Mapuches de Imperial le dan valor agregado a los camarones de vega
tradición. Cooperativa Agrícola Campesina Machew Mapu conserva milenario oficio de recolección de camarones de vega. Hoy reciben el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura.
diego.ahumada@australtemuco.cl
Un particular día de campo se vivió en el sector Imperialito, a 12 kilómetros en la ruta que une las comunas de Nueva Imperial-Carahue, donde los camaroneros de la Cooperativa Agrícola Campesina Machew Mapu demostraron sus habilidades en la extracción de este crustáceo de vega y exhibieron el valor agregado que le dan a los productos.
La lluvia que cayó en la mañana de ayer lejos de ser un obstáculo, por el contrario, animó a pensar en una buena jornada de recolección. Así lo pronosticaron las familias mapuches gracias al conocimiento que ha sido traspasado de generación en generación.
El extraer camarones de vega se observa fácil pero requiere de técnica y sobre todo de experiencia. Para el casi centenar de comuneros del sector su vida ha girado en torno al crustáceo, que es el sustento familiar. Los primeros registros historiográficos datan de 1835 pero se trata de una tarea sin precedentes.
La gran mayoría de los adultos que sale a recolectar pareciera que retorna a la infancia pues lo hace con alegría y gusto. El oficio no discrimina. También lo realizan niños y jóvenes, mujeres y hombres.
¿Dónde están las máquinas? Se preguntan unos con otros ¿Cuántas trajiste? "¡Ocho!" contestan a lo lejos. El oficio siempre se ha realizado en forma artesanal y con máquinas se refieren a una especie de jeringa construida principalmente con un tubo de PVC y madera. El artefacto es entierrado en el lodo y luego se tira de una pieza hacia adelante y atrás para comenzar a succionar, lo que permite extraer el camarón que se aloja en las vegas.
Sus propios compañeros los reconocen como uno de los más hábiles para recolectar camarones. Se trata de Juan Huincahue, uno de los más de 50 socios de la cooperativa. Humildemente dice que sus sobrinos de 7 y 8 años "son capaces de sacar 100 camarones solos en 2 ó 3 horas".
Valor agregado
Es momento de salir a terreno y todos arriba del coloso. El tractor inicia la marcha. Es el único vehículo capaz de atravesar las inundadas vegas de Imperialito. Ya en el lugar cada uno busca alguna "cueva" para la faena.
Una de las más experimentadas es Ana Huinca, a quien la celebran por sacar los camarones a mano sin necesidad de la máquina, talento que fue comprobado en terreno. "Sacamos los camarones para sobrevivir, alimentarnos y tener recursos", explica la mujer.
Hasta la fecha el producto se vende a orillas de la carretera en la ruta Nueva Imperial-Carahue. "Aquí no se venden por kilo. Los 50 camarones vale $2.500, los 100 valen $5.000 y así", detalla Ana.
Pese a la explotación a pequeña escala, los años han pasado la cuenta a la producción camaronera y es por ello que los comuneros han aceptado la ayuda de distintas instituciones. Es así como la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura trabaja con ellos a través de proyectos para dar valor y aumentar la competitividad.
"Lo que hemos hecho aquí con la Universidad Católica de Temuco y la Universidad de Los Lagos es investigar para que el camarón efectivamente permanezca en las vegas, potenciar su crecimiento y que su extracción sea amigable con el medioambiente", explica el director ejecutivo de la FIA, Héctor Echeverría.
El presidente de Machew Mapu, René Huinca, valora el apoyo que les han brindado, junto con explicar que la idea es que el camarón se transforme en una fuente de ingresos importante con un sello distintivo Araucanía.
"Lo que queremos es que la especie no se vaya perdiendo porque vemos como año a año se va achicando. No hay alguien que controle el crecimiento y la extracción", revela Huinca.
La idea es usar el camarón de vega como materia prima para elaborar productos gourmet como pastas de carne de cola de camarón y conservas de tenazas, que expiran en dos años, y la venta de camarones sellados al vacío, con duración tres meses. Todo listo para llevar a la mesa.
"La idea es llevar el camarón listo para las personas que consumen este producto en sus casas así que hicimos un camarón fresco congelado sellado al vacío", explica Johana Ojeda, de la planta procesadora de alimentos de la Universidad de Los Lagos.
El encargado de la cocina es Alfredo Morales Painemal, vecino de toda la vida del sector de Imperialito que de entrada afirma que es un cocinero "de casa".
"El camarón no tiene tanta comida para sacarle. Es un plato gourmet, es un plato exquisito que es a base de mucha verdura y el talento y las ganas de cocinar más que nada. La gente se come el camarón hecho sopa, pero aquí se está trabajando para sacar otros productos", comenta Morales.
Investigación
El investigador René Carrasco, parte del proyecto de innovación en el cultivo y producción de los camarones, explica que los estudios han revelado que existe una población promedio de camarones de tres a cuatro centímetros de longitud y en menor escala camarones que superan los cinco centímetros.
Otro de los focos de la investigación está puesto en la alimentación exógena que permite un crecimiento más significativo en los crustáceos.
"Para alimentar los camarones hemos probado ya una especie de chancado de avena, con zanahoria deshidratada y estamos incorporando un tercer elemento que es el poleo, una planta que crece en forma natural en las praderas de éste sector", dice el investigador.
Los científicos han identificado los ciclos de reproducción entre otoño e invierno y la temporada fuerte de explotación entre septiembre y diciembre. Pero más importante aún es la definición de una talla mínima de tres centímetros para la extracción del crustáceo y evitar la sobreexpoltación.
Otra idea es regularizar la sustracción responsable y sustentable de la especie a través de la Subsecretaría de Pesca.