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"Nadie en Chile puede estar contento con el fallo de la CIJ porque claramente es un revés procesal"

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Paola Passig

"No quiero minimizar el logro de Bolivia", advierte el senador Ignacio Walker, que en su calidad de excanciller disecciona el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que decidió desechar la excepción preliminar que postuló nuestro país y decidió declararse competente para ver el fondo de la demanda boliviana.

-¿Esperaba este resultado?

-Evidentemente era un escenario posible, pero no necesariamente el más probable. De alguna manera fuimos sorprendidos por lo drástica de la resolución en cuanto a señalar derechamente la competencia de la CIJ para conocer la demanda boliviana. El escenario más deseable era el de la incompetencia y el escenario mas probable era que la Corte decidiera pronunciarse sobre la competencia e incompetencia al momento de resolver el fondo del asunto. Obviamente que el peor escenario era lo que efectivamente ocurrió: que la Corte se declarara competente.

-En la previa al fallo usted sostuvo que si la Corte se declaraba competente era una mala noticia para Chile y el orden internacional. ¿Cuál es el impacto?

-Nadie en Chile puede estar contento con este fallo y claramente esto es un revés procesal para las pretensiones de Chile en términos de la excepción preliminar de incompetencia. Pero con la misma claridad quiero decir que habiéndose despejado la cuestión procesal y al hecho de que ya que hemos pasado a discutir el fondo del asunto, en lo que viene hay indicios de que esto debiera favorecer a Chile. Esto porque la Corte deja absolutamente a salvo la vigencia y validez del tratado de 1904 que establece las fronteras, límites, soberanía, y territorio entre ambos países.

-Y acota el fondo de la demanda.

-Claro. La Corte desecha el argumento de Chile para fundar la excepción preliminar, en cuanto a que Bolivia estaría alegando una cuestión de soberanía territorial, un tema que habría sido resuelto en el tratado de 1904 por lo que la Corte debía declararse incompetente. Sin embargo, la CIJ establece que no es ése el tema que está en disputa sino que el único tema de fondo sobre el cual la Corte en su momento se va a pronunciar, de acuerdo al número 34 del fallo - que es lo único que hay que leer- es si existe o no una obligación jurídica por parte de Chile para negociar un acceso soberano al mar para Bolivia. Y en caso de que existiere tal obligación jurídica, si Chile incumplió o no esa obligación.

Lo bueno y lo malo

-¿Qué es lo sustantivo del fallo?

-Lo importante de este fallo, mirado desde el punto de vista positivo, es que la Corte ha acotado lo que entiende sobre el fondo del asunto y ha dejado plenamente a salvo la vigencia del tratado de 1904. Eso es bueno para Chile porque el gran argumento de nuestro país nunca ha estado tanto en el aspecto procesal, o sea la competencia o incompetencia, sino que en el aspecto de fondo. Ese es nuestro fuerte. Y nosotros vamos a demostrar, espero yo, que las conversaciones, tratativas y negociaciones que existieron durante décadas, desde 1905 en adelante, nunca llegaron al punto de crear una obligación jurídica que hiciera exigible para Chile esta supuesta obligación de negociar un acceso soberano al mar.

-El senador Francisco Chahuán, presidente de la comisión de RR.EE., piensa que este es un buen fallo porque acota el fondo de la demanda.

-Lamento discrepar. El fallo no es bueno para Chile. Digamos las cosas por su nombre: este es un revés procesal. De lo contrario vamos a perder toda credibilidad y sintonía con el sentido común de la gente que aunque no conozca de derecho internacional, por instinto, sabe que nos fue mal. No podemos transformar los reveses en logros. Lo importante es que lo que se viene hacia adelante es solo si Chile tiene o no obligación jurídica de negociar acceso soberano para Bolivia. Y en el caso de que existiese la obligación, si Chile la hubiese incumplido. Entonces lo que tenemos que hacer en la contramemoria, la duplica y los alegatos orales es una perfecta argumentación en los hechos y el derecho para demostrar que ninguna de esas conversaciones llegó al punto de constituir obligación jurídica exigible al país.

