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El Teatro Municipal de Temuco se vistió de gala para recibir a uno de los intérpretes líricos más destacados de la escena nacional e internacional en lo que fue la celebración de sus 30 años de carrera. Así, y a través de un repertorio popular, el maestro Tito Beltrán emocionó a los presentes a través de la potencia de una voz que llenó cada rincón de la Plaza de las Artes.
"Yo vendo unos ojos negros" dio inicio a la presentación del tenor lírico en La Araucanía, en una velada en la que fue acompañado por el destacado pianista nacional Claudio Wörner, quien interpretó de manera magistral cada pieza musical de un repertorio que apeló a la nostalgia.
La velada continuó con "Una pena y un cariño" y "Ay, ay, ay", para dar paso a la inmortal "Gracias a la vida" de Violeta Parra, momento en el que hizo un alto para confesar que mientras cantaba el clásico chileno desapareció de la sala y se transportó hacia una casa vieja en donde veía a la cantante tocar su guitarra.
NIÑOS CANTORES
Así, los Niños Cantores de La Araucanía, quienes abrieron el concierto invitados por su padrino musical, se tomaron el escenario con una hermosa versión del clásico de Abba: "Chiquitita", emocionando a los presentes quienes los premiaron con sus aplausos.
De esta manera, Tito Beltrán, continuó en un recorrido que pasó por grandes temas de la música española, en donde "Júrame" desbordó pasión en un repertorio que apostó por grandes éxitos de la música popular, hecho que viene realizando hace más de tres años cuando decidió dejar atrás los clásicos de la música docta para interpretar las canciones que han marcado su vida.
En tanto, Rolando Urmeneta Flores, presidente del Rotary Club Temuco Frontera, quienes trajeron al tenor a La Araucanía, dijo que "dentro de la organización estamos preocupados de hacer una actividad de este tipo para recaudar fondos, esto va directamente en ayuda de la comunidad, entonces una de las oportunidades venía de la mano de este gran maestro, gran tenor".
ALEGRÍA
Sin embargo, las emociones comenzaron a las 14 horas, cuando el tenor lírico realizó una improvisada visita a los niños del Hospital Hernán Henríquez Aravena. Y es que el oriundo de Punta Arenas hizo gala de su espontaneidad y visitó a los pacientes de oncología pediátrica, con quienes compartió frente a la felicidad de sus padres.
"Es siempre bonito ayudar a la gente que está en necesidad, se puede decir. Estas cosas uno las hace espontáneamente, no piensas mucho. Yo le dije a la gente de Rotary: 'quiero hacer una visita al Hospital', ya que hace dos años me llenó el alma antes de cantar en un concierto y fue tan bonito que tengo lindos recuerdos y hay gente que verdaderamente está en un mundo apartado del nuestro, gente sufriendo, gente que necesita un momento diferente, aunque sea unos minutos, y esos minutos se los puedo otorgar yo por medio del canto y uno se siente lleno", señaló Beltrán.
Así, y en compañía de sus ahijados, Tito Beltrán deslumbró con sus interpretaciones en el hall central del recinto hospitalario en donde "Funiculì, funiculà", canción compuesta por Luigi Denza en 1880, logró que más de alguno de los presentes bailara al ritmo de los aplausos espontáneos que surgieron desde una audiencia compuesta por pacientes, personal médico y familiares, quienes agradecieron el momento de grato esparcimiento que además contó con la improvisación del maestro y los niños en una jornada que apeló al humor, al profesionalismo y a la entretención de quienes disfrutaron con la sencillez y simpatía de Tito Beltrán.