno queda con la incertidumbre que no pasó nada hasta ahora y eso es lo que me tiene inquieta, quiero seguir adelante, reanudar otra vez la búsqueda, lo que necesito es una colaboración, que se reanude el caso. Porque, yo no puedo dejarlo mientras mi hijo no aparezca'. Asimismo, 'puede que hayan pasado más de dos años, y quiero seguir adelante, porque hay gente interesada en colaborar y ayudarme, entonces quiero seguir adelante, yo no quiero que se cierre', concluye.
Actualmente, el caso se encuentra archivado 'en consideración que no han aparecido antecedentes que permitan desarrollar actividades conducentes al esclarecimiento de los hechos', según consta en un documento entregado por la Fiscalía a la madre de Alberto Cruces. En donde se menciona además las 17 instrucciones particulares, 3 órdenes de investigar, 12 diligencias varias, rastreo por aire y tierra que se realizaron para dar con el paradero del joven.
Héctor Ochoa
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9 de junio. El joven Alberto Cruces llega hasta el volcán Llaima, lugar en el que decide acampar.