-Y si la CIJ llega a esa convicción, ¿de que hay obligación?

-Si se produce ese escenario, esa obligación jurídica no obliga a negociar una cesión territorial porque la Corte descarta que exista un camino predeterminado queriendo decir que ésta no puede predeterminar un desenlace en términos de un acceso soberano al mar y que eso dependería del tipo de negociación que ambas partes pudieran acometer. Pero eso es adelantarse demasiado a un desenlace que todavía no conocemos. Por ahora hay que tener serenidad y confianza porque Chile tiene buenos argumentos de hecho para discutir el fondo.

-En el fallo la CIJ rechaza la tesis de Chile de la incompetencia pero a su vez acota el fondo de la demanda boliviana. O sea le quita algo a cada parte...

-No. Mal puede decirse que la Corte ha dejado contenta a las dos partes. Yo por lo menos no estoy contento. Sufrimos un revés procesal y la objeción preliminar fue desechada y la competencia reclamada por Bolivia ratificada. No transformemos un revés procesal en un triunfo moral.

-Cuando se discutía si era conveniente presentar la objeción preliminar hubo voces discordantes que señalaban que podría exponernos a una derrota adelantada. ¿Tenían razón?

-En Chile hubo un consenso amplio en la comunidad de expertos, en las autoridades del Estado, en el oficialismo y la oposición, y en el consejo de excancilleres -del cual formo parte- de que era conveniente oponer esta excepción preliminar porque ningún país puede renunciar a un recurso procesal que podría arrojar un resultado positivo. En su momento todos estuvimos de acuerdo.

Afinar argumentos

-Si había argumentos tan sólidos como se señaló y nos amparaba el derecho internacional ¿qué falló? ¿faltó lobby?

-No, en ningún caso faltó lobby, y en ningún caso hubo un problema comunicacional. Lo único que tenemos que hacer es convencer a la mayoría de los 16 jueces que se sientan en la CJI. Por lo tanto lo que hay que afinar son los argumentos de hecho y de derecho, de los que ni siquiera hemos comenzado a hablar, porque hasta ahora solo existe la memoria de la demanda de Bolivia y ahora viene la contramemoria o contestación de Chile donde recién ahí nuestro país va a comenzar a discutir sobre el fondo. No quiero caer en cuestiones técnicas pero en definitiva Chile alegó basado en el artículo sexto del Pacto de Bogotá y Bolivia en el artículo 31 del Pacto de Bogotá que concede una jurisdicción más amplia y hay que decirlo derechamente: la Corte en esa materia le encontró la razón a Bolivia y no a Chile.

-Chile debiera repensar su participación en el pacto de Bogotá?

-No tiene sentido discutir si Chile permanece o se retira del Pacto de Bogotá porque no tendría ningún efecto práctico: el juicio igual seguiría adelante. Ya vendrá el tiempo de discutirlo con más calma y ver cuál es el mejor mecanismo. Sin embargo, Chile tiene que mantener algún sistema de solución pacífica de las controversias.

"La Corte descarta que exista un camino predeterminado en términos de acceso soberano al mar para bolivia", remarca Walker. "Chile alegó basado en el artículo sexto del Pacto de Bogotá y Bolivia en el artículo 31 que concede una jurisdicción más amplia y hay que decirlo: la Corte le encontró la razón a Bolivia y no a Chile". "No tiene sentido discutir ahora si Chile permanece o se retira del Pacto de Bogotá. Ya vendrá el tiempo de discutirlo con más calma".

"Chile va a demostrar, espero yo, que las conversaciones que existieron durante décadas nunca llegaron al punto de crear una obligación jurídica de negociar un acceso soberano al mar".

entrevista. Ignacio Walker, senador DC y ex canciller: