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Felipe González deja Venezuela sin poder visitar a políticos presos

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El ex Presidente español Felipe González culminó ayer dos días de visita a Venezuela para prestar apoyo a opositores encarcelados, lo que generó un fuerte rechazo de las autoridades locales.

Sin mayor despliegue de los medios, González decidió abandonar la capital venezolana para proseguir su agenda internacional, según confirmó a Associated Press Mitzy Capriles, esposa del alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, al que el ex Presidente ofreció su asesoría. "Sabíamos que él estaría en el país un tiempo que él considerara prudencial", indicó Capriles al descartar que González haya dejado Caracas de forma sorpresiva, y sostuvo que la partida respondió a razones de su agenda internacional.

Capriles dijo que el ex Presidente está dispuesto a retornar a Venezuela cuando las autoridades locales le den el permiso para visitar en la cárcel a alguno de los opositores presos. González había manifestado el lunes que estaba a la espera de que las autoridades locales le dieran el permiso para visitar en la cárcel al dirigente Leopoldo López y al ex alcalde Daniel Ceballos.

Huelga de transportes paraliza Argentina

Manifestación. El paro también involucró a trabajadores de la justicia y los puertos, quienes piden mejoras salariales.
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mgonzalezt@mediosregionales.cl

Los argentinos enfrentaron ayer numerosas dificultades para llegar a sus trabajos por una huelga encabezada por sindicatos enfrentados con el Gobierno que mantuvieron paralizados el transporte terrestre, la administración de justicia, los puertos, las bencineras y la recolección de basura.

Los sindicalistas reclaman la reducción o eliminación del impuesto aplicado a los sueldos y aumentos salariales que contrarresten una inflación que sitúan en al menos 30% anual. A su vez exigen negociaciones salariales libres sin la imposición de techos por parte del Gobierno.

Las exigencias son similares a las planteadas por los sectores más radicales de la Confederación General del Trabajo y la Central de Trabajadores de la Argentina en otros cuatro paros que realizaron en los últimos tres años y medio, en los que se agudizó el enfrentamiento con la Presidenta Cristina Fernández.

Las estaciones de trenes, las paradas de buses y las líneas del metro de Buenos Aires estaban vacías a primera hora y numerosas personas tuvieron que usar autos y taxis para trasladarse a su trabajo o llevar a sus hijos a las pocas escuelas públicas que abrieron sus puertas.

Roberto Fernández, de la Unión Tranviarios Automotor, dijo que el paro obedece a que los trabajadores quieren "un salario de bolsillo digno para tener poder adquisitivo" y amenazó con más medidas si ello no se cumple. Indicó que en las negociaciones salariales con los empresarios los gremialistas "estamos un poco lejos", ya que exigen una actualización no menor a 30%.

Algunas carreteras de acceso a la capital fueron cortadas por agrupaciones de izquierda, lo que generó enormes atascos. El mismo problema sufrían los habitantes de otras ciudades importantes del país como Rosario y Córdoba.

En el aeropuerto de Ezeiza, en las afueras de Buenos Aires, no operaron los vuelos de Aerolíneas Argentinas y sufrieron retrasos los de las compañías extranjeras. Esto salpicó a Chile, donde LAN suspendió sus vuelos desde y hacia el país trasandino.

La inflación es una de las principales preocupaciones de los argentinos, según las encuestas. En un año electoral, los sindicatos más combativos decidieron redoblar sus reclamos como una advertencia para quien reemplace a Fernández en el poder.