hochoam@australtemuco.cl

El realizador audiovisual Guido Brevis presentará su más reciente documental titulado "Mapu Mew, en la tierra" el sábado 23 de mayo en el Centro Cultural de Padre Las Casas (Maquehue 1441) a las 19 horas.

El director, quien estudió trabajo social en la Universidad de La Frontera, se internó en el área audiovisual en función de sistematizar la información con la que iba trabajando cuando realizaba su práctica profesional. Luego, viajaría a Bolivia y a Cuba a especializarse en comunicación y documentales, para finalmente adentrarse en la temática mapuche con producciones como "Territorio de fronteras" y "Aniceto, razón de Estado".

De esta manera, "Mapu Mew, en la tierra" retrata la forma de vida y experiencia de tres mapuches: Agustina Tranamil, una mujer de Trapa Trapa (Biobío); Elisa Avendaño Curaqueo de Santa Julia (La Araucanía), y Estanis "Chino" Paillan, un pescador de Mehuín (Los Ríos).

-Este es un mediometraje documental de 50 minutos que surge principalmente del trabajo previo que nosotros habíamos desarrollado, cuando digo nosotros hablo de Aldo Oviedo y otra gente del equipo con la cual trabajamos siempre. Entonces habíamos estado enfocados en la temática mapuche, de lo que los medios todavía denominan como "conflicto mapuche", que para nuestro gusto es un conflicto bilateral del Estado y el pueblo mapuche. Entonces hacíamos documentales de tipo pre formativo, es decir, pensando en demostrar o en presentar una tesis, y nos dimos cuenta que necesitábamos refrescar a una mirada interna, una mirada más libre, más observacional, decimos nosotros, en el sentido que nos aportara una visión testimonial y también íntima de lo que pueden ser sectores del pueblo mapuche. Entonces, dijimos vamos a tratar de meternos en la casa, en el trabajo de gente mapuche de diferentes sectores y veamos qué pasa, observemos.

-Sigo siendo un poco pesimista. Creo que los medios de comunicación, no sé si por línea editorial o por una falta de acceso a información actualizada, todavía caen en el estereotipo, para bien y para mal. Entrevistando a gente, por ejemplo al profesor Jorge Pinto, conversábamos que los chilenos usamos a los mapuches en el sentido que cuando necesitamos reforzar la 'chilenidad' decimos que corre por nuestras venas la roja sangre araucana, pero cuando el mapuche se constituye, se para, demanda y se hace ver como tal, ahí es borracho, es terrorista, es flojo y creo que eso de alguna forma todavía se refleja en los medios.

-Yo creo que sí, a veces hago clases en la universidad y estoy asociado a proyectos e investigaciones, y me toca interactuar con harta gente joven. De hecho, hace algunos años, hay investigaciones, muchos mapuches se cambiaban el apellido, por una cuestión de una discriminación brutal. Y hoy ves la necesidad, el orgullo de chicos y chicas por manifestarse como mapuches, hacer ver sus apellidos, defender su cultura, estar atentos a cualquier tema de discriminación, y eso ha servido, junto a tratar estos temas en la formación universitaria o educacional en general, a generar una nueva actitud por lo menos de reconocer al otro y de tener mayor respeto.

CENTRALIZACIÓN

-Aquí el centralismo es un mal para el país, no solamente para esta Regió. Creo que hay una malentendida forma de concebir un Estado unitario a través de centralizar lo que es la distribución de recursos. En el Gobierno anterior, que no ha cambiado mucho en términos de política cultural, sacábamos la cuenta que el 99,9 por ciento de los recursos del Fondo de Fomento Audiovisual estuvieron en Santiago, un restante de ese 0,1 estuvo en Valparaíso y lo otro distribuido en todas las demás regiones del país. Estamos hablando de miles de millones de pesos, inconcebible, pero pasó y pasa todos los años.