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El día miércoles, en la titulación de Inacap Temuco, se vivió un momento que marca un hito importante en el ámbito de la inclusión en Chile: Felipe Belmar (23) se convirtió en la primera persona con síndrome de Down que obtiene un título de educación superior en el país.
A tres días del emotivo momento, que ha concitado gran interés mediático y sobre todo la admiración de muchas personas, Felipe asegura que guardará en su recuerdo para siempre el instante en el que recibió el diploma que certifica que es un Técnico de Nivel Superior en Tecnología Agrícola. Un diploma que, cuenta, no habría sido posible de conseguir sin el permanente apoyo de su familia.
- Tu logro ha sido dado a conocer en todos lados. ¿Cómo has vivido esto?
- He salido en twitter, en facebook, en los canales. También me han llamado por teléfono. Ha sido un agrado y es un orgullo para mí saber que soy un ejemplo para esas personas. Me siento feliz de ser el primer titulado en Chile y de ser Técnico Agrícola. Eso es gratificante y es gracias al esfuerzo que siempre hicieron mis padres para darme herramientas para que tuviera capacidades con las que puedo trabajar.
- En este sentido, ¿cómo fue tu niñez?
- Yo no recuerdo mucho, pero según me han contado en mi niñez era muy feliz, como cualquier niño, y sigo siendo feliz. Yo nací el 15 de diciembre de 1991 en Santiago. A los dos meses que yo nací nos vinimos a Temuco, porque mi padre trabaja en el campo.
- Aquí participas en la agrupación "Sendero"...
- Organizaron esta agrupación para prepararnos para entrar al colegio, a primero básico. Ahí la tía Marie, que estudió en México, les decía a las parvularias cómo debían enseñarnos. Yo iba mañana y tarde, y después mi madre estudiaba conmigo, donde yo desarrollaba capacidades y herramientas. Ahí aprendí a leer, escribir, sumar y restar junto a varios compañeros, como la Magdalena, que me llamó para felicitarme por el título.
- Después ingresas a la etapa escolar. ¿Cómo fue?
- A los seis años entré al Colegio Concepción, donde me recibió el director Domingo Coria. Ahí estoy hasta primero medio.
- ¿Qué sucedió después?
- Me cambié al Golden School donde la directora Celinda Cortez me aceptó. Ahí eran todos simpáticos y se me hizo todo más fácil. Tuve premios al esfuerzo y en cuarto medio logré el segundo lugar con un promedio de 6,2. También hice varios amigos y de ahí entré a Inacap, donde me recibieron como un alumno más.
- ¿Por qué elegiste la carrera de Técnico en Tecnología Agrícola?
- Toda mi vida de alguna forma he estado ligado al campo, porque mi padre tiene una parcela. Ahí me costó un poco adaptarme porque la universidad es un paso más importante. Pero después, preguntando y con el apoyo de los compañeros y los profesores, mi adaptación fue más fácil. Yo me sentaba en primera fila, anotando todo y levantaba la mano si no entendía.
- ¿Cómo fue el término de tu carrera?
- Antes hice una práctica en un vivero, con David Bachmann, lo que fue muy agradable. Aprendí muchas cosas en distintas áreas, como la administrativa y de las plantas. Después tuve el examen de titulación, para el que estudié mucho, y me fue bien, saqué un 5,1. Me sentí muy aliviado y dije "¡chao estudios. Ahora voy al mundo laboral, a ganar mi propia plata!".
PLANES
Ahora que han pasado algunos días de la titulación, ¿cómo revives el momento?
- Ese momento va a quedar en mi memoria para siempre, porque fue un paso al mundo laboral. Me sentí feliz junto a mis seres queridos, que me apoyaron siempre, y con mucho orgullo.
- ¿Qué rol cumple tu familia en tu vida?
- Para mí, mi familia es un pilar fundamental, es todo. Mis padres, mis hermanos, mis primos siempre me han apoyado y gracias a eso estoy aquí. Mis padres tuvieron como meta que yo fuera feliz e independiente, por eso me dieron herramientas y no me pusieron ningún límite, ningún techo.
- Luego de la titulación, ¿qué se viene en tu futuro?
- Se vienen muchos planes en mi gran recompensa, que es el mundo laboral. Mi idea principal es instalarme con un vivero, que es lo mismo que hice en mi práctica laboral. Para eso tengo que estudiar bien cómo preparar el suelo. Quiero tener un negocio familiar y tener plantas que a la gente le guste. Si no llega a resultar, voy a buscar en otras áreas.
- Ahora que no tendrás que estudiar y que ganarás tu propio dinero, podrás disfrutar de otras actividades. ¿Qué te gusta hacer?
- Me gusta comer, las fiestas, los asados, me encanta la carne, me gusta la música romántica y me gusta mucho el Club Deportivo Universidad Católica de Chile. Nunca me he perdido un partido, y tengo fotos y autógrafos de jugadores. Me gustaría poder ir a todos los partidos y por eso quiero instalar el vivero para hacerme socio e ir al San Carlos de Apoquindo cada fin de semana que juegue la Católica.
INCLUSIÓN
- Tu caso es un ejemplo a seguir para muchos. Sin embargo, aún hay quienes no creen en la inclusión. ¿Cuál sería tu mensaje para ellos?
- Hay muchas dificultades, un camino de piedras, pero la inclusión es muy importante, porque es algo que envuelve a todas las personas. Lo que necesitamos es ser independientes, que seamos amigos y que la sociedad nos acepte tal como somos. Necesitamos una sociedad más abierta mentalmente, porque así nosotros podemos aportar a la sociedad de este país. Los niños que tienen síndrome de Down son muy inteligentes y pueden ayudar al resto.
- Y, ¿qué le dirías a los niños que tienen síndrome de Down y que ven en ti un ejemplo?
- Yo les diría que uno, a pesar de cualquier cosa, tiene que estudiar. El estudio dignifica al hombre, al igual que el trabajo. Pero el estudio tiene que ser con perseverancia, optimismo y ser constante. El estudio es el camino para que a uno le pueda ir bien el día de mañana y con esfuerzo todo se puede lograr en la vida. Eso hice yo gracias a las herramientas que me entregaron mis padres y mis profesores que me enseñaron.