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Madre e hijo mueren calcinados en una casa de villa Los Ríos

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Daniel Quijada Barra, de 18 años, estaba ayer en el segundo piso de la casa ubicada en el pasaje Río Malleco 540 de la villa Los Ríos de Temuco. Antes de las 9 de la mañana, escuchó gritos y observó una gran cantidad de humo - asfixiante - debiendo saltar por una ventana para salvar su vida. Su madre, Marcia Barra Sepúlveda (45) y su hermano Bastián Córdova Barra (11) no corrieron la misma suerte.

Estos últimos no pudieron salir de sus habitaciones y a pesar que sus propios vecinos intentaron apagar el fuego, la fuerza de las llamas pudo más y en cuestión de minutos consumió en su totalidad la vivienda de material de ligero, de dos plantas, alcanzando incluso a otras dos propiedades colindantes.

La violencia de las llamas alcanzó a la casa 530, propiedad del voluntario de Bomberos y funcionario de la Oficina Nacional de Emergencia, Oscar Martínez, quien llegó al lugar y apoyó en el control de las llamas.

La numerosa presencia de Bomberos - cerca de 60 voluntarios de siete compañías- no evitó la tragedia, pero impidió que las llamas continuaran propagándose a las construcciones aledañas.

Según explicó el tercer comandante del Cuerpo de Bomberos de Temuco, Claudio Concha, la mezcla del material ligero y el rápido avance de las llamas impidieron rescatar a las víctimas del siniestro.

Al lugar también concurrió el fiscal de turno, Ítalo Ortega, quien se entrevistó con el único sobreviviente del incendio, Daniel Quijada Barra, hijo y hermano de las víctimas.

Según Ortega, el joven sobreviviente le relató que "despertó al escuchar gritos, dice que había mucho humo en su habitación, que se estaba ahogando con este humo y logró huir tras saltar desde el segundo piso" sin que pudiera dar luces de cómo se pudo haber originado el siniestro.

Consultado el Ministerio Público por el origen del fuego, estos señalaron que de acuerdo a un informe preliminar del Departamento de Estudios Técnicos de Bomberos, las llamas se habrían iniciado en el entretecho de la propiedad, en la zona por donde pasa el ducto de la combustión lenta.

De hecho, el personal voluntario que llegó al sitio del suceso, al ingresar a la morada, observó que la estufa aún estaba encendida y con bastante llamas en su interior claro que, las causas reales de la tragedia siguen siendo investigadas por el organismo técnico de la institución.

vecinos

Poco pudieron hacer los vecinos de las víctimas. Gran parte de ellos ya estaban en sus trabajos, pero quienes estaban en sus viviendas hicieron todo lo posible por ayudar y apagar el fuego.

Una de ellas fue Fabiola Guerrero, quien al ver cómo salían las llamas de la casa número 540, de inmediato sacó una manguera, pero reconoció que "no había nada que hacer ya".

Guerrero detalló que tras percatarse del incendio lo primero que hizo fue sacar la manguera y tratar de tirar agua, "pero el fuego prendió sumamente rápido".

Cristian Conejeros también intentó ir en ayuda de sus vecinos pero, aseguró que "fue imposible hacer algo". Según él, el fuego se inició en el primer piso, donde la dueña de casa tenía su peluquería, para posteriormente expandirse por todos los rincones de la casa.

Conejeros agregó que en un principio nadie escuchó nada y que quizás, esos minutos, pudieron ser vitales para salvarles la vida al pequeño Bastián y a Marcia Barra.

las víctimas

Las muestras de dolor se multiplicaron ayer en el pasaje Río Malleco. Los vecinos impactados y con lágrimas en sus ojos miraban cómo los bomberos intentaban rescatar los cuerpos de las víctimas.

Una de las personas que aún no podía creer lo que ocurría era Rufino Queupumil. Él, era uno de los más cercanos a Bastián Córdova, quien cariñosamente le decía 'tata' a pesar de no serlo biológicamente.

Según dijo Queupumil a El Austral, la última vez que vio con vida a su nieto (estudiante de sexto básico del colegio Siglo XXI) fue el miércoles, día en que el menor volvió a la casa de su madre para continuar con sus vacaciones.

El hombre, acongojado, dijo que Bastián era un niño que "tenía buenas notas, era muy inteligente y le gustaba leer" pero que una de sus pasiones era el fútbol, siendo incluso un habitué en los entrenamientos de la escuela de fútbol municipal en las canchas de Campo Deportivo.

La otra víctima fatal en tanto, identificada como Marcia Barra Sepúlveda (45), era una de las vecinas más conocidas del sector. Su labor como peluquera la hizo muy popular y querida no sólo en el pasaje, sino que en el entorno de la villa Los Ríos de Temuco.

Luego de 3 horas de intenso trabajo, el personal de Bomberos rescató los restos de las víctimas, los que fueron derivados al Servicio Médico Legal de Temuco.