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Vecinos demolieron sus casas y ahora viven en condiciones infrahumanas

padre las casas. Adultos mayores sufren complejo drama social tras obtener el subsidio para la construcción de vivienda en sitio propio. La empresa aún no les construye sus hogares.
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dahumadas@australtemuco.cl

A sus 80 años, Cristina Barros nunca imaginó que la alegría de recibir un subsidio para su nueva casa le generaría tantas penurias. La mujer se mantiene pegada a un brasero en un metro cuadrado, entre cuatro paredes por donde se cuela la tierra y el viento. Cómo si esto fuese poco, no cuenta con servicio sanitario.

La anciana es parte de los siete beneficiarios del sector Villa Alegre de Padre Las Casas que se adjudicaron el subsidio para construcción de vivienda en sitio propio del Gobierno. Los vecinos denuncian que les hicieron desarmar sus antiguas moradas y que a la fecha los avances han sido mínimos por lo que han tenido que arreglárselas como pueden.

"Estamos viviendo como abajo del puente", dijo la mujer aquejada de un problema a la cadera que a ratos la deja postrada en su cama.

Lo denunciado se puede apreciar a simple vista. Desde el umbral de los humildes portones de madera que con cadena y candado tratan de amedrentar a los rufianes, se observan los terrenos con escasos avances. Más atrás están las improvisadas viviendas tratando de no entorpecer los trabajos.

Los afectados cuentan que les habían dado un plazo de tres semanas para la construcción de sus casas, por lo que ellos mismos, con martillo en mano, comenzaron la demolición. Desde la seremi de Vivienda y Urbanismo, señalaron que en julio se entregarán las viviendas, cumpliendo con los plazos pactados.

Sin embargo, esto será en pleno invierno y los vecinos tendrán que soportar el frío y la lluvia a la espera de la construcción por lo que hicieron un llamado a la conciencia a la autoridad y solicitaron acelerar los plazos.

inhumano

Rosa Hueche (65) vive a pocos metros de "la abuelita" como le dice con cariño a Cristina, a quien va a cuidar en ciertos momentos del día. El caso de ella no es menos impactante. Vive en una reducida pieza donde al bajarse de la cama termina de inmediato en la puerta de salida. Para cocinar se las arregló con su estufa a leña y lo hace -obligadamente- a la intemperie.

"Me toca cocinar aquí afuera. La situación es mala y una vez que empiece a llover va a ser peor porque no va a haber dónde cocinar. Esperar hasta julio ya es mucho para nosotros porque si ellos nos apuraron tanto y sabían que no iban a estar listas, en último caso debían atrasarnos. Ahora tenemos que esperar las casas nomás y esperamos que los tiempos se acorten", reclamó con indignación Hueche.

La misma vecina denunció que los trabajos poco avanzan ya que sólo ven un par de obreros por casa. "Hemos tenido temporal, temblores y las autoridades nunca se han hecho presentes así que no se saca nada. Hay miedo al invierno porque a lo menos la abuelita tiene su brasero y yo no tengo ni eso, y nadie me va a pagar los remedios; además que con la plata de nuestra jubilación no alcanza para pagar un arriendo. No nos podemos ir porque sino, nos pueden robar nuestras cosas", finalizó.

Concejala

La concejala por Padre Las Casas, Ana María Soto, se entrevistó en terreno con los vecinos y asegura envió fotografías a la seremi de Vivienda, Romina Tuma, para que tome cartas en el asunto. Precisó que los siete beneficiarios son todos adultos mayores provenientes del Comité de Vivienda Los Esforzados.

"Primero me pareció extraño que le hayan dicho a los propios adultos mayores, de una edad promedio de 70 años, que ellos desarmaran sus casas. Siendo marzo todavía no hay luces de cuándo se terminarán de construir sus casas", reclamó Soto.

El drama social tiene impactada a la representante comunal. "Te imaginas a adultos mayores que pasen el invierno en esas condiciones. Yo hago un llamado a la celeridad, también a las autoridades comunales y regionales para que se acerquen y solucionemos este tema", dijo la concejala junto con agregar que no descansará hasta que solucionen los problemas a estos siete beneficiarios que han perdido el techo y su sonrisa.

Se intentó obtener una versión por parte de la seremi Romina Tuma, sin éxito al término de la presente edición.