Agregan a la minuta de escolares alimentos integrales y delicatessen
junaeb. Se eliminó el mítico 'galletón' y la jalea. Ahora los niños toman agua en vaso de policarbonato y comen granola, chips de manzana, barras de cereal, bebidas lácteas con sabor, yogur líquido, queques, galletas de arroz, verduras salteadas, aceitunas y palmitos.
Es hora de almuerzo y la fila de niños para ingresar al comedor en la Escuela Recabarren es larga y bulliciosa.
En la fila está Grey Morales, tiene 6 años y está en primero básico. Está expectante y prueba de ello es que intenta elevar su cabeza para ver si averigua antes qué hay de comer.
Minutos después, Grey ya tiene la bandeja en sus manos y se apresta a probar. Por su edad no alcanza a dimensionar los cambios que este año Junaeb incorporó a la minuta alimentaria.
Hay un vaso de policarbonato con agua en cada bandeja como una manera de aumentar su aceptabilidad. Los cubiertos están envueltos en una servilleta para crear el hábito de su uso. El arroz está acompañado de un guiso de acelga y sobre la ensalada de tomate hay rodajas de palmitos, uno de los nuevos productos.
El postre es yogur batido con fruta, pero tal como lo estipula la minuta , tiene sólo 50 gramos de fruta natural picada y no 60 como permitía la antigua licitación.
La primera observación de la pequeña Grey es que le falta sal a la comida, 'pero el jugo de tomate está rico', puntualiza. Con sus manos prueba el palmito y de buenas a primeras no se decide si le gusta o no: 'Es bien raro', comenta.
Su primer impulso fue abalanzarse sobre el arroz que estaba graneado con diminutas verduras, dejando el guiso de acelga para el final: 'Es que no me gusta mucho eso', se excusa.
Al terminar de comer su vaso de agua sigue intacto, ni siquiera lo ha tocado. 'Es que el agua no tiene sabor, las bebidas son más ricas, pero sé que es más sana y que debemos tomar agua, me lo enseñó la tía'.
Así como Grey, la mayoría de los niños del comedor descubren por primera vez la textura de un palmito y se deben conformar con un vaso de agua para la sed.
Ambos son parte de la lista de nuevos alimentos que la Junaeb incorporó a su Programa de Alimentación Escolar (PAE), en el contexto de la nueva licitación 2015-2018 y donde sólo la empresa Dipralsa se mantuvo. Las nuevas son Aliservice y Salud y Vida.
Entre los alimentos que se incorporaron destacan los productos integrales por su aporte de fibra, tales como arroz, fideos y granola.
También hay delicatessen como son los palmitos y las aceitunas.
Se eliminó el 'mítico' galletón que acompañaba la leche y las jaleas por su exceso de azúcares, en su reemplazo ahora hay productos que favorecen el consumo y que son atractivos a la vista, tales como quequitos individuales, barras de cereal, chips de manzana u otra variedad de fruta deshidratada y bebidas lácteas.
Como guarnición debutan las verduras salteadas o al vapor, al más puro estilo oriental, y se aumentó la frecuencia de alimentos nutritivos, como la palta y el queso.
Las leguminosas son sólo una vez a la semana y se acotaron al mínimo las conservas, dejando mayor espacio a los productos naturales.
Lo más llamativo de los cambios es la incorporación de agua en vez de jugo y se entrega en un vaso de policarbonato transparente.
Según explica la directora de la Junaeb, Carola Rodríguez, el Programa de Alimentación Escolar se entrega diariamente en la Región a 125.215 escolares (considera preescolar, básica, media y hogares) de establecimientos municipales y subvencionados. Reciben desayuno, almuerzo, colación, once y cena, según corresponda.
'Las raciones que estamos entregando son 316.931 y la proyección presupuestaria es de más de $39 mil millones, lo que significa un incremento de $11 mil millones. También aumentamos la cobertura, ya que hasta el año pasado se entregaba sólo hasta el segundo quintil y ahora el desafío es llegar hasta el tercer quintil más vulnerable', precisa Rodríguez.
Consultada la directora de la Junaeb respecto de los cambios que se hicieron, dijo que 'como organismos tenemos el deber de hacernos cargo de una realidad país que es que uno de cada cuatro niño es obeso, por eso introducimos mejoras en la minuta alimentaria, donde además de los alimentos nuevos se añadió un incremento en la frecuencia de verduras y frutas', comentó la autoridad.
Los niños celíacos e intolerantes a la lactosa también reciben una minuta adaptada a sus necesidades.
Todos estos cambios explica la parvularia de la Escuela Recabarren, Marisol de Río, han sido 'bien acogidos por los menores, pero es natural que todavía necesitemos más tiempo para que se adapten a nuevos sabores, como es al agua y los palmitos, por ejemplo. En clases de vida saludable reforzamos el mensaje de la alimentación equilibrada y de esa manera estamos todos aportando un granito de arena'.
La nutricionista supervisora del PAE, Danae Hernández, recomendó que 'los niños no deben comer en sus casas otra vez o venir desayunados y si están en jornada completa que lleguen sólo a tomar once o a cenar'.
900 calorías
'La comida está sin sal, pero el jugo de tomate está rico. El palmito no sé si me gusta. Es raro'
'He trabajado en esto por mucho tiempo y he visto la evolución. Hoy está mucho mejor todo'.
34% de los niños
'Aumentamos la cobertura del programa de alimentación hasta el tercer quintil más vulnerable'.
'Las comidas son todas ricas, me gusta comer aquí con mis compañeros'.
$11 mil