Explican por qué las madres son más sensibles al llanto de las guaguas
Ciencia. La responsable de esta habilidad sería la oxitocina, una hormona que se genera después del parto y que altera las señales auditivas en el cerebro.
mgonzalezt@mediosregionales.cl
Para las madres, el sonido del llanto de un bebé es casi imposible de ignorar, sin importar qué tan cansada se sienta. Ahora, unos científicos estadounidenses descubrieron ciertas pistas que podrían ayudar a explicar por qué las mamás son tan sensibles al sonido del llanto.
El elemento clave sería la hormona llamada oxitocina, conocida a veces como la "hormona del amor", otras como la "hormona de la felicidad" o también como la "hormona del abrazo".
SUSTANCIA
En un experimento realizado con ratones, un equipo de la Universidad de Nueva York encontró que esta sustancia, segregada después del parto, cambia la forma en que las señales auditivas son procesadas por el cerebro de las ratas, de manera que amplifica el llanto de las crías en los cerebros de las madres.
"Encontramos que la oxitocina aumenta el volumen de la información social procesada en el cerebro", explicó el autor principal del hallazgo, Robert Froemke, citado por The Guardian.
Cuando a un grupo de ratas vírgenes se le suministró oxitocina artificialmente, también empezaron a escuchar el sonido de los llantos de manera diferente e incluso comenzaron a responder a las crías de la forma en que una madre lo haría: yendo a buscarlas, tomándolas por el cuello y devolviéndolas al nido.
"Pareciera que transforma el cerebro de ratas vírgenes en uno de madres más experimentadas", sostuvo Froemke.
Estudios anteriores habían mostrado que la oxitocina es producida durante el amamantamiento y que, en general, ayuda a promover la proximidad entre la madre y el hijo.
El estudio de Froemke y sus colegas, publicado en la revista Nature, muestra que esta hormona cambia la forma en que el cerebro de las ratas procesa las señales sensoriales.
Otros experimentos revelaron que la oxitocina se adhiere a las células receptoras ubicadas en el lado izquierdo de la corteza cerebral.
Pese a este hallazgo, la oxitocina no tuvo efecto en todas las ratas y los investigadores no pudieron establecer si esto se debió a que algunos animales eran "menos maternales" que otros.
"Quizás estos animales no escuchaban muy bien y por ello no respondieron" al llanto de las crías, conjeturó el investigador.
Robert Liu, un neurocientífico de la Universidad de Atlanta consultado por el citado medio británico y quien no participó en el estudio, indicó que es plausible que esta hormona tenga un efecto similar en los seres humanos.