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Francia exige saber si Estados Unidos mantiene escuchas a dirigentes

Polémica. El Gobierno galo tachó de "inaceptable" el espionaje del que fueron objeto tres ex Presidentes. Barack Obama le expresó a François Hollande su compromiso de acabar con estas prácticas.

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Francia exigió a EE.UU. una explicación por el espionaje a los tres últimos Presidentes franceses y, sobre todo, conocer si mantiene las escuchas. La noticia trascendió el martes, cuando el diario Libération y la web Médiapart revelaron documentos obtenidos por Wikileaks que demuestran que Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande fueron objeto de escuchas al menos desde 2006 hasta mayo de 2012.

El momento elegido para la exclusiva no es casual: como Libération recordó en su editorial, coincidía con la votación ayer en el Parlamento francés de la nueva ley sobre los Servicios de Inteligencia, que exonerará al espionaje de la supervisión judicial y que ha sido muy criticada desde la izquierda.

Según EFE, tampoco parece coincidencia el telón de fondo de estas nuevas revelaciones: las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y EE.UU.

Tras las revelaciones en 2013 sobre el espionaje de EE.UU. a la canciller alemana, Angela Merkel, las autoridades francesas enfocaron ayer su respuesta a verificar si esas prácticas en suelo europeo terminaron.

Hollande conversó durante 15 minutos con el Presidente estadounidense, Barack Obama, quien reiteró su compromiso de terminar con las prácticas de espionaje.

el diálogo

De acuerdo con la versión francesa, el diálogo entre los dos Jefes de Estado sirvió para examinar "los principios que deben regir las relaciones entre aliados" en materia de servicios secretos.

Dentro de su batería de movimientos diplomáticos, París anunció el envío a Washington del coordinador de los Servicios de Inteligencia, Didier Le Bret, y convocó a la embajadora de EE.UU. en París, Jane D. Hartley.

El ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, exigió a la embajadora "respuestas rápidas" sobre si las escuchas han cesado, y consideró "inaceptables" estas prácticas, "más aún viniendo de un país aliado y amigo como EE.UU.".

Cerca del Palacio del Elíseo y del Quai d'Orsay -sede de la diplomacia francesa- se hallaba, según las revelaciones periodísticas, el epicentro del espionaje: la misma Embajada estadounidense.

Los partidos más a la izquierda y derecha del Parlamento aprovecharon el escándalo para reclamar al Ejecutivo que se oponga al TLC entre la Unión Europea y EE.UU.

El partido ultraderechista Frente Nacional consideró que las escuchas de EE.UU. a los tres últimos Presidentes franceses constituyen una "amenaza directa" contra el país.

"Esas escuchas, que se añaden a las ya conocidas sobre la vida privada de nuestros compatriotas, son una amenaza directa para nuestra independencia nacional, la soberanía de Francia y su seguridad", dijo en un comunicado la presidenta del FN, Marine Le Pen.

El primer ministro de Francia, Manuel Valls, subrayó que EE.UU. violó la confianza de su país tras conocerse que espió a los últimos tres Presidentes franceses y pidió que "repare el daño" que causó a las relaciones bilaterales esa práctica "inaceptable". En la sesión de control al Gobierno en la Asamblea Nacional, el primer ministro tachó ese espionaje de "muy grave y anormal entre Estados democráticos aliados", y consideró que "no es legítimo" proceder a ese tipo de vigilancia "en nombre de los intereses nacionales".

Mabel González / Agencias

Otra comitiva de senadores brasileños viaja a Venezuela en una "misión equilibrada"

Visita. La delegación, integrada solo por legisladores oficialistas, espera reunirse con autoridades y oposición.
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Una semana después de que un grupo de senadores brasileños viera frustrado su intento de reunirse con líderes opositores presos en Venezuela, la Cámara Alta de Brasil envió una nueva misión a Caracas, integrada por legisladores aliados del Gobierno de Dilma Rousseff.

El líder del grupo, Lindbergh Farias, del gobernante Partido de los Trabajadores, afirmó que el grupo pretende reunirse con autoridades venezolanas, con el ex candidato opositor a la Presidencia Henrique Capriles y con las esposas de los opositores presos, en lo que definió como una "misión equilibrada".

Según Farias, a los senadores opositores que viajaron la semana pasada a Caracas les faltó "equilibrio" al limitar su misión a encuentros con los opositores arrestados. El senador afirmó que los senadores brasileños jugaron un "papel incendiario" al limitarse a expresar solidaridad con "los sectores golpistas y más extremistas de ese país".

"Lo último que queremos es que Venezuela entre en un proceso de guerra civil, que sería malo para Venezuela, para Brasil y para América Latina", agregó.

El 18 de junio, un grupo de senadores brasileños de oposición encabezado por el ex candidato presidencial Aécio Neves no logró llegar a Caracas para expresar su solidaridad a dirigentes venezolanos arrestados por el Gobierno de Nicolás Maduro debido a un gran bloqueo en las vías de acceso a la capital venezolana.