El"farkas de los pobres" hizo curanto solidario para indigentes de la feria pinto
generosidad. Con la ayuda de locatarios del sector, voluntarios y empresarios, Carlos Martínez, por tercer año consecutivo, visibilizó a quienes viven en situación de calle.
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Carlos Martínez (43), más conocido entre sus benefactores como "El Farkas de los pobres", convirtió en un verdadero apostolado de vida el viejo adagio que dice: "Ayudar no cuesta nada".
Prueba de ello es que este gásfiter de oficio, padre de cinco hijos y vecino del sector Pedro de Valdivia, por tercer año consecutivo, organizó un curanto solidario para los indigentes que viven en situación de calle en el perímetro de la Feria Pinto.
Y como cada año, esto lo hizo con ayuda de su propia familia, vecinos, locatarios del sector, voluntarios que se han adherido a su causa altruista en el camino y pequeños empresarios, quienes en su conjunto colaboraron para que el llamado "Farkas de los pobres" pueda hacer lo que más le apasiona en la vida: ayudar a los que nada tienen.
MOTIVACIÓN
Pero ¿por qué lo hace? si llegó a Temuco sólo hace cuatro años desde Valparaíso. Sus motivaciones, comenta, devienen de su propia experiencia de vida, ya que en algún minuto una determinada situación límite "me llevó a convertirme en un hombre invisible y en un prófugo de la justicia. Yo sé lo que se siente pasar hambre y que nadie te ayude, por eso hago esto".
Y no sólo lo hace una vez al año. Ha escogido tres fechas simbólicas en donde la mayoría de las personas que cuentan con el respaldo de una familia están acompañadas y felices.
Así, la garita de Carabineros de la Feria Pinto, cada Viernes Santo, Dieciocho de Septiembre y Navidad, se convierte en una improvisada cocinería al aire libre. Allí los alimentos que son donados o comprados con el dinero de la colecta se transforman en un sabroso plato de comida, cuyo condimento, acota Carlos Martínez, "es el amor por el prójimo. Por el que no tiene techo. Por el que sufre. El que es invisible a los ojos de esta sociedad y está solo".
beneficiados
Se cocinaron 200 raciones de curanto, las que fueron degustadas por unas 150 personas. En grupos y por turnos, los ávidos comensales fueron pasando a una improvisada mesa al aire libre, literalmente, vestida de mantel blanco para la ocasión. También había pebre, pan y ensaladas.
En el momento y durante el almuerzo, los comensales no sólo se dedicaron a comer, sino que de manera espontánea se acercaban a abrazar a Carlos Martínez y darle las gracias.
Uno de ellos fue Eva Uribe, quien cuenta que llevasiete años durmiendo en la calle en el sector de la Feria Pinto.
Mientras lo abrazaba, se sumaban otros y luego venían las fotografías, como si se tratara de un ídolo deportivo.
"El cariño de la calle hacia Carlos es más grande de lo que él piensa. Para nostros él es muy importante y estamos muy agradecidos con lo que hace, por eso es nuestro Farkas de los pobres", comenta Eva, quien ayer quedó muy ilusionada con la posibilidad que Carlos mueva sus "hilos" y logre conseguirle una mediagua para pasar el invierno.
Carlos, mientras ayer prácticamente era vitoriado por sus amigos de la calle, señaló que cerraba una nueva cruzada de amor extasiado.
"He tenido que frenar mis lágrimas. A lo mejor soy un mamón, pero esto para mí es tan lindo. Hoy no me sentía muy bien, porque había muerto un familiar, pero sabía que si no venía, nadie iba a venir", asegura.