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El desencanto de Cecilia Pérez Gambaro por la justicia se ha traducido en frustración, lágrimas e impotencia. La agricultora siente que fue despojada de su tierra luego que una comunidad del valle de Chiguaihue de la comuna de Ercilla, comenzó a reclamar como propio su campo.
Se trata del predio Santa Delia de 180 hectáreas, ubicado en el Bajo Malleco a unos 8 kilómetros de Collipulli, el que trabajó su familia en producción agrícola y ganadera desde los años '80 hasta el año pasado, cuando comenzaron los hostigamientos cuyo punto más álgido fue el atentado incendiario registrado el 5 de octubre, el que redujo a escombros la casa patronal y la de inquilinos.
El drama es tal que a principios de abril fue la última visita al campo, donde encontró rucas y sembrado. Todo esto, pese a contar con dos medidas de protección policial. Su decisión es vender. La mujer apunta a la comunidad Ranquilco Nag como la protagonista de la seguidilla de hechos que la mantienen viviendo con angustia e incertidumbre en Temuco en un domicilio bajo reserva y sin su única herramienta de trabajo: la tierra.
-Empezaron rayando, poniendo los trapos que ellos les llaman banderas, ahora están más elegantes gracias a las platas del Gobierno y así que tienen banderas. Me empezaron a robar los portones de la entrada del campo, hostigamientos a la gente que trabajaba conmigo, me robaron animales, me hicieron pedazos los cercos. Yo estaba en las vacaciones de invierno con mis hijos y comenzaban a tocar la trutruca a las 6 de la mañana y paraban a las 9 de la noche.
Llegaban los Carabineros y como siempre los cobardes arrancan.
-Yo viajaba al campo constantemente. Después a la gente que trabajaba conmigo literalmente la echaron porque la hostigaron tanto que agarraron miedo y el 5 de octubre me quemaron la casa patronal y la casa del inquilino.
-Hasta el minuto llevo perdido en el campo mínimo como $170 millones. Mi casa me la quemaron con todo adentro, me quemaron la casa del inquilino, después me hicieron pedazos todos los sistemas de agua que yo tenía para que no volviera; después quemaron todo mi campo, han hecho pedazos las quintas, ellos han hecho y desecho en mi campo, usted lo pudiera ver.
-Era un campo agrícola y ganadero, nos dedicábamos a todo, chacra, tomates, trigo, pasto, animales, fruta, de todo.
-Señor, me quemaron mi casa y el hostigamiento es tal… Yo fui a principios de abril a mi campo, lo quemaron entero y lo que quedó parado lo botaron. Tienen bloqueadas las entradas del campo con árboles de ahí mismo, lo hicieron pedazos. Ahora tienen unas rucas ahí y lo están sembrando. No hay ley.
-¿Sabe lo que me dijo el fiscal Héctor Leiva? Me llamó por teléfono y me dijo que me iba a mandar al sicólogo y a un asistente social porque en realidad él no sabe qué hacer. Esa es la justicia y la ley en Chile. Si los fiscales y la gente le dicen eso a uno ¿qué queda para el resto?
-Exactamente, en el fondo es eso. Carabineros va a desalojar y todo lo que usted quiera y resulta que se van y ellos vuelven. Yo tengo dos medidas de protección las cuales dice que son rondas periódicas diurnas y nocturnas, y por lo visto no se han cumplido porque entonces ¿cómo ellos construyen y siembran? Si los Carabineros no los dejaran no harían nada.
-Me siento devastada; me dejaron sin casa, sin trabajo, sin nada. Ni siquiera puedo ir a mi campo. Todo lo destrozaron.
-Yo creo el conflicto superó a una justicia que no se ha ejercido para nada. Lo que más me llama la atención es que en Chile cada poder es autónomo, o sea, la justicia no tiene ningún poder sobre, por ejemplo, los mapuches (...) imagínese los señores Luchsinger los mataron, pillaron a uno, le dieron 18 años y en un tiempo más va a salir.
Venta
-¿Qué medidas espera que se adopten?
-A mí me gustaría que me compraran mi campo, me gustaría que me lo valorizaran cuando mi campo era mi campo ¿Cómo sé yo si Conadi no se ha puesto de acuerdo con esta gente para desvalorizar mi campo?
-Obviamente pero es para solucionar un problema porque no es humano que a alguien lo echen de su casa, te la quemen, te dejen sin trabajo y más encima no puedas ni entrar al campo y compren un campo que no tiene ningún conflicto (fundo de Heller). Además no hay ningún particular que me compre el campo.
-Nada. Cada vez que voy a Conadi me tiran de un lado para otro. Además son unos mentirosos.
-La Ranquilco según lo que supe yo, pide una cantidad de hectáreas, es como de mi campo hacia Ercilla por el río Malleco, es absurdo. Además que mi campo no tiene títulos de merced (...) para mí no existen los Derechos Humanos.