Banda armada roba $10 millones destinados a pensionados rurales
puerto saavedra. Ocho personas interceptaron dos camionetas de la empresa Brinks que iban con el dinero de cientos de pensionados del sector Romopulli.
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Un botín de 10 millones de pesos se llevó una banda armada que pasado el mediodía de ayer asaltó a tres guardias de la empresa Brinks que se movilizaban en dos camionetas no blindadas por el sector rural de Romopulli, en Puerto Saavedra. El dinero sería entregado a un centenar de vecinos del lugar por concepto de asignaciones familiares y pensiones.
Los trabajadores de la empresa de seguridad se encontraron con el grupo armado a escasos 250 metros del lugar donde las personas recibirían los dineros. Allí los integrantes de la banda derribaron un árbol en la ruta y luego neutralizaron a los vigilantes -pese a que todos portaban armas de fuego - y en cuestión de minutos les arrebataron el dinero en efectivo y los revólveres.
Al menos así lo precisó el fiscal jefe de Carahue, Luis Torres, quien sostuvo que "la banda de asaltantes, compuesta por ocho personas, redujo a los guardias del vehículo de valores y junto con el botín logró sustraer tres armas de fuego".
búsqueda
Al lugar del asalto concurrió un importante número de carabineros quienes, incluso con un helicóptero, intentaron dar con el paradero de los hampones que protagonizaron el primer hecho delictual de estas características en el sector rural de Romopulli, en Puerto Saavedra.
Según precisó el teniente coronel Patricio Sánchez, los patrullajes se realizaron a pie, en vehículo e incluso por aire debido a la infinita cantidad de caminos alternativos existentes en la ruta, aunque la búsqueda concluyó "sin resultados positivos".
El factor geográfico y los pocos recuerdos que expresaron los trabajadores de Brinks respecto de sus victimarios, han impedido a los efectivos policiales poder contar con mayores antecedentes de los autores del atraco.
Al sitio del suceso concurrió personal del Labocar para realizar los análisis respectivos y así poder dar con pistas que den indicios sobre los autores del ilícito.
comunidad
Ya antes de las nueve de la mañana, eran decenas las personas que llegaron hasta la sede social levantada en el sector Romopulli para recibir el pago de sus pensiones o asignaciones familiares.
Una de ellas era Mireya Anticán, dirigente de la comunidad Huapibudi, quien llegó con más familiares y una que otra mercancía para aprovechar de vender sus alimentos con los cuales se gana la vida.
A ella le correspondía el pago de $36 mil -por concepto de asignación familiar- claro que ahora deberá esperar una nueva fecha para poder recibir su dinero, el que calificó como "elemental" para solventar sus gastos.
Anticán contó que no se percataron de ningún hecho extraño, a pesar de estar a una corta distancia de las camionetas y los antisociales, y que recién se enteraron de lo sucedido cuando otros beneficiarios llegaron al lugar.
A juicio de la mujer, lo ocurrido ayer es lamentable y a la vez inédito en la zona. "Esto nunca había pasado aquí, es insólito. Ojalá que encuentran a las personas porque esto es mucho, no hay seguridad ni en el campo", se lamentó.