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Tras 52 días del paro de actividades y la toma de espacios llevados a cabo por los estudiantes de la Universidad de La Frontera (Ufro), el rector de la casa de estudios, Sergio Bravo, decidió romper el silencio mediático porque, a su juicio, la prolongación de la movilización se ha tornado en un tema más preocupante por poner en riesgo el año académico.
Los universitarios, liderados por la Federación de Estudiantes de la Ufro (Feufro), mantienen las medidas de presión porque consideran que la respuesta del gobierno universitario al pliego de demandas es insatisfactoria, sobre todo en lo referente al financiamiento. Sin embargo, para Bravo el tema central es más bien ideológico.
- ¿Cuál es su visión hoy de la movilización llevada a cabo por los estudiantes?
- A esta altura, después de una larga movilización, hay amargura, porque ha costado tanto levantar esta universidad y llevarla hasta el lugar que está en excelencia académica, y uno ve que en tan poco tiempo muchos de estos esfuerzos se van destruyendo con situaciones como éstas.
- Durante un largo tiempo las relaciones entre la Feufro y el gobierno universitario estuvieron congeladas por su ausencia. ¿Por qué se resta de las negociaciones en este periodo?
- Esto es como un "primero te pego y luego siéntate a negociar". Hay que entender que fue demasiado irrespetuoso el proceso de cómo se instala la toma. Yo fui funado violentamente. A mí se me tiró un pliego de peticiones en forma grosera, incendiaron las redes sociales hablando falacias, tratando de denostar la figura del rector. Es inviable que uno trate de negociar con la pistola arriba de la mesa.
- Sin embargo, el 8 de julio se suma a las negociaciones. ¿Por qué?
- Ya decantadas ciertas situaciones, uno puede sentarse, y cuando esto ocurre se espera que se llegue a acuerdos. Pero cuando terminan largas sesiones de diálogo y a uno le dicen "vamos a evaluar en asamblea", con 80 estudiantes que rechazan todo, ahí entiende que no hay interés por solucionar las cosas, sino que se trata de un tema ideológico que está arrastrando a nueve mil estudiantes.
- La Feufro admite que hubo avances en la negociación, pero rechaza la propuesta por considerarla insuficiente en el financiamiento.
- En las negociaciones ya hemos comprometido alrededor de $700 millones en el corto plazo, que incluye una rebaja en la matrícula de $25 mil y una serie de construcciones. Pero uno no puede comprometer recursos que no tiene.
- En este punto los estudiantes proponen una reducción de los sueldos de funcionarios que son considerados millonarios...
- Uno puede entenderlo. Somos una Región muy pobre, el 80% de los estudiantes está dentro de los primeros siete deciles socioeconómicos y si hacen una comparación con lo que ganan sus familias, obviamente lo ven como una diferencia muy grande. Pero si uno les dice a los académicos que les va a bajar los sueldos será una situación incómoda y compleja, porque ellos tienen un mercado alternativo incluso mejor que el nuestro, sobre todo en el ámbito de la salud. Ha costado tanto atraer a gente de otros lugares para hacer una buena universidad, que tomar una decisión de estas características sería un absurdo.
- ¿Se reanudarán las negociaciones el lunes 27 de julio?
- En primer lugar, los estudiantes no pueden tener tomados los campus. No nos vamos a sentar con un campus tomado. Ya comenzaron los desalojos, se seguirá desalojando todas las veces y si es necesario se recurrirá a la justicia, porque la toma es un acto de violencia. Si es en un marco de respeto y de tranquilidad para el resto de la comunidad universitaria, obviamente que nos vamos a sentar a negociar.
- Si se depone la toma, ¿hay una real intención de negociar, ceder y llegar a acuerdo?
- El tema, según siento, es que si la universidad pudiese y les ofrece $50mil, van a ir a asamblea y dirán que no, si se ofrece un costo de $40 mil van a decir que no, si se ofrece un costo 0 van a decir que no, porque no se trata sólo de los 33 puntos. Esto es ideológico.
- Entonces, ¿cómo se resolverá esto?
- Normalmente es por presión de grupo. Esto se resolverá si los nueve mil estudiantes que están en su casa vuelven a clases el lunes. Pero si permanecen cómodos, ¿quién hace presión? Ellos son los que deben exigir las clases; de lo contrario van a perder ellos, la institución, todos. A mí sólo me ha llegado un mail de una mamá preocupada, entonces uno se pregunta qué está pasando. Tengo esperanza de que esta semana todo comience a normalizarse, porque de lo contario empezamos a poner en riesgo el año académico.
- ¿Van a haber sumarios?
- La ley obliga a hacer los sumarios respectivos cuando hay daños.
- ¿Qué cree que ocurrirá el día lunes?
- Uno tiene la esperanza de que vuelva la sensatez, que a través de un diálogo racional se pueda concretar la firma de un acuerdo, pero si el tema siempre va a ir por el lado de lo imposible, entonces es también imposible que esto se resuelva de manera racional. Yo llamo a que los estudiantes y académicos vuelvan a clases el lunes para que esto retorne a la normalidad, y a los dirigentes les pido sensatez y responsabilidad con la comunidad universitaria.