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Vázquez vuelve a la Presidencia de Uruguay instando a la unidad

Asunción. El nuevo mandatario reivindicó la figura de José Artigas en su primer discurso a la nación. El ahora ex Presidente José Mujica pidió a los uruguayos apoyar al nuevo Gobierno.

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Con un fuerte llamado a la unidad nacional Tabaré Vázquez asumió ayer como nuevo Presidente de Uruguay en sustitución de José Mujica, quien culminó su mandato constitucional de cinco años. Vázquez, un médico oncólogo de 75 años, ya presidió el país entre 2005 y 2010, cuando abandonó el poder con un índice de popularidad mayor al 70%.

En su primer discurso en el Parlamento al asumir el cargo, Vázquez apeló a la unidad por encima de las diferencias partidarias y llamó a "analizar y discutir juntos y con respeto los distintos caminos para lograr la mejor educación pública" y mejoras en los sistemas de salud y vivienda.

Vázquez dijo que su Gobierno se inspirará en el legado del prócer José Artigas (1764-1850), un caudillo inflexible en su lucha por la libertad, la república y los derechos de los más desposeídos, hoy venerado por todos los sectores políticos del país.

El nuevo Presidente recordó que Artigas, tras vencer en una batalla contra los españoles en la época de la colonia, pidió clemencia para los vencidos, y usó esa imagen para una velada crítica al grupo terrorista Estado Islámico: "Qué diferente al momento actual, donde se inmolan víctimas, se graban por televisión y tristemente se muestran como su fuera un espectáculo circense o deportivo".

En esa línea, el nuevo Presidente señaló que hoy en el mundo ocurren cosas "sencillamente horribles". "Pocas veces en su historia la humanidad se vio tan sacudida y tan golpeada, tan abrumada, como en estos tiempos. La violencia, el miedo, el terror, la intolerancia campean en distintas regiones de nuestro planeta", dijo.

Para el politólogo Daniel Chasquetti, profesor de la Universidad de la República, "Vázquez apeló a Artigas buscando rescatar los fundamentos de la democracia y la república en Uruguay".

"El mensaje fue claro: vivimos en un mundo muy complicado, que está mal y con millones de problemas, pero Uruguay tiene dónde buscar soluciones: están en el legado de Artigas, en su reivindicación de la justicia, la república, los derechos individuales y la protección de las minorías. Esos son los fundamentos de nuestra democracia y nuestra historia republicana", opinó.

Para Chasquetti, el tono del discurso marcó una clara diferencia con lo que suelen ser las declaraciones de Mujica, que muchas veces tienen un tono "refundacional".

En el Parlamento, escuchando el discurso de Vázquez, se encontraban los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff; de Paraguay, Horacio Cartes; de Chile, Michelle Bachelet; de Perú, Ollanta Humala; de Ecuador, Rafael Correa, y de Cuba, Raúl Castro.

El ahora ex mandatario de Uruguay, José Mujica, pidió ayer al pueblo uruguayo "que haga todo lo posible" para apoyar al Gobierno de Vázquez. "Es un día de unidad nacional, de mi parte muchas gracias por lo mucho que me ha dado el pueblo uruguayo", añadió un emocionado Mujica cuando abandonaba la Plaza de la Independencia de Montevideo donde tuvo lugar la ceremonia.

El nuevo mandatario recibió de manos de su antecesor la banda presidencial, un gesto que recordó al que se produjo hace cinco años en la misma ceremonia, cuando la entrega fue a la inversa.

Sobrio y de vestir elegante, mesurado y calmado al hablar, vecino de un distinguido barrio residencial montevideano, el estilo de Tabaré Vázquez difiere en casi todo del semblante austero y campechano de Mujica. Poco dado a las disquisiciones filosóficas de su antecesor, los puntos fuertes de Vázquez tienen más que ver con la capacidad de mando.

Mabel González / Agencias