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Los padres de la adolescente de 15 años que agredió a un adolescente de 13 propinándole dos puñaladas dentro de la Escuela D-20 "Hermanos Carrera" de Angol, decidieron retirar a su hija del establecimiento educacional.

La adolescente, identificada con las iniciales D.Y., tras el hecho fue formalizada en el Juzgado de Garantía de Angol por el delito de lesiones graves quedando en libertad y con medidas cautelares.

Hechos

La sostenedora del establecimiento D-20 "Hermanos Carrera", Alicia Bahamondes, conversó con El Austral, indicando que fue una situación lamentable y que nunca había ocurrido en el recinto educacional.

"La verdad es que fue una situación muy compleja porque en ese establecimiento nunca había ocurrido una situación de esta gravedad. Nosotros tenemos controlada la convivencia escolar en el recinto pues estamos pendientes de lo que pueda ocurrir donde también nosotros aplicamos nuestro reglamento interno".

Respecto a cómo ocurrieron los hechos, Alicia Bahamondes sostuvo que "la clase estaba realizándose de forma normal porque como una de las profesoras estaba con licencia, fue una docente a reemplazarla y fue a ese curso. Mientras hacía la clase y estos niños se encontraban sentados. La niña (agresora) le comenzó a tirar los papeles y el chico le respondió".

Tras esta discusión, precisó que "posteriormente la profesora detuvo la clase para llamarles la atención donde se empezaron a agredir verbalmente. Nuevamente la docente les dijo que les pondría una anotación, y cuando ella fue al escritorio a dejar el registro en el libro de clases de lo que estaba aconteciendo, la niña se para detrás del menor, quien no se dio cuenta de la situación y mucho menos sus compañeros, saca algo de su mochila y le da dos puntazos".

"La profesora fue a interponerse entre los dos alumnos, donde los otros chicos sacaron al menor mientras que algunas compañeras intentaban controlar a la niña. Ahí me trajeron al chico agredido, en tanto un profesor sacó a la chica de la sala para contenerla. Se llamó a la ambulancia, dándole primeros auxilios al afectado y se llamó a Carabineros donde se tuvo presente que a los apoderados se les informó de la situación. Acompañé al menor en el hospital mientras que Carabineros fue con la otra alumna para hacerle el procedimiento que corresponde", relató Bahamondes.

Violencia instalada

Respecto a este caso, el presidente del Colegio de Profesores de La Araucanía, Jaime Quilaqueo, entregó su postura sosteniendo que el problema "tiene que ver con la capacidad que tienen las escuelas, los municipios, los sostenedores a fin de tener todos los recursos humanos disponibles. Habrá que cambiar el foco, tratar de ayudar en el problema, orientar y eso implica recursos humanos, económicos y capacitaciones. La violencia en la escuela está instalada y no existen las capacidades para poder resolverla y tampoco se entregan los apoyos. Esto golpea y nos hace pensar cómo hoy día los profesionales de la educación estén garantizado porque es una discusión constante", aseveró.

"Es un tema que nos debe llamar la atención, las autoridades educacionales y los que tienen decisiones en las políticas públicas puedan tocar estos temas y resolverlos en conjunto porque la comunidad escolar queda lesionada con esta situación", afirmó Quilaqueo.

Menores

La directora del establecimiento informó que la menor estaba siendo tratada mediante programas especiales fuera del establecimiento educacional debido a su mala conducta, pues según cercanos a la familia habría sufrido la pérdida de su hermano menor, hecho que no ha podido superar. Por ello, sus padres el día de hoy -ayer-, conscientes de la situación, retiraron finalmente a su hija del establecimiento donde fue llevada a otra ciudad fuera de La Araucanía.

Mientras que la víctima, de 13 años, de iniciales B.A., tras haber estado durante dos días en el Hospital Mauricio Heyermann de Angol, el director del recinto, René Lopetegui, sostuvo que, "el menor fue dado de alta debido a la positiva evolución que tuvieron sus heridas".

El adolescente se retiró en compañía de familiares, quienes no quisieron entregar su versión de los hechos por temor a represalias que pudiera emprender la familia.