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Quienes trabajaron durante el partido se las arreglaron para vivir la gran final

Temuco. Los televisores portátiles y tradicionales fueron la opción para los que estuvieron de turno.
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ehenriquezo@australtemuco.cl

Tan sólo una hora antes del partido gran parte del comercio formal de Temuco había bajado sus cortinas, pero hubo quienes se mantuvieron en sus puestos y respondieron a las responsabilidades laborales del día, no sin antes asegurar algún medio de conexión con la justa que se viviría en el Estadio Nacional y que ayer le entregó su primera Copa América a Chile.

Los televisores portátiles y tradicionales fueron el común denominador entre quienes estuvieron de turno durante la final del torneo de selecciones del continente, así ocurrió en locales de comida, en bencineras y en las conserjerías de edificios, por citar algunos casos.

Esto le que sucedió, por ejemplo, al cajero de la estación de servicio Copec ubicada en General Mackenna con Varas, Benjamín Torres, que si bien tenía libre este sábado tuvo que asumir el turno ante una eventualidad.

"Yo no trabajaba hoy. Un colega presentó licencia y tuve que hacer la pega nomás. Lo bueno es que me dejó un televisor portátil para que pudiera seguir el partido y viendo el lado positivo, lo bueno en estas ocasiones es que anda poca gente a la hora de la transmisión", comentó Torres.

La cajera de la tradicional "Picada de Mackenna", Gloria Martínez y sus colegas también trabajaban durante el partido y tal como lo hicieron para el Mundial de Brasil fueron a buscar un televisor para no perderse detalle alguno la gran final, aunque fuera sólo de oído.

"En una situación tan importante para el fútbol nacional como ésta no podíamos quedar al margen. Dado que la final la jugaba Chile con Argentina un colega fue a buscar un televisor a su casa y acá está instalado. En la mañana resolvimos el asunto. Es una ocasión especial, tan especial como fue seguir a la Roja en el último Mundial", precisa Martínez.

EQUIPADO

Mientras colectivos, micros, taxis y automóviles particulares circulaban cargados de pasajeros rumbo a sus respectivos destinos, con banderas, gorros tricolores y cotillón, al interior de los edificios otros trabajadores de turno también se preparaban para seguir el desempeño de la Roja en el coloso de Ñuñoa.

Es el caso del conserje de la Torre Campanario, Julio Rocha. Instalado en el acceso de esta icónica construcción, Rocha dice que quienes trabajan allí tienen un televisor para acompañarse en las horas muertas, aparato que en esta oportunidad se tornó en su mejor compañía. "Aquí estoy equipado para ver la final. La veré solo y si hay que celebrar celebraré solo", comentó en la previa del partido crucial, horas antes de que la plaza Aníbal Pinto que está frente al edificio se convirtiera en el punto de encuentro de miles de temuquenses en celebración.