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Ya se acerca el 18 de septiembre y se alistan los asados. Así también se preparan los fabricantes de parrillas, con la esperanza puesta en el aumento de las ventas para el Mes de la patria, ya que a la misma fecha han visto una merma en las ventas que llega a la mitad de la demanda del año pasado.
En la esquina de avenida O'Higgins con calle General Carrera, donde los discos y panchos abundan, dos emprendimientos se alzan como los más emblemáticos de la ciudad.
Uno lo atiende Juan Mora Solís, trabajador del metal que ya lleva más de 40 años en el negocio. Este fabricante de 85 años ha basado su negocio en dos principales productos: las parrillas portátiles con motor y las que no lo tienen.
Mora dice que si bien la primera se vende bastante, no ha podido acelerar su producción. "Hasta ahora he vendido unos 30. No he querido publicitarlo mucho porque los motores me llegan de a poco, hay que pedirlos fuera de Chile", explica.
Estas estructuras, que permiten girar automáticamente el asador tridente alimentado por electricidad, cuestan $150.000 y tienen una capacidad de hasta 30 kilos de carne.
Juan Mora también vende los tradicionales panchos sin motor, los que tienen un valor de $ 38.000. El precio subió un 20% en comparación al 2014, cuando costaban $30.000. "El fierro subió mucho. La industria parece que no lo está trabajando tanto", explica el fabricante. En cuanto a las ventas, el trabajador comenta que "no puedo decir que está malo, pero bueno tampoco está. Al parecer la gente no tiene plata y uno no puede vender más barato", dice.
De hecho, el impacto económico ha sido tal que reconoce que este año en total ha vendido 100 parrillas. A la misma fecha el año pasado ya tenía 200 vendidas.
El problema de las ventas lo comparte también su vecina de al frente y comerciante, Rebeca Piña, esposa del fabricante Sergio Ruiz.
El local cuenta con una variada oferta en parrillas. Las hay grandes, compactas, motorizadas. También han pensado en productos estables, para quinchos. "Nos estamos preparando pero ha estado muy lento", se queja la vendedora.
Al momento de ser entrevistada, Rebeca Piña contó que los precios de los productos se han congelado en relación al año pasado, pero advierte que no se mantendrá así. "Creo que vamos a subir un poquito, porque el margen que va quedando de un año para otro es muy poco", explica.
Ella tiene la esperanza de despachar 60 parrillas durante estas fechas, pero dice que hasta el momento no ha visto tal dicha. "Esto se vende siempre los últimos días. Del primero de septiembre en adelante, esto empieza recién a moverse un poco".
Precios
En el local que atiende Rebeca Piña, el producto estrella es la parrilla tradicional, con un tambor que tiene capacidad de 200 litros, a $40.000.
La parrilla con motor y cancato tiene un valor de $280.000, pero su precio se puede reducir hasta $250.000 si el cliente lo escoge con menos accesorios.
Acá las parrillas convencionales cuestan entre los 40 y 88 mil pesos, los cuales varían dependiendo del espesor del tambor y también del reforzamiento de los materiales. Los productos están basados en acero fundido, pero también van enlozados, como las parrillas en V (con canaletas para que escurra la grasa) y los discos, con un valor de $43.000 sin tapa y $55.000 con ella. En tanto Juan Mora los ofrece a $40 mil.
Los asadores tridentes tienen distintos tamaños y valores que fluctúan entre los 7 y 18 mil pesos.