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La música ayudaría a superar el miedo y el dolor tras una cirugía

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La música puede ayudar a mitigar el dolor y el miedo de los pacientes tras una operación quirúrgica. Eso concluyó un grupo de científicos británicos tras evaluar 72 estudios anteriores sobre el tema, en un artículo que publicó la revista The Lancet.

La música limita además la necesidad de analgésicos y hace que los pacientes se sientan más satisfechos, aunque no reduce la duración de la estadía en el hospital, apuntan los investigadores de las universidades Queen Mary de Londres y Brunel de Uxbridge, dirigidos por Catherine Meads.

"La música supone una intervención segura, no invasiva y económica que debería estar disponible para todos los pacientes de una cirugía", señala Meads.

Los investigadores evaluaron estudios en los que habían participado entre 20 y 458 pacientes, sumando un total de siete mil personas.

Los científicos investigaron la repercusión de la música antes, durante y después de una operación. Los pacientes la escuchaban a veces con cascos y a veces en altavoces.

Los análisis apuntan que la elección de la pieza musical y el momento en que suena supone una leve diferencia y que las melodías tienen efecto incluso en pacientes inconscientes. Por norma general, se utilizaron canciones tranquilas.

En 2013 los autores de un artículo de la revista American Journal of Critical Care concluyeron de que era recomendable preguntar primero a los pacientes si querían escuchar música pedir que llevaran su música favorita.

"Los pacientes deben poder elegir el tipo de música que quieren escuchar para maximizar el beneficio a su bienestar", señala Meads, quien advierte que "hay que tener cuidado para que la música no interfiera en la comunicación del equipo médico".

Rosetta suma una nueva hazaña y se acerca lo máximo al sol

espacio. La sonda que orbita al cometa 67P pasó a 186 millones de kilómetros de la estrella. Los científicos observaron el efecto del calor en el cuerpo celeste.

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La misión Rosetta continúa sumando logros espaciales. La madrugada de ayer la sonda, que desde agosto pasado órbita en torno al cometa 67P Churyumov-Gerasimenko, pasó por su punto más cercano al Sol.

La sonda que fue enviada al espacio en marzo de 2004 y que viajó durante una década para lograr orbitar en torno a cometa, en el que se posó el robot Philae (que actualmente se encuentra dormido por la falta de luz), alcanzó su perihelio -su punto más cercano al Sol-, a las 00.03 de ayer.

El objetivo de este momento de la misión es que Rosetta pueda permitir a los científicos ver cómo se comporta el cometa, que está formado por hielo, minerales y partículas con carbono, cuando se acerca a la estrella del Sistema Solar, y cómo sus componentes se transforman en gas que va directo al espacio arrastrando polvo.

Según la Agencia Espacial Europea, el aumento del calor de la radiación solar calienta el núcleo del cometa, que libera gases que forman su atmósfera y la cola.

El cometa pasó a una distancia de 186 millones kilómetros del astro -y a 265 millones de km de la Tierra- y ahora se moverá de vuelta en una órbita que lo alejará hasta 800 millones kilómetros.

La hazaña además marca un hito histórico, ya que se trata de la primera vez que una sonda espacial se acerca al sol hasta su punto máximo acompañando a un cometa.

Michael Kueppers, el coordinador de operaciones científicas de Rosetta, dijo que estaba observando "pequeñas erupciones, muchas pequeñas explosiones" y que se espera que la actividad continúe aumentando.

El robot que duerme

El robot Philae logró posarse en el 67P Churyumov-Gerasimenko en noviembre del año pasado, y tras su aterrizaje envió una importante cantidad de datos durante las 60 horas posteriores, período tras el cual se quedó sin energía para funcionar.

El robot volvió a recibir luz en junio de este año, cuando pudo enviar nuevos datos, pero desde entonces la comunicación ha sido esporádica y en el último tiempo ha estado en silencio, desde su último reporte el 9 de julio pasado.

Barbara Cozzoni, ingeniera que trabajó en el robot Philae, dijo que es "muy preocupante" que Philae no haya enviado nuevas señales en los últimos meses.

La historia de la misión Rossetta comenzó en 1993, cuando la Agencia Espacial Europea le dio luz verde. Desde entonces científicos estadounidenses y europeos dedicaron su trabajo al desarrollo de esta misión que se propuso conocer más de los cometas posándose en uno. En 2004 comenzó la aventura que tomó diez años, cuando la sonda llegó a su objetivo, el cometa 67P, en noviembre del año pasado. La misión durará hasta diciembre de este año.