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Aumentan tremores y cenizas desde el cráter del Villarrica

Actividad volcánica. Las autoridades regionales mantuvieron la alerta técnica naranja del macizo y la amarilla para las localidades aledañas al volcán.

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Una constante aunque esporádica expulsión de cenizas fue vista durante la jornada de ayer desde el volcán Villarrica.

Se trató de una continua emisión de gases y material piroclástico que comenzó la madrugada de ayer, con mayor abundancia que lo observado en los días anteriores, con una columna que alcanzó 500 metros de altura, mientras el viento la esparcía hacia el noreste.

Pero pese al preocupante escenario, el Sernageomín decidió mantener la alerta técnica naranja a un radio de 5 kilómetros alrededor del macizo, mientras que la Onemi continuó con la alerta amarilla para la seguridad civil.

El último reporte de actividad volcánica emitido por Sernageomín indicó un aumento del número de temblores.

Según lo osbervado por el Ovdas, fueron nueve los eventos asociados al movimiento de fluidos al interior del Rukapillán, cifra que supera a los tres reportados el pasado viernes.

Pero tales movimientos no revierten mayor importancia para las autoridades regionales debido a su baja magnitud. De hecho, la amplitud de este tipo de movimiento se redujo, de 15,3 centímetros cuadrados el viernes a 11,2 ayer.

Juan Cayupi, director subrogante de la Onemi en La Araucanía, dijo que "es muy difícil hacer comparaciones de estos números, porque esto es muy relativo... está íntimamente relacionado entre lo que externamente se observa con lo que ocurre de forma interna, que es registrado con los instrumentos".

En cuanto a los operativos de emergencia, desde Onemi indicaron que continuarán vigilando los cauces, atentos a los temidos lahares. Para ello, personal del Ejército se mantiene en el sector Llafenco "para estar atento a cualquier instancia de ser necesaria una evacuación de la población que mayormente pudiera estar en riesgo", indicó Cayupi.

Respecto al por qué no se decidió aumentar la alerta técnica a roja, el jefe del Ovdas, Carlos Carmona explicó que "tenemos una gran inestabilidad en el sistema volcánico, pero el progreso hacia una erupción depende solamente de cómo esté evolucionando interna y externamente".

Sensación de temor

Entre la población y los turistas se mezclan el interés y la curiosidad con el nerviosismo y la fatiga por la espera.

Mary K. Magrath viene de Florida, Estados Unidos. Llegó con sus amigos a la zona porque ellos la entusiasmaron a ella y a su esposo a venir, aunque con algo de resentimiento a la invitación. "Iba a cancelar toda nuestra agenda de visita, pero mis amigos querían venir a conocer Pucón, porque los entusiasmamos mucho. Le tengo miedo al volcán", dijo.

La curiosidad también trajo a la Región a Aarón Branstein, quien llegó a Pucón junto a amigos israelitas precisamente por el volcán, pero "deseamos que erupcione el último día para verlo y luego nos vamos de inmediato", comentó.

A Ricardo Lagos, habitante del lugar, le desespera tanto suspenso y desea un pronto desenlace de la actividad volcánica. "Queremos que haga erupción rápido y que se termine la cuestión", dijo.

Hugo Moreno, experto vulcanólogo que trabaja en el Ovdas, indica que el fenómeno observado en el volcán Villarrica es muy parecido a lo que ocurre al abrir una botella de bebida. "El magma posee agua y gases que, a estar a gran profundidad, se encuentran mantenidas bajo presión", indica. El material piroplástico que emana del cráter corresponde a lo que estos gases arrastran desde el interior de la estructura volcánica y es esparcido por el viento.