Luego de un 2014 con un magro crecimiento de apenas un 1,9%; la economía chilena esperaba un rápido repunte para 2015 que hiciera olvidar un año marcado por una fuerte caída en la inversión que terminó en una desaceleración en la actividad productiva. Es así como desde inicios del presente año y con cada aparición de cifras económicas, se discute si estamos frente a señales claras de un punto de inflexión en la actividad económica nacional. Estando ya a mediados de año 2015, la pregunta sigue instalada: ¿vemos los esperados brotes verdes en nuestra economía?...
Las cuentas nacionales al primer trimestre del año en curso muestran una expansión del producto interno bruto del 2,4% respecto al año anterior. Cabe mencionar que es la cifra más baja de dicho trimestre de los últimos cuatro años.
El Informe de Política Monetaria (Ipom) del mes de junio presentado por el instituto emisor a principios de mes, recortó la proyección de crecimiento económico nacional para 2015, dejándola en el rango 2,25% - 3,25%. Recordemos que en el Ipom de marzo, la proyección estaba entre 2,5% - 3,5%. Esta menor expectativa de crecimiento sigue siendo explicada mayormente por la menor inversión proyectada para el año. En marzo por ejemplo, la autoridad monetaria esperaba un incremento anual del 1,2% y 2,5% para la inversión y el consumo total respectivamente; mientras que en el último Ipom la inversión se ajusta a la baja con una proyección de 0,7% en tanto el consumo total se ajusta levemente al alza dejándolo en 2,7%. La inversión acumula ya siete trimestres consecutivos a la baja, lo que claramente muestra que no se trata de un tema coyuntural sino algo más de fondo. Las mediciones de expectativas por su parte siguen mostrando niveles de pesimismo que limitan la capacidad de crecimiento.
Por su parte, el último Imacec publicado por el Banco Central correspondiente al mes de abril anotó una modesta variación interanual de 1,7%; cifra inferior a las expectativas del mercado que esperaba un dato por encima del 2%. Es cierto que hay menor dinamismo de China, el precio del cobre no está en su mejor momento, y el vecindario de América Latina también está menos dinámico, pero sería un error no advertir que se suma el componente autónomo.
Adicionalmente hay que agregar que organismos internacionales como el FMI y la OCDE también han recortado las expectativas de crecimiento de Chile para 2015 en sus últimos informes.
Siendo objetivos, las cifras hasta ahora no parecen respaldar sólidamente la teoría de los brotes verdes, los números hasta no dejan contento a nadie y la recuperación está siendo más lenta de lo esperada.
Patricio Ramírez,