Contaminación y Copa América
Varias señales se han venido dando el último tiempo acerca de las eventuales restricciones de calefacción domiciliaria que tendrán que afrontar las familias de Temuco en los días en que se jueguen en el Estadio Germán Becker los tres partidos correspondientes a la Copa América. Todas ellas apuntan a la necesidad de apagar las estufas de combustión lenta en el mismo día del duelo futbolístico, o también en los previos, para evitar la generación de esa masa de aire contaminante que hace años tiene ahogados a quienes viven en la zona saturada. La última de esas advertencias vino de parte de Nicolás Schiappacasse, académico, experto medioambiental y presidente del Consejo de Certificación de la Leña (Cocel), quien recordó limitaciones similares que hubo en Beijing, China, mientras se desarrollaron los Juegos Olímpicos y la cumbre de la Apec para sentenciar que ese, muy probablemente, sea el camino que deba tomar la capital regional.
A sólo 89 días del primer partido que se disputará en el gramado del Germán Becker, sería conveniente que las autoridades sanitaria y medioambiental precisaran ya cuál será el camino que tomará la ciudad para aquellos días. Si dejar todo en manos de las veleidades climáticas, habida cuenta de que se estará en pleno invierno, o de una campaña de sensibilización previa para que la comunidad, voluntariamente, se sume a los esfuerzos por presentar en los otros países de Sudamérica, y del mundo, un rostro amable y no gris y tóxico.
Por cierto que estará también la herramienta de la alerta sanitaria a la que se ha recurrido en los dos años anteriores y que se supone restringe el uso de las estufas en los días de emergencia. No obstante, sabido es que luego de un comienzo arrollador en cuanto a las amenazas de multa, en el invierno de 2013, las obligaciones se fueron disipando mes a mes por las evidentes dificultades de fiscalización.
Así, con un sistema que va más por la voluntariedad que por la obligación, y sin la eficacia aún de los programas de recambio de estufas y de aislación térmica, debiese ser hora de que los organismos de Gobierno definan desde ya qué hacer, comunicarlo, y no llegar a junio a improvisar planes o acciones que a la ciudad le pueden costar muy caro en términos de imagen internacional.