Llena de anécdotas y recuerdos, sobre todo de enseñanzas, está la historia de la hermana Bienvenida, quien hoy cumple 108 años de edad, los que celebrará con una misa en la iglesia Inmaculada Concepción de la capital de Malleco, convirtiéndose en una de las mujeres más longevas en la zona.

Más de un siglo

La hermana Bienvenida vive en el Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen del Matará de la familia religiosa del Verbo Encarnado, en una casa emplazada en calle Chacabuco esquina Los Álamos. Aquí las hermanas María Purificación y María Salus Infimorum le otorgan un cuidado especial a la hermana Bienvenida, quien dice sentirse a gusto.

Ella, a pequeños pasos, camina emocionada con un bastón que afirma fuertemente, y a su lado, una de las hermanas de la congregación la acompaña a la sala de estar, atiborrada de fotos suyas con un sinnúmero de personas que la han visitado en su hogar para darle su apoyo y sentir la dicha de estar con alguien que lleva un siglo y un poco más de vida en Angol.

Entre el sofá y una pequeña mesa, recuerda con nostalgia pequeños trozos de su niñez y adolescencia, pero en especial rememora a su hermano, el padre Ambrosio Villa, a quien acompañó hasta su muerte.

"Mis hermanos de chicos fueron siempre compañeros de juegos, fueron hermosos recuerdos junto a ellos. Como tenía una vida muy tranquila y hogareña, nunca fui amiga de las fiestas y tampoco tuve un pololo. Pero tuve la felicidad de acompañar a mi hermano sacerdote desde que cantó su primera misa hasta que lo dejé en el cementerio", relata emocionada la hermana Bienvenida.

Amor a un niño

Tras quedar sola y con el pasó el tiempo adoptó a un niño llamado Juan Bautista, quien se arrimó a ella para cuidarla. Pasaron los años y la hermana Bienvenida lo aconsejó para que siguiera los pasos de su hermano y llevara una vida de sacerdocio. Según la hermana Bienvenida, fue lo mejor que ha hecho en su vida. "Mientras él crecía, me acompañó mucho. Entró a estudiar hasta que un día le pregunté: 'Mira Juanito ¿no te gustaría ser sacerdote?' Él lo pensó y estudió para ser seminarista, gracias a mis consejos", relató la hermana Bienvenida, quien mencionó que actualmente Juan Bautista se encuentra como párroco en la iglesia de La Pintana en Santiago, donde ella espera poder verlo muy pronto.

Salud

Pese a tener una vida tranquila, siempre tuvo problemas con su salud. Por esto, lamentablemente nunca pudo lograr estudiar a diferencia de sus hermanos.

La hermana Bienvenida cuenta que desde muy niña ha sido enfermiza y que terminó desarrollándole una fibrosis pulmonar que la mantiene generalmente en cama. Pese a esto, tiene todos los cuidados de las hermanas que viven en el hogar y que la han mantenido hasta el día de hoy con 108 años a cuestas.

"Siempre a lo largo de mi vida he tenido alguna dificultad con mi salud y que me tomó el pulmón. Yo siempre desde niña que fui muy enfermiza y nunca pude lograr estudiar, a diferencia de mis hermanos que sí lo hicieron. Esta enfermedad que he tenido es muy larga y por eso paso mucho tiempo en cama, sobre todo en invierno, pero así he llegado a los 108 años, imagínese", cuenta.

Sin embargo, tuvo que pasar casi un siglo para cumplir su sueño de ser monja, y ahí la recibió el Instituto Servidoras del Señor a sus 95 años, cuando se encontraba sola y sin familia.

"No había podido antes pero la providencia divina me trajo aquí y estoy muy feliz hace más de 10 años. Me acompañan las hermanas que me cuidan mucho por mi edad y yo no puedo hacer nada, solamente dirigirme al Señor, nada más".

Lectura

Desde que era una niña, sus padres la inculcaron masivamente a la lectura. Un hábito que no ha dejado de realizar hasta el día de hoy a sus 108 años. Pese a que su lectura favorita es "La Biblia", no deja de recomendar un clásico de la literatura como lo es "El Quijote de la Mancha".

"En mi vida he leído muchos libros siempre hasta el día de hoy. Como libro profano siempre me ha gustado "El Quijote de la Mancha", y de los sagrados el que más leo es "La Biblia". También mucha literatura española, es muy lindo", cuenta la hermana Bienvenida.