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Caída de piroplastos en el volcán cambió la morfología del cráter

vigilancia. Continúa la alerta naranja del Villarrica. Tras la corta y violenta erupción del 3 de marzo, el cono volvió a parámetros engañosamente normales. El Ovdas extrema vigilancia del gigante de la zona lacustre.
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La caída de piroplastos al interior del volcán Villarrica tras la violenta erupción de la madrugada del 3 de marzo, originó la formación de verdaderos depósitos de estos materiales sólidos -tras perder su incandescencia- y que hoy han cambiado completamente la morfología del cráter. En otras palabras, el cráter del Rukapillán de hoy es totalmente distinto al de antes de la erupción.

Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el equipo científico y técnico del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (Ovdas), que ha estado monitoreando al extremo al volcán, antes, durante y después de la erupción.

Carlos Cardona, jefe técnico del Ovdas, señaló al respecto que "el solo hecho de que el volcán haya generado productos en superficie hace cambiar su morfología. De hecho el cráter cambió su morfología, es totalmente diferente al que teníamos antes, ya que antes de la erupción no tenía piroplastos en su interior, y ahora el cráter está lleno de esos depósitos, que son visibles incluso en fotografías".

El experto señaló que "cuando ocurre la erupción, una gran cantidad de material fue evacuado. Posteriormente dicho material se solidificó al perder calor. Nosotros medimos cambios térmicos posteriores a la erupción que rondaron los 500 grados centígrados y dos días después esa temperatura estaba en 250 grados centígrados. Luego mucho de ese material quedó depositado en el cráter, pero eso no quiere decir que esté generando sobrepresión, sí que está semiobstruido. Pero para que haya una sobrepresión que induzca a una nueva erupción, tienen que haber síntomas adicionales, por ejemplo una nueva inyección de magma o gases a nivel superficial, lo cual no está pasando en estos momentos".

En cuanto a deformación de la estructura de la montaña, hasta ahora ello no ha sucedido.

Tras la erupción de la madrugada del 3 de marzo que puso al cráter del Villarrica en las portadas de los medios escritos y en las pantallas de todo el mundo, el volcán pareció quedar satisfecho con su furiosa y breve estampida. La tranquilidad del macizo quedó reflejada en la notoria baja de los índices de sismicidad y en la desaparición de su fumarola, situación que por un lado causó la perplejidad de los científicos y por otro alentó los miedos del vecino común, que rápidamente propagó por la zona lacustre que el volcán estaba "taponeado".

Sin embargo, el pasado fin de semana algunas fotografías subidas a las redes sociales mostraron los primeros asomos de fumarola, situación que demostraría que el gigante cordillerano está "respirando", para tranquilidad de todos.

"Hubo reportes ayer (domingo) de una fumarola débil en la parte alta del volcán", confirmó Carlos Cardona. "Esto es normal, hubo lluvias en el sector que tomaron contacto con el cuerpo caliente del cráter, y luego se pueden condensar y aumentar el flujo de gases. Además estamos hablando de un sistema semiobstruido, entonces pueden salir gases desde el interior del volcán".

Hoy la energía sísmica del Villarrica volvió a sus niveles habituales, con sismos más relacionados con el desprendimiento del material que arrojó la erupción que con la actividad volcánica en sí.

"Este material está en las laderas y presenta algún grado de inestabilidad, por lo que se genera algunos tipos de avalanchas de rocas y detritos sobre el volcán, pero eso se da en la parte superficial, no se da en la parte interna", informó el jefe técnico del Ovdas.

Otra pregunta que ronda en las cabezas de los vecinos de las zonas aledañas al Villarrica es qué hubiera pasado con los lahares y los ríos si la erupción hubiera aguantado hasta entrado el invierno.

Álvaro Amigo, coordinador del área de Geología y peligros Volcánicos del Sergeomin, señaló que fue providencial que esta erupción se hubiera producido hacia el final del verano.

"Si esto hubiera ocurrido en invierno, el Villarrica hubiese tenido más agua disponible al estar el cono cubierto de nieve y es probable que los lahares habrían sido de mayor envergadura", apuntó Amigo.

El experto agregó que coincide con los conceptos del jefe del Ovdas, Carlos Cardona, y del geólogo Hugo Moreno -entregados a este Diario en su edición de ayer- en cuanto a la violencia de la erupción y a la extraña tranquilidad que le siguió.

"Fue una erupción muy extraña, inusual para lo que es el volcán Villarrica", apuntó Alvaro Amigo. "El análisis de lo que arrojaron los instrumentos es que hubo un vaciamiento del magma hacia un reservorio más profundo dentro del sistema volcánico, pero es difícil ubicar en qué parte de la montaña ya que es asísmico, por lo que se entra en un mundo de conjeturas".

Respecto de las proyecciones del comportamiento del volcán desde la vereda de la Geología, Amigo señaló que "es difícil responder a eso porque no tenemos información desde el volcán en este momento. Sin embargo y a corto plazo deberían continuar derrumbes menores en torno al cráter, que corresponde a la consolidación de este material que fue liberado. Considero que el volcán no volverá a sus condiciones normales, de hecho esta quietud , este silencio sísmico, ya es una condición anormal. Estamos expectante de lo que pueda ocurrir".

El experto señaló que "de acuerdo con el registro del siglo XX del Villarrica, estamos en presencia de una erupción menor, en un volcán que tiene erupciones mayores y que es un hecho que habrá una de estas características en tiempos medibles en escala humana".

El Villarrica -aseguró Álvaro Amigo- es "tremendamente explosivo, algo que nosotros, en esta escala histórica no hemos tenido todavía la experiencia de ver".

Ayer el Villarrica era el único volcán chileno en la página de Internet del Ovdas que lucía un icono naranjo. Salvo el Copahue -de amarillo- todo el resto de las montañas bajo vigilancia ostentaban un tranquilizador icono verde, ratificando así el sitial que el Rukapillán tiene como uno de los volcanes más activos de Sudamérica.

Y mientras las autoridades de Salud y Medio Ambiente descartaban una posible contaminación del agua potable en Pucón debido a la erupción del volcán Villarrica, ayer también se efectuó un sobrevuelo a la parte alta del volcán donde participaron expertos del Ovdas, con la colaboración de la Onemi y el regimiento Tucapel, en busca de cambios morfológicos en superficie, esta vez destinados a constatar si el cráter ha cambiado en su forma.

Con todos estos parámetros ¿puede la suma del conocimiento científico con el tecnológico hacer proyecciones sobre el comportamiento del Villarrica?

"Estamos ante sistemas naturales que son difíciles de predecir", apunta el jefe técnico del Ovdas, Carlos Cardona. "En este caso fue una erupción bastante corta en términos de tiempo, donde duró unos 55 minutos y la parte visible para le gente no pasó de media hora. Lo extraño en este momento es que el volcán retornó muy rápido a sus niveles básicos. Tratando de determinar su evolución futura con los parámetros de vigilancia, en estos momentos podemos decir que casi no hay actividad interna volcánica, lo que podría señalar en primera instancia es que no debería ocurrir una erupción en términos cortos de tiempo. Pero eso no se debe desechar, pues cuando ha habido una erupción el volcán queda inestable y entonces es muy importante medir su comportamiento en los siguientes días, por eso es que continuamos en alerta naranja".