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Los puconinos viven su rutina diaria con la mirada puesta en el volcán

Poca gente. El comercio y los servicios siguen funcionando sin mayores cambios, aunque es palpable una menor afluencia de clientes y visitantes.

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Los cielos despejados de Pucón dejaban ver ayer al imponente volcán Villarrica lanzando su fumarola, una postal que tras la erupción del 3 de marzo no ha dejado de causar inquietud entre los vecinos y visitantes que llegan a la zona lacustre.

Pese a la alerta naranja de carácter técnico que pesa sobre el Rukapillán, la ciudad de Pucón ha seguido funcionando en relativa normalidad, con sus servicios y su comercio establecido trabajando en horarios normales, e incluso sus agencias y empresas de turismo, donde sólo se ha restringido la ascensión a la cumbre dado el perímetro de 5 kilómetros de seguridad que se ha levantado a partir del cono.

"Yo estuve aquí para la gran erupción del 71 y puedo decir que lo que está pasando ahora con el Villarrica es menor", asegura el vecino puconino José Pino, quien afirma que si bien el volcán es conversación obligada en las calles de la ciudad balneario, no es algo que por ahora intranquilice. "El puconino está acostumbrado a vivir con el volcán al lado", apunta Pino, quien se atreve a vaticinar que el Rukapillán se mantendrá con niveles bajos por uno o dos meses más, "después yo creo que puede venir algo más grande".

El alcalde de Pucón, Carlos Barra, se suma a la tranquilidad expuesta por los vecinos. "Estábamos en alerta amarilla después de la erupción del 3 de marzo y la ciudad estaba en condiciones normales, y lo mismo ocurre hoy, pese a la alerta naranja del Sernageomin", apunta la primera autoridad comunal.

TRaNQUILIDAD

Ayer, mientras las cámaras de televisión apuntaban a la cima del volcán, la comunidad puconina desarrollaba su día de manera casi rutinaria

"Todo se ha mantenido normal, los horarios, la atención al público", señaló la administradora de Supermercado Eltit centro, Merice Ferrada.

Maximiliano Monroy, ingeniero de proceso y mejoras continuas del holding Eltit, que incluye ferreterías, supermercados, hoteles y tiendas en toda la zona lacustre, señaló que "por ahora, la alerta amarilla afecta más que a las empresas, a la comuna de Pucón en general por el tema turístico, que es su actividad principal. Nosotros no hemos tenido mayores problemas hasta ahora con el funcionamiento, hemos mantenido los horarios y estamos tranquilos porque contamos con manuales y protocolos en caso de alguna contingencia. En cuanto a nuestros trabajadores, ha habido poco ausentismo, siendo el principal al mediodía de hoy (ayer) debido a que fueron a buscara a sus hijos a las escuelas".

SERVICIOS

Para nadie es un misterio que en Pucón buena parte de la ciudad gira en torno al volcán Villarrica. Nombres de calles, nombres de tiendas, incluso alusiones en las cartas de los restaurantes, apuntan al macizo cordillerano.

Así, no es de extrañar que en "Paulo Restorán", en la gastronómica calle Fresia, parte de una de las paredes reúna una colección de fotografías de erupciones anteriores.

"Hay tranquilidad, pero indudablemente que todo este clima de inseguridad afecta al comercio y a los restaurantes", afirma Jaime Paredes. "Eso se nota porque una vez terminada la temporada veraniega, se vienen las delegaciones de adultos mayores y de estudiantes, y la verdad es que se han visto poco, y es muy probable que sea a causa del temor que pueda causar el volcán y sus últimos movimientos".

EN LA PLAYA

La alta temperatura de los últimos días ha visto resurgir los chapuzones en el lago Villarrica, así como algunos tímidos quitasoles.

Entre los visitantes que siguen llegando a Pucón, la santiaguina Verónica Chamy llegó el lunes pasado a dejar a dos nietas que ingresan a la universidad, para luego disfrutar de las arenas blancas y las aguas frías de Pucón.

"La verdad es que de la erupción del volcán me enteré por las noticias, hablo de la erupción de inicios de marzo. Pero de estos últimos acontecimientos mentiría si digo que sé algo", apunta la visitante capitalina, quien agrega que "sin embargo, mi hermano me acaba de llamar, súper preocupado por las noticias que hay sobre el volcán, pero no me asusto, pues encuentro que la gente está muy tranquila y quién mejor que los mismos puconinos para saber qué pasa con su volcán".

Con la mirada puesta en la fumarola blanca que corona el cráter, Verónica Chamy agrega que "los días han sido muy bonitos en Pucón, es un agrado salir de Santiago, así es que no me da miedo el volcán, voy a seguir disfrutando de la playa". El turismo, el gran motor de Pucón, no acusaba tampoco mayores daños. El rafting por el río Trancura, las visitas a las termas, se mantenían en las vitrinas de las agencias de turismo. Sólo las excursiones al cono y las ascensiones al cráter estaban suspendidas. "Esta es la única excepción", apunta el alcalde Carlos Barra.

Cinco

kilómetros desde el cráter del volcán es la zona restringida que determinó el Sernageomin tras decretar Alerta Naranja.