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Inglaterra es el país donde los héroes de acción visten terno y corbata. Y ese fue el atuendo que se calzó Colin Firth para interpretar a Harry Hart en "Kingsman: El servicio secreto", un espía de una agencia internacional de inteligencia, encargado de reclutar jóvenes con talento que puedan sumarse a un duro programa de entrenamiento.
Y en esta película, que ya se encuentra en las salas de cine nacionales, Firth dejó atrás papeles más dramáticos como el que le otorgó un premio Oscar por su actuación en "El discurso del rey", donde interpretó a Jorge VI, o roles en código de comedia, como el que asumió en "El diario de Bridget Jones".
Por primera vez el británico, y a sus 54 años, tuvo la oportunidad de mostrar sus habilidades físicas en el papel de espía donde, con la elegancia que caracteriza a los héroes británicos, dispara, corre, se enfrenta a puñetazos y salta por los aires.
Se trata de una comedia que funciona como una especie de homenaje a los clásicos filmes de espías protagonizados por James Bond. "Kingsman: El servicio secreto" estuvo a cargo de la dirección de Matthew Vaughn ("X-Men: First Class", "Kick Ass"), un realizador al que el actor no se pudo resistir una vez que recibió la invitación, según contó en una entrevista con Efe.
"Cuando me ofrecieron el papel lo medité profundamente... durante unos 30 segundos", bromea con el rostro imperturbable y, después de una pausa añade: "Ni siquiera vi el guión, fue una conversación con Matthew, pero estaba bastante seguro de que quería hacerlo". Porque así de irresistible era la propuesta.
Desafíos y esfuerzo
Pero esta no es la primera que vez se puede ver a Firth asumiendo un reto inesperado. Ya en 2008 se había aventurado a mostrar sus dotes musicales en "Mamma Mía", donde se atrevió a entonar los clásicos de la banda pop sueca Abba junto Meryl Streep. El desafío fue aún mayor considerando que el actor no es fanático del grupo, según ha confesado.
En esta ocasión la mayor dificultad, y precisamente lo que lo llena de orgullo, es que debió ponerse en forma para poder desplegar las destrezas físicas que le requería su personaje en las escenas de acción.
"Al principio pensé que no sería capaz y que tendría que recurrir a un especialista en todas las escenas de acción, mientras yo esperaba tranquilo y feliz en mi remolque", reconoce sobre sus expectativas.
Pero el director y el equipo a cargo del rodaje lograron convencerlo. "Fue mucho esfuerzo, dolor, intimidación y resistencia por mi parte. Al principio no quería, no me gusta sufrir, tengo más de 50 y nunca he hecho escenas de acción, pero conseguir lo que he conseguido es muy satisfactorio", confiesa.
Y quedó tan entusiasmado con sus logros que asegura que volvería a embarcarse en una experiencia que le demandara esfuerzo físico. "Aprender una nueva habilidad física siempre es difícil. No voy a decir que llegó a ser fácil, pero sí que llegó un momento en que fue mucho más divertido y me sentía más capaz, y me encantaría volver a hacerlo", dijo.
La historia de "Kingsman" está basada en un cómic de Mark Millar, que es la mente detrás de otras historias que han sido llevadas a la pantalla grande como "Kick-Ass" o "Ultimate X-Men".
La película comienza cuando el personaje de Firth recluta a un joven de las calles (Taron Egerton), que ha tenido problemas de conducta y con drogas para que se integra a las filas de la agencia de inteligencia.
Al otro lado, se encuentra el enemigo a enfrentar, Richmond Valentine, un multimillonario genio de la tecnología cuyo plan para salvar el mundo implica aniquilar la raza humana, al que da vida Samuel L. Jackson.
Otro "gentleman" del cine británico que cierra el círculo de estrellas, es Michael Caine que, a sus 81 años, ejerce de máxima autoridad de Kingsman.
La cinta juega con todos los clichés del género: la amenaza mundial, el elitismo, los trajes a medida, la testosterona y los gadgets tecnológicos.
"Es un homenaje pastiche a las películas de espías de los 60 y 70", dice Firth, mucho más "extravagantes y kitsch" que las que se hacen ahora.
"Hay algo romántico en esa figura infinitamente valiente y solitaria, que puede con todo, es encantador y a la vez capaz de hazañas físicas extraordinarias. Cuando tienes 8 años y no dispones de ningún poder en absoluto, una figura con tanto poder te atrapa, sea un superhéroe o James Bond", comenta.
"Si te lo tomaras en serio y psicoanalizaras a Bond, probablemente llegarías a la conclusión de que es un psicópata pero nosotros no lo tomamos en serio", añade. "Lo bonito de esta película es que hay que mucha diversión en ella, si no la examinas a la luz de la realidad", putualiza